Réplica de Allica 2

Segunda réplica de Alllica

Respuesta definitiva a Luís Fernando Areán y su disertación sobre las teorías conspirativas
Santiago Allica

En su reciente contrarréplica Luís Fernando Areán ha tenido la cortesía de compartir con los lectores de Diario Liberal sus innegables conocimientos acerca de las teorías conspirativas, un fenómeno ampliamente estudiado y al que él ha dedicado numerosas páginas endiversos foros de Internet. La amplísima respuesta del señor Areán se merece otra a su vez igual de detallada.

Respecto a si yo he planteado o no teorías en Diario Liberal, es necesario aclarar que ésa no es la cuestión: el señor Areán olvida que en su primera misiva acusaba directamente a Diario Liberal de sostener macroconspiraciones en las que participaban policías, jueces, fiscales, etarras, periodistas… Y obtuvo la respuesta merecida, en la que se le indicaba que esa acusación era simple y llanamente una falacia. Una falacia que lo que demostraba era que justamente el señor Areán no había tenido a bien leer los artículos publicados (no sólo por mí, sino por otras personas incluida alguna víctima del 11M) que estaba criticando. Por mi parte, es obligado aclarar que en la práctica totalidad de los artículos enviados a Diario Liberal no hay teoría alguna, dado que únicamente me he limitado a constatar hechos probados.¿Hay alguna teoría detrás de afirmar que existen tres informes de telefonía contradictorios entre sí relativos a las supuestas llamadas de despedida de los suicidados de Leganés? ¿acaso es teorizar el afirmar que esos tres informes sobre un mismo hecho son incompatibles entre sí y que contienen datos que demuestran que al menos una parte de esas llamadas de despedida se hicieron realmente desde fuera del piso(1)? ¿teorizo conspirativamente cuando señalo que el propio Tribunal tuvo que rectificar sobre este hecho en su segundo Auto de Aclaración(2)? ¿elucubro cuando digo que en este segundo auto empeoraron las cosas ahondando aun más en la falsedad de todo ese grotesco episodio de manipulación pero no se dieron cuenta (3)?

Yo no teorizo. Yo señalo hechos (4). Si esos hechos enumerados y desglosados demuestran que existen innumerables sospechas de manipulaciones, ocultaciones, mentiras probadas y episodios imposibles, yo no tengo la culpa. A eso se le puede llamar “conspiración”, “cúmulo de despropósitos” o “cadena de negligencias”. Ése no es mi problema: simplemente constato que es imposible que existan tres informes sobre un mismo hecho y que sean absolutamente contradictorios entre sí. Pongo este ejemplo porque es uno de los más evidentes del sumario del 11M,pero el lector comprenderá que existen docenas, si no cientos, de otros similares.

Por otra parte, ateniéndome a las explicaciones que da el señor Areán acerca de lo que él entiende que son o no son conspiraciones, me temo que en el 11M ha habido no una, sino muchas conspiraciones interrelacionadas entre sí. A menudo enfrentadas. Y en todos los frentes en que se ha jugado.

Creo que comparar el episodio de las llamadas de Leganés con los extraterrestres de Roswell dice mucho acerca de la objetividad del señor Areán. Si alguien tiene curiosidad en contrastar la similitud de los dos casos, el caso de las falsas llamadas de despedida está documentado en los enlaces que anexo al final del artículo. En mi respuesta anterior al señor Areán hacía referencia a algunos otros casos flagrantes de manipulación (o de errores o de negligencias o de incompetencia manifiesta, según quién los valore). Comentaba que la fotografía del resto de explosivo aparecido en la Renault Kangoo es la misma fotografía que la del resto de explosivo… ¡encontrado en la mochila aparecida en la Comisaría de Vallecas! (5) Pero por supuesto el señor Areán estaba demasiado ocupado con su disertación sobre sus teorías conspirativas como para entrar a valorar estos episodios probados y documentados. Episodios que por supuesto, me atrevo a aventurar que para él no tienen la menor importancia. El tercer ejemplo inicial que escogí para mi escrito de respuesta fue el de las descaradas manipulaciones de los testimonios de los miembros del Cuerpo Nacional de Policía que fueron interrogados sobre la cadena de custodia de los bultos recogidos en el tren de El Pozo. En medio de una polémica mediático-parlamentaria sobre si se había vulnerado o no la cadena de custodia, los testimonios de unos agentes aparecen manipulados en el auto de procesamiento, sufriendo mutaciones incomprensibles. De nuevo el reseñar este hecho (6) al señor Areán le parece comparable a afirmar que Elvis vive. La credibilidad de cada uno es víctima, irremediablemente, de sus argumentaciones.

Lamento tener que citar artículos de terceras personas publicados en otros medios de comunicación, pero en mi respuesta anterior me limité a citar todos estos hechos, convencido de que el señor Areán demostraría una cierta honestidad asumiendo como probadas todas esas contradicciones y mentiras. Sin embargo, compruebo con sorpresa que ha preferido obviar los documentos oficiales (el propio Sumario 20/04 del 11 M) que demuestran la veracidad de los ejemplos que puse, por lo queme he visto obligado a enlazar los citados artículos para evitar que las acusaciones del señor Areán puedan dar sus frutos (“como podrá constatarse, el señor Allica no presenta ninguna prueba de lo que afirma”).

