Titadyn, el eterno retorno (XLIII) por Rasmo

Titadyn, el eterno retorno (XLIII) por Rasmo

Terminé la anterior entrega refiriendo la tantas veces mencionada noticia de García Abadillo de 11.7.2006, a cuenta de la alusión a la nitroglicerina por parte de Sánchez Manzano en su comparecencia ante la Comisión del 11-M. En particular, desde aquella fecha y durante varias semanas, casi no pasó un día sin que El Mundo dedicara algún titular al asunto de los explosivos, incluyendo las renovadas cavilaciones en torno a esos enigmáticos “componentes genéricos” que el diario convirtió en uno de los grandes misterios del 11-M.

Recordemos muy brevemente ciertos aspectos cronológicos. A raíz de la artificial polémica, Del Olmo citó a declarar a Sánchez Manzano (17.7.2006) y a la perito 17.632, autora de los análisis de los focos (18.7.2006). De ambas comparecencias dio amplia cuenta El Mundo en sus ediciones de los respectivos días siguientes (18.7.2006 y 19.7.2006). A este respecto, conviene advertir que una cosa es lo que El Mundo dice que los testigos declararon… y otra muy distinta, lo que éstos en verdad dijeron. En cualquier caso, el acta de la declaración de la perito estuvo pronto disponible en Internet. No ocurrió lo mismo con la de Sánchez Manzano, que no he visto recogida en ningún otro lugar, pero que El Mundo dijo haber conocido meses más tarde. De hecho, como ya he apuntado en diversas ocasiones, este diario le dedicó una sonora portada (con las habituales secuelas) el 21 de enero de 2007. Tendremos oportunidad de examinarla con atención próximamente, pues incide en la materia que estamos discutiendo.

Recordemos también que, después de las palabras del Jefe de los Tedax en el Parlamento, la importancia de conocer los elementos que supuestamente había hallado la perito en sus análisis de los focos se basaba particularmente en el interés por dilucidar si de verdad se había encontrado nitroglicerina, como dijo Sánchez Manzano, o no. En este sentido resulta decepcionante comprobar (no soy el primero en decirlo, ni lo digo por primera vez) que en ocasiones parece que el tiempo no pasa por algunos comentaristas. Da igual repasar textos de 2006, 2007, 2009… uno encuentra las mismas historias (o casi las mismas) sin que la información disponible desde entonces haya hecho más sabios a sus autores. Así, por ejemplo, José María de Pablo (autor de la querella interpuesta en nombre de