Dice Areán que de existir una conspiración en el 11M sería un hecho extraordinario. Sin duda. Como extraordinario es que exploten diez bombas en Madrid asesinando a casi doscientas personas. Desde luego y afortunadamente, no es un hecho ordinario. Sin embargo, aunque las teorías conspirativas son muy antiguas, también lo son las conspiraciones (sic), las miserias humanas, las mentiras y el miedo. Por poner sólo algunos ejemplos sencillos.

Entre los distintos aspectos de esa supuesta conspiración, el señor Areán dice que los conspiradores habrían manipulado cronométricamente al Gobierno del PP, haciéndole creer en la autoría etarra. Que se les condujo “cronométricamente” no es una teoría: nuevamente es un hecho. Así lo demuestran las notas informativas del Centro Nacional de Inteligencia que fueron desclasificadas tras el atentado, según las cuáles el CNI aseguró al Gobierno que la vía prioritaria era la etarra (7, 8) para el día siguiente a las elecciones generales, machacar al todavía Gobierno en funciones asegurándole que lo más probable era que el argelino Allekema Lamari estuviera detrás del atentado.

El señor Areán nos da su opinión sobre algunos aspectos concretos de estas teorías conspirativas, afirmando que de haber existido habrían supuesto “un esfuerzo jamás visto en la Historia de la Humanidad” y que los participantes habrían elaborado la versión oficial de una forma “consistente”. Permítanme que discrepe tanto de lo uno, como de lo otro. La versión oficial es cualquier cosa menos consistente: fotografías manipuladas, testimonios manipulados, testigos que se contradicen, peleas intestinas por hacerse con el control de las investigaciones –o del Instituto Anatómico Forense-, mentiras probadas bajo juramento, contradicciones en todos y cada uno de los episodios, contaminaciones inverosímiles sin precedentes… No sé lo que el señor Areán entenderá por “consistencia”. Hay alguna de sus opiniones más llamativa que las otras. Dice Areán que todos esos esfuerzos cuasi-infinitos habrían sido ejercidos… “por la magra recompensa de gobernar cuatro años”. Seré yo quien haga ahora “un esfuerzo jamás visto en la Historia de la Humanidad” para no calificar esa brillantísima deducción de mi interlocutor. Me limitaré a decir que estoy convencido de que los que cometieron el terrible atentado del 11 de marzo de 2004no son “el PSOE”, ni el Gobierno, ni nada que se le parezca. Demuestra Areán haber leído con escaso detenimiento todo lo publicado en Diario Liberal. Hay una diferencia muy grande entre beneficiarse de un atentado (voluntaria o involuntariamente) y planificarlo o cometerlo. La mejor forma de teorizar (él sí) sobre las teorías conspirativas, valga la redundancia, del 11M, es recurrir a ese simplismo absoluto que establece que todos los participantes son responsables de la matanza y están al mismo nivel. Desde los políticos hasta los periodistas, pasando por los que han manipulado documentos o los que han mentido durante el juicio. Las cosas, como bien sabe Luís Fernando Areán, son mucho más complejas. Y ninguno de esos personajes está probablemente relacionado con la masacre. O si lo está, desde luego no han aparecido pruebas ni indicios que así lo certifiquen.

Sobre esas “conspiraciones ocultas, de magnos poderes en la sombra”,hemos tenido muchas en las últimas décadas. Algunas más conocidas que otras. Y en la práctica totalidad de ellas aparecían como protagonistas principales nuestros servicios secretos. Tal vez debería el señor Areán releer testimonios (de los protagonistas) y documentos relacionados con, por ejemplo, el 23F, sin ir más lejos. Porque desde luego y sin la menor duda, en España hay “magnos poderes en la sombra” que se dedican habitualmente a eso que él llama “conspiraciones ocultas”. Por alguna de ellas se intentó juzgar a varios de los responsables, pero tan magnos son sus poderes que con frecuencia todo quedó en agua de borrajas. En cuanto a que ese tan “magno” poder sea capaz de hacer que “la opinión pública se trague una monumental mentira”, Areán tiene sencilla la comprobación de sus propias palabras: que salga a la calle y le pregunte a la gente por cualquier aspecto relacionado con la investigación del 11M. En el propio resultado que obtenga estará la respuesta. El 11M no interesa a prácticamente nadie y eso permite hacer a cualquiera, magno o no magno, que “la opinión pública se trague una monumental mentira”. Areán sabe que los diarios más importantes de España (El País, sin ir más lejos) han llegado a afirmar en sus páginas mentiras tan burdas y tan malintencionadas como que la Goma-2 ECO lleva DNT y el Titadyne (los Titadynes, deberían decir en todo caso) no lo lleva. Partiendo de esta “base mediática”, buena parte de la opinión pública irá donde los medios les digan. Y eso no significa que el periodista en cuestión sea partícipe de una conspiración que dejó casi doscientos muertos y miles de familias destrozadas.

Debería decir Areán a quién y en qué escrito he acusado yo “sin pruebas”. De lo contrario soy incapaz de defenderme de tal acusación –ésta sí, sin prueba alguna-. En su carta hace un notable despliegue de verdades irrefutables, como por ejemplo que ni los jueces ni los policías que han participado en la instrucción y el juicio del 11M han planteado la existencia de “ese posible poder oculto”. Sin duda tan brillante deducción merece ser destacada. En cuanto a si éstos o aquéllos dudan o no sobre “la capacidad del Estado de Derecho español para dilucidar la verdad”, me van a permitir que no sea tan osado como Areán. Para llegar a esa conclusión necesitaría hablar personalmente con todos y cada uno de las personas en cuestión a las que él se refiere genéricamente. Desde luego, los escasos miembros del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil con los que he tenido el gusto de hablar sobre el tema, no tienen ninguna duda al respecto. Aquí es donde el señor Areán me acusará de hablar por terceros “sin pruebas”. Desafortunadamente para él, juego con ventaja, porque quien más quien menos, todos nuestros lectores conocerán a varios miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Y podrán sacar sus propias conclusiones sobre esa supuesta infalibilidad del “Estado de Derecho”.

A Areán le parece “interesante” que yo mezcle en mi escrito a jueces y policías con políticos. Merece la pena rescatar la frase textual que acompaña a ese comentario: “La opinión de los políticos, en este contexto, es irrelevante. En un Estado de Derecho, la verdad judicial la establecen los jueces.” Tengo que decirle al señor Areán que en la vida se puede tener razón o se puede estar equivocado. Incluso se puede estar muy equivocado. Por poder, se puede uno incluso empecinar. Pero lo que no se puede, o no se debe, es hacer demagogia de ese calado. No por una cuestión ética, ya que la ética de cada uno la fija uno mismo. No, señor Areán. Por motivos mucho menos loables: si usted trata de convencer de algo a sus lectores y para ello emplea argumentos como que en España existe una verdadera independencia de Poderes, afirmando con los jueces son plenamente independientes de la Política y que por lo tanto estamos en un perfecto Estado de Derecho, corre el riesgo de producir el efecto contrario al buscado. Tal vez usted viva en una nube(o en otra galaxia, tras estudiar tan afanosamente a sus tan admirados ufólogos) pero el común de los mortales sabe que en España la Justicia (y la Policía, y… y …) está permeada por la Política hasta extremos indecentes. Existen ejemplos tan famosos y tan descarados que siento pudor sólo de comentarlos. Pero sin concretar en ningún miembro concreto de la judicatura, baste comentar algunos ejemplos generales. Por ejemplo, cómo los principales partidos mueven sus fichas para colocar a su gente en los principales tribunales del Estado o en e lConsejo General del Poder Judicial. O cómo recientemente Olga Sánchez nos recordaba que la Fiscalía es una organización jerárquica que cuelga de un señor nombrado directamente por el Gobierno de turno (sic).¿Independencia de Poderes? Queda todo dicho, señor Areán. Quien subestima la inteligencia de aquellos a los que se dirige corre el riesgo de que se den cuenta.

Es de agradecerle a Luís Fernando Areán que haya comentado algunas de las alusiones concretas de mi carta. Insiste en repetir que sí se hicieron autopsias a los muertos de Leganés. Su argumentación, impecable: hay autopsias porque lo dicen tres sentencias diferentes. Omite pequeños detalles. Omite, por ejemplo, que en la primera de esas sentencias (del Tribunal Supremo, nada más y nada menos) se trataba el tema de la destrucción de los trenes y se venía a decir que todas las decisiones tomadas al respecto habían sido intachables. Dos años después el mismo Tribunal Supremo, una nueva sentencia (la tercera de la que habla el Sr. Areán) dice más o menos abiertamente que es absolutamente reprochable la tan apresurada destrucción del escenario del crimen. Ésa es, señor Areán, la infalibilidad de las sentencias judiciales, que hoy pueden decir una cosa y mañana la contraria. En cuanto a la segunda de esas tres sentencias, la de la Audiencia Nacional, el Tribunal se limitó a hacerse eco de las conclusiones previas del Supremo, por lo que arrastra los mismos errores de aquélla. Omite Areán, supongo que no intencionadamente, que los propios forenses responsables de realizar los estudios sobre aquellos restos cadavéricos jamás han afirmado que tales estudios fueran verdaderas autopsias, nisiquiera cuando fueron interrogadas directamente sobre este punto durante la vista oral. Omite que al juez instructor le llegó un solo informe de autopsia. Y omite que la que era jefa de todos aquellos forenses, la Dra. Carmen Baladía afirmó públicamente en una entrevista que los estudios que realizaron eran sólo informes complementarios quede ninguna manera constituyen una autopsia. Pero si tres sentencias afirman lo contrario, ¿qué sabrá la que era Directora del Instituto Anatómico Forense y jefa de esos forenses que realizaron los estudios? El juego de la demagogia no tiene ningún problema a la hora de bordearla realidad escudándose siempre en la infalibilidad de un presunto inmaculado Estado de Derecho. Desgraciadamente, los españoles saben que nuestra joven Democracia es, por culpa de todos, cualquier cosa menos perfecta.

Sobre la perito de los TEDAX, tal y como explicaba en mi carta anterior, no soy yo quien delante del tribunal calificó como de “incierto totalmente” lo dicho por esta señora, sino el máximo experto en analíticas del Cuerpo Nacional de Policía. Aunque realmente no es necesario ser experto en nada para entender que los análisis sencillos se pueden realizar en los equipos precarios mientras que los análisis complicados han de ser llevados a cabo en los equipos más sofisticados. Eso lo comprende cualquiera, a pesar de que la perito con carné profesional 17632 viniera a decir, con su exposición sobre las sustancias pesables y las no pesables, justamente lo contrario.

En cuanto a los peritos del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, yo no he dicho que mientan. He destacado que para justificar la aparición de unos componentes –que los amigos del señor Areán decían que jamás iban a aparecer- sostuvieron una teoría de la contaminación que no tenía sentido. Y tuvieron que mutarla por otra. Pero esta segunda también carecía de sentido, por lo que tuvieron que proponer una tercera. Y aunque la tercera era igualmente inverosímil y no tenía precedentes, el tribunal la dio por buena. Areán a eso puede que lo llame mentir. Yo sólo constato hechos.

En cuanto a quienes redactaron los informes telefónicos, no puedo acusarles de mentir porque ni siquiera sabemos quiénes son. Es muy cómodo poblar el Sumario de informes policiales contradictorios de los que nadie se hace responsable. Ojalá en este punto concreto pudiera acusar a alguien de mentir o de equivocarse, cuando menos. Lo mismo sucede con las alteraciones de testimonios o con las fotografías de lasque hablábamos anteriormente. Si Areán me señala al responsable me plantearé acusarle de mentir, o de falsificar o simplemente de ser un completo inútil. En cuanto a las “decenas” de policías que según él habrían mentido, recientemente escuché a un periodista de aquellos que se dedicaban a la investigación del GAL en tiempos no tan lejanos comentar que se detuvo a unos cuantos pero que en realidad entre la trama azul y la verde, había literalmente cientos de agentes implicados en el GAL. No lo dije yo, un simple aficionado, sino un profesional. Lo matizo para ver si así el señor Areán medita sobre el asunto. Si cientos de policías y miembros de la Guardia Civil pudieron participaren tramas de corrupción, secuestros, torturas, asesinatos y entierros en cal viva, no sé qué puede haber de extraño en sugerir que “decenas” de policías puedan haber cometido algunas manipulaciones de registros o haber redactado algún informe de dudosa credibilidad. Nuevamente conviene dejar claro que el que el último eslabón de la cadena haga uso del típex no quiere decir ni que sea un asesino ni que esté encubriendo a los autores de la masacre. Por mucho que Luís Fernando Areán quiera venderlo así. Hay muchos niveles de manipulación, de errores, de negligencias, de ocultaciones o de falacias en torno al 11M. Meter a todos en el mismo saco, tomando la parte por el todo, no es más que un atajo para fabricar una gran falacia del hombre de paja, algo en lo que Areán resulta bastante experto. Y ejerce como tal cuando dice que en esa conspiración tuvieron que participar, por ejemplo, los policías que participaron en el cerco de Leganés o los GEO que acudieron al piso. Ésa es su opinión. Opinión que desde luego yo no comparto. El mismo caso sucede con otros tantos miembros del Cuerpo Nacional de Policía citados por él, de los que no sé qué relación pueden tener no ya con la “conspiración” sino simplemente con las mentiras probadas.

Se equivoca Areán al decir que nadie ajeno a la conspiración denunció a algunos de esos miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. He de recordarle que durante el juicio del 11M se le solicitó deducción de testimonio a varios de estos defensores del Orden y que previamente el Sindicato de Funcionarios Manos Limpias sí acudió a los tribunales contra varios de ellos. Aquellas denuncias fueron sistemáticamente desestimadas: los defensores de la versión oficial con frecuencia argumentan que episodios “sorprendentes” de la misma pueden explicarse fácilmente a través de la “teoría de la negligencia”. Sin embargo, cuando alguien denuncia a esos personas negligentes, el sistema mira hacia otro lado. Algún día tendremos que hablar de las “negligencias” del 11M. Y peca de osado Areán cuando habla en nombre de “la totalidad” de la Policía y la Guardia Civil, pero ése es un viciodel que me temo que no voy a poder curarle. Porque ahí él juega con ventaja y lo sabe. Igual que juega con ventaja cuando afirma, con toda la razón del mundo, que ningún policía ha declarado ante un juez que la mochila de Vallecas es falsa.

De nuevo Areán recurre a la demagogia más insultante: “si un aficionado como el señor Allica… es un insulto a la inteligencia pensar que un policía o un juez profesional no las vería, de ser ciertas”. Señor Areán, como le dije anteriormente, se puede opinar una cosa u otra, pero lo que no se puede es sostener tres argumentos diferentes al mismo tiempo. No me puede usted decir que en el 11M no hay nada raro, al mismo tiempo que me intenta convencer de que existen negligencias que no merecen ser investigadas. De la misma forma, no me puede usted enfrentar a ese argumento torticero de que yo soy un “aficionado” y los policías y los jueces son “profesionales” porque da la casualidad deque si algo ha quedado claro en estos cuatro años es que lo único que puede exonerar de mala fe a todos esos “profesionales” es precisamente su falta de pericia y de profesionalidad. Le recuerdo a usted que fue un “aficionado” el que destacó el “error” de Sánchez Manzano en la Comisión de Investigación al citar la nitroglicerina. Del fruto de la indagación de ese “aficionado” se hizo eco el subdirector de El Mundo, Casimiro García Abadillo y se montó tal revuelo que el juez instructor Del Olmo llamó a declarar a la perito nº 17632 y al que fuera Jefe de los TEDAX, Juan Jesús Sánchez Manzano. Y derivada de aquella “aficionada” noticia, el tribunal que juzgó el 11M obligó a que se realizara una verdadera prueba pericial sobre los restos de explosivos recogidos en los trenes. O mejor dicho, sobre los restos que quisieron entregarle al tribunal. ¿Dónde han estado esos “profesionales” durante todo este tiempo? Porque lo cierto es que errores, negligencias o mentiras, los “aficionados” han encontrado cientos de contradicciones en el sumario. Los jueces y los policías, al menos en el ámbito de lo público, ninguna. Al menos la Guardia Civil sí ha dado alguna muestra de profesionalidad en todo lo concerniente a la investigación del 11M.Y es que incluso en asuntos tan turbios como éste, todavía hay clases.

Sobre lo que a mí me parece verosímil o inverosímil, le animo a que me explique el dilema de las llamadas de despedida de Leganés. Y a que desde los foros que frecuenta solicite a la Justicia que aclaren el enorme agujero negro que abrieron con su segundo auto de aclaración, tratando de parchear –sin éxito- el que contenía la sentencia alrespecto. Sabe de lo que le hablo así que le ruego que no se ría de nuestros lectores. Cuando tenga una explicación convincente –y completa- o sea capaz de señalar a los responsables de los “errores”,le rogaría que me lo hiciera llegar a través de cualquiera de los medios a su disposición.

El señor Areán se lía claramente con los elefantes y las probabilidades. No se da cuenta de que lo que él sostiene –no aquí, sino desde hace al menos tres años- es que el hecho de que sea posible que alguien tire un dado doscientas veces y obtenga doscientos seises, significa que es perfectamente normal que alguien lance ese dado esa cantidad de veces y consiga sacar esa misma cantidad de seises. Más de una vez he tenido el honor de leerle argumentaciones del estilo de que la prueba de que es posible una contaminación sin precedentes e inverosímil (que no deja de ser una elucubración y que además se le ha tratado de ocultar a la opinión pública) es que… ¡ha sucedido! Jamás leí argumentos tan falaces como ése. Y el problema del Sr. Areán es que si esos burdos trucos de prestidigitador dialéctico los tuviera que emplear una o dos veces, la cosa no sería tan grave. Pero en el 11M existen literalmente cientos de casos que han de ser explicados mediante los errores, las negligencias y las casualidades para no tener que admitir que el 11M es uno de los acontecimientos más oscuros de nuestra historia.

En esta misma carta Areán encontrará algunas de esas mentiras que dice que no hemos sido capaces de demostrar. Supongo que no servirá de nada: su propaganda –en sentido estricto- consiste en repetir una y otra vez que no tenemos pruebas, que no hemos demostrado nada. Y seguirá diciéndolo hasta que toque cambiar de argumentación. Propaganda que va siempre aliñada con una buena dosis de disertaciones sobre Karl Poppery las teorías conspiracionistas. Una buena propaganda siempre debe contener comparaciones esperpénticas para ridiculizar las tesis del interlocutor. Y por supuesto una enorme cantidad de demagogia de la peor especie, llegando a sostener que en España la Justicia es independiente de la Política (¡!).

Sobre descartar testimonios de testigos y peritos, el señor Areán es víctima de ese “sesgo cognitivo” del que habla. Hacíamos antes referencia a las declaraciones de Carmen Baladía, pero hay otras, como por ejemplo las del guía canino que dijo durante la vista oral que si la Renault Kangoo hubiera transportado explosivos aquel día, su perra lo habría detectado. Por poner sólo un par de ejemplos. Podría yo jugar al juego del señor Areán y acusarle de vejar al Cuerpo Nacional de Policía poniendo en duda la credibilidad del perito Manuel Escribano, pero no lo haré. Me limitaré a decir que tal y como demostró Olivia Moya, esas “meras especulaciones sin base científica” eran práctica habitual (9). El sesgo cognitivo de Areán le impide reconocer esta cruda realidad. Por otra parte, Escribano no sé las suspicacias que le generaría al tribunal, pero desde luego él era testigo en ese juicio, al contrario que los mandos a los que se juzgaba y que según el tribunal cometieron “irregularidades administrativas”.

A Areán le parece absurdo realizar pruebas para datar la muerte de los presuntos suicidas. Yo sólo espero que numerosos médicos lean su carta y la reenvíen a todos sus colegas. De nuevo su argumentación se convierte en su peor enemigo. Areán sabe que basta una prueba tan sencilla como tomar la temperatura del hígado, pero supongo que los forenses estaban demasiado ocupados aquel 3 de abril de 2004. Muy ocupados tenían que estar cuando le impidieron a los miembros de la Policía Científica que accedieran a los restos cadavéricos durante un día completo. En cuanto a lo que vimos por televisión, le agradezco que nos recuerde a todos que vimos en televisión cómo explotaba un piso. Lo que sí le pediría es que tratara de no recurrir constantemente a argumentos falaces ni a hombres de paja: limítese a rebatir lo que diga su interlocutor. Dice Areán que “el conspiracionismo” pretende que se abra el tórax a un individuo del que sólo queda un trozo de cráneo. Es exactamente al revés, señor Areán: son los forenses (ésos que según usted están libres de toda sospecha) los que al ser preguntados sobre por qué no habían abierto el tórax de aquellos sujetos, respondieron que estaban terriblemente fragmentados. Lo cual es absolutamente incierto dado que al menos cuatro de los suicidados presentaban daños corporales no imposibilitaban, de ninguna manera, aquella operación. Dicho de otra forma: la razón (según ellos) por la que no le abrieron el tórax a unos cuerpos es porque había otros diferentes que no tenían tórax que abrir. ¿Quién es el que expone argumentos torticeros y falaces?

Discutir con el señor Areán sobre la volatilización de la sangre es un brindis al Sol: un señor que se empeña en afirmar que existen unas autopsias que la propia jefa de los forenses ha dicho que no existen y que los mismos forenses no se han atrevido a denominar “autopsias” es impermeable a todo razonamiento e inasequible al desaliento. Le recomiendo que revise fotografías de cualquier atentado con bomba. Encontrará muchas de atentados en Israel, aunque las de los trenes del 11M deberían bastarle. Resulta muy cansino con sus muñecos de paja, señor Areán. “Lo de la sangre en las paredes” a mí me trae sin cuidado, porque todos los que entraron en aquel piso certificaron que no había sangre por ninguna parte, salvo en la escalera de acceso donde falleció Francisco Javier Torronteras Gadea. Con el carrito de la compra sucede tres cuartos de lo mismo: me agota tener que dar explicaciones sobre asuntos de los que nunca he hablado. Y menos aun en estas páginas de Diario Liberal, que es, fundamentalmente, de lo que usted hablaba en su primer escrito.

Fíjense los lectores en las manipulaciones de Luís Fernando Areán, que comienza hablando de que en Diario Liberal se da pábulo a teorías conspirativas poco menos que judeo-masónicas. Se le contesta diciendo que eso no es cierto, y responde hablando sobre carritos de compra de los que otras personas han hablado en otros foros. Una vez más, señor Areán, queda todo dicho. No haga responsable a Diario Liberal, ni a mí, de lo que otros digan. Y no trate de maquillar esa marrullería dialéctica argumentando que esas terceras, o cuartas, o quintas personas participan en los mismos foros que yo, porque en esos mismos foros también han entrado –y usted lo sabe- amigos suyos con la peor intención, ocultando su identidad. Sin ir más lejos y como comentaba yo en un artículo anterior, en esos blogs y foros donde yo participo hace mucho tiempo a alguien se le ocurrió decir que a Francisco Javier Torronteras le habían “pintado” la herida en la pierna. Un comentario tan atroz, miserable e irrespetuoso no merece más que el desprecio. Y usted viene aquí esgrimiendo cosas como ésa para lanzarla contra mí y contra Diario Liberal. Lo que sí le agradezco es que me haya ilustrado con el episodio de Vera (Almería) porque no lo había escuchado jamás. Y sobre la locomotora “El Vasco”, son los que se lo vendieron a Acebes los verdaderos conspiracionistas. Los mismos que le plantaron el mapa (usted sabe qué mapa, no me haga entrar en detalles cuando ya llevo ocho folios redactados) del Corredor del Henares en su mesa en aquellos infaustos días de marzo de 2004.

Señor Areán, la perito responsable del almacén de los TEDAX declaró en el juicio que en sus más de 20 años de carrera profesional allí jamás se había dado una contaminación como aquella. Y especificó claramente que para que no tuvieran lugar estos episodios de contaminación, ella era extremadamente cuidadosa introduciendo las muestras en bolsas que estaban metidas en sobres que estaban metidos en bolsas que estaban metidos en cajas que estaban metidas en bolsas que a su vez estaban encerradas en un armario cerrado. Haga el favor de no culparme a mí de los esperpentos de la versión oficial. Bastante peso soporto con mis propias palabras como para hacerme responsable de lo que diga la Licenciada en Ciencias Químicas de los TEDAX con carné profesional17632. No es que yo haga burla sobre una teoría específica, como afirma Areán: es que me parece vergonzoso que se elucubre de una manera tan patética como se hizo durante el juicio, presentando una, dos y hasta tres teorías (burdas especulaciones mutantes) diferentes con tal de no reconocer la tozudez de los hechos: que apareció justamente lo que algunos de los “aficionados” temían que fuera a aparecer. Afortunadamente en Internet queda todo escrito, señor Areán. Invito a los lectores a que sigan el tema de los explosivos en los cerca de doce meses que van desde junio de 2006 hasta la finalización del juicio del 11M. Que lean lo que decían los “conspiranoicos” y que lean también lo que decían los amigos de usted. Y que decidan ellos mismos. Es cierto, como dice Areán, que los ocho peritos dijeron públicamente que no creían que la “contaminación” pudiera ser intencionada. Sus motivos tendrían. Sin embargo, más vergonzoso aun que las distintas –y progresivas- elucubraciones que tuvimos que presenciar durante esa pericial, resulta la conclusión del tribunal en la sentencia: respecto al explosivo, todo o en parte salió de Mina Conchita. Todo o en parte. Creo que tamaña ambigüedad -vacía de contenido- no merece comentarios.

Todo, absolutamente todo puede ser atribuido a errores, negligencias, fallos informáticos… por supuesto que sí. Y yo lo único que quiero es que me digan quiénes son los responsables de todos y cada uno de esos errores. Y de paso, que paguen los responsables de todas y cada una de esas negligencias. Pero me temo que el señor Areán no está de acuerdo con mis pretensiones.

Sobre las “leyendas” de los policías premiados, mal ejemplo nos pone el señor Areán, dado que Jesús de la Morena Bustillo acabó como Jefe de Seguridad de Iberia tras el 11M cobrando presumiblemente un salario muy superior al que tenía asignado cuando era Comisario General de Información. Salario que no dudo tuviera merecido, por supuesto. Hay muchas formas de premiar a alguien, pero supongo que para el aparato demagógico de Areán esto es inadmisible.

Comparto absolutamente con Luís Fernando Areán el interés por que los lectores de Diario Liberal visiten los foros de Desiertos Lejanos. Nadie mejor que ellos podrá juzgar y valorar las argumentaciones de los que allí participan. De hecho, me consta que allí colaboran personas de argumentaciones más sólidas –y sobre todo de prosa más fácilmente digerible- que las de Areán. Así que invito a todo el mundo a que valore precisamente la valía y la honestidad intelectual de los miembros de esos foros. Y por supuesto les invito también a que obren en consecuencia, según encuentren una cosa u otra.

Debería el señor Areán ser un poco más respetuoso con sus interlocutores. Acusarme abiertamente de no aceptar el resultado electoral del 14 de marzo de 2004 es poco menos que tacharme de enemigo de la Democracia. Le diré a Luís Fernando Areán que los que no estaban dispuestos a aceptar el resultado del 14 de marzo son los que llamaron a los medios de comunicación inventándose terroristas suicidas, como José Luís Rodríguez Zapatero. Los que no estaban dispuestos a aceptar una posible victoria del Partido Popular son los que como Iñaki Gabilondo propagaron ésa y otras falacias sobre suicidas depilados con tres capas de calzoncillos, forenses israelíes especializados en suicidas, etc. Son ellos, y no yo, los que no estaban dispuestos a aceptar el resultado electoral y tomaron las medidas oportunas. Yo, por el contrario, estoy –es cierto que no siempre lo he estado- hoy muy contento con la victoria electoral del PSOE en 2004 y con su renovación del 9 de marzo de este año. Y los estoy porque el 11M me ha demostrado que la sociedad española tiene el Presidente que se merece, el Gobierno que se merece, la Oposición que se merece e incluso la Monarquía que se merece. Así que en mi opinión todo está donde debe estar. Fíjese, señor Areán, si he aceptado la victoria del PSOE en 2004 que detesto profundamente el silencio cómplice (cuando menos) de la entonces cúpula del Partido Popular. Ese silencio cómplice que nos priva a los ciudadanos de una Verdad que algunos, buscamos desde entonces. Tenga usted la delicadeza, señor Areán, de pensárselo dos veces la próxima vez que trate de insultarnos. Porque sabe, aunque quiera mirar para otro lado, que entre todos estos “aficionados” que no han aceptado, según usted, aquel resultado electoral, hay muchas víctimas directas del atentado. Y lo menos que se merecen es que alguien como usted les afee una conducta libre de toda sospecha y, al contrario que otros, de cualquier interés espurio.

Miente usted abiertamente cuando dice que estamos (empieza mal usted generalizando y metiendo a todo el mundo en el mismo saco…) enamorados de un dogma y que nada podría hacernos cambiar de opinión. Debería saber usted y estoy seguro de que lo sabe, que eso no es cierto. De hecho, a pesar de todas las molestias que muchos se han tomado para que pensemos que ETA cometió el 11M, cada vez somos más los que tememos que la respuesta a los enigmas del 11M sea mucho peor que eso. En estos cuatro años muchas han sido las falacias que, siendo dadas inicialmente por buenas, han sido estudiadas, cuestionadas y descartadas finalmente. No sólo por los “aficionados”, sino por los “profesionales”.Profesionales como Fernando Múgica que más de una vez se han jactado de saber, con nombre y apellidos, quiénes les engañaron, quiénes les vendieron las patrañas de la trama asturiana o quiénes trataron de intoxicarles con la vía etarra.

Por otra parte, señor Areán, le recomiendo que no siga el ejemplo de Gozalbo y no subestime en demasía a los “aficionados”, pues no todos son amas de casa, maestros o estudiantes. Y eso, evidente, es algo que usted también debería saber. Pero el tiempo da y quita razones y no soy yo quien para tratar de convencer a un notable conpiranólogo como usted, docto en teorías conspirativas y metanaminas varias. Sobre Galileo y los métodos medievales, justamente hace unos días un buen amigo mío me decía que la gente como usted, en otra época, habría quemado a Galileo en la hoguera. Sin duda como inquisidor no habría tenido precio, puesto que no sólo decide quién acepta o no un resultado electoral, sino que condena de antemano a decenas de presuntos terroristas de los que la mitad están hoy en libertad.

Hay afirmaciones tan grotescas que me niego a comentarlas. Dice usted que “leyendo a los Peones Negros, uno se queda con la impresión de que lo realmente importante del 11-M no fue el atentado en sí, con su horrible coste en dolor y vidas humanas truncadas, sino el resultado electoral.” En primer lugar, igual que invito a todos nuestros lectores a que conozcan el foro de Desiertos Lejanos, les animo igualmente a que conozcan el Blog de Luis del Pino y que saquen sus propias conclusiones. En segundo lugar, recurre usted de nuevo a la interpretación que hace de lo que terceras personas dicen en otros lugares para argumentar sobre una carta en la que criticaba directamente las publicaciones de Diario Liberal. Y en tercer lugar, a mí a estas alturas el resultado electoral de 2004 me importa tan poco como la opinión de usted, porque tengo muy claro –yo, señor Areán, así que trate de no generalizar, porque ya ha cubierto el cupo por este mes- que el objetivo del 11M se habría cumplido independientemente del resultado de aquellas elecciones, más tarde o más temprano. Y sobre esto y sobre los que no aceptan resultados electorales, podríamos hablar largo y tendido. Y no me estoy refiriendo, señor Areán, a ningún partido político.

Sobre las campañas de calumnias podríamos acudir a la hemeroteca y echar un vistazo al trato absolutamente vejatorio al que el omnipresente juez Garzón sometió a Escribano, López y Manrique, tres peritos del Cuerpo Nacional de Policía que decidieron plantarse antelas “irregularidades administrativas” (según sentencia judicial) de sus superiores. Después de que Garzón los masacrara judicialmente y de que fueran víctimas del más cruel acoso laboral, no sé cómo usted se extraña, o finge sentirse extrañado, de que no haya policías que denuncien más manipulaciones. Hay varios casos más de acoso laboral a miembros de la Guardia Civil por motivos similares, pero entiendo que hace muchas páginas que ya me extiendo demasiado.

Le ruego que se lo piense dos veces antes de responderme a mí utilizando como argumentos lo dicho por otros, porque me duele profundamente que me achaque que alguien, un día, en un sitio, dijo que Don Francisco Javier Torronteras está vivo cobrando una pensión. Si yo le hiciera a usted responsable de las cosas que he leído a varios miembros del colectivo que cita en su carta, supongo que entendería lo que quiero decir.

Nadie está intentando minar ninguna institución, señor Areán. Ese argumento es tan torticero como todos los anteriores. Y le recuerdo a usted que es lo mismo que se decía hace diez años cuando el diario El Mundo investigaba los terribles crímenes del GAL. Aunque pensándolo bien, se trata de una buena comparación, dado que también entonces muchos medios sostenían que aquel conspiracionismo no era más que un cúmulo de patrañas urdidas por el “sindicato del crimen” para derribara un Gobierno socialista. Por desgracia el tiempo demostró que el conspiracionismo resultó ser conspiración, que la Policía es un colectivo no exento de garbanzos podridos y que exigen gentes dispuestas a delinquir por dinero. Y a mirar para otro lado, por miedo o simplemente para evitar problemas innecesarios. Muy al contrario de lo que usted dice, el que ayer se pretendiera depurar las instituciones –cosa que no se hizo y de aquellos polvos vienen estos lodos- era algo muy deseable que tendría que haber ejercido cualquier demócrata. Hoy ocurre exactamente lo mismo, con la salvedad de que hay casi doscientos muertos sobre la mesa y miles de familias destrozadas por los traumas y las lesiones.

Sobre las preguntas que plantea, algunas tienen respuesta en este mismo texto. Respuesta evidente. Otras son bastante más complejas y para dar una contestación tendría que lanzarme a la elucubración gratuita, ejercicio éste que dejo para gente más brillante como usted o la fiscal Olga Sánchez. Creo, sin embargo, que son preguntas muy interesantes, por lo que invito a todos nuestros lectores a que traten de responderlas.

Por último, y antes de enlazar los artículos citados anteriormente, permítame señor Areán que le pida un favor: no responda a esta carta. Envíe los artículos que desee a los medios que prefiera, pero no responda a esta carta. Porque nos conocemos desde hace ya demasiado tiempo y sé que usted siente una debilidad terrible por las divagaciones eternas y estériles sobre el conspiracionismo teórico. Es perfectamente capaz de enredarse en un toma y daca dialéctico interminable y yo no tengo tiempo para dedicarlo a discutir con alguien como usted, experto en eludir la realidad y escudarse en la demagogia. Le conozco desde hace ya el tiempo suficiente como para saber que usted es capaz de aburrir al interlocutor hasta hacerle desistir y cuando esto ocurre autoproclamarse campeón del mundo de los pesos pesados insistiendo en que el de en frente carece de argumentos sólidos. Como ya nos conocemos todos, Sr. Areán, ahórrese el tiempo de continuar con este chat particular. Si se le rechaza un diálogo, se le está censurando. Si no se le responde siquiera a uno sólo de sus comentarios, se ha quedado uno sin argumentos. Y si se expone con claridad que hay incontables puntos oscuros en el 11M que aún están sin aclarar, se incurre en teorías conspirativas. Después de años dedicados a seguir todas las informaciones sobre el 11M en los medios y en Internet, nada nuevo bajo el Sol.

1) http://www.libertaddigital.com/index.ph … ;cpn=31743

2) http://www.peonesnegros.es/descargas/AUTO11M_2.pdf

3) http://www.libertaddigital.com/noticias … 18469.html

4) http://www.diarioliberal.com/DL_paradojas.htm

5) http://www.libertaddigital.com/index.ph … 1276278206

6) http://www.libertaddigital.com/index.ph … 1276288217

7) http://www.cadenaser.com/static/especia … /docu3.pdf

8 ) http://www.cadenaser.com/static/especia … lqaeda.pdf

9) http://www.libertaddigital.com//naciona … 276334380/

Santiago Allica

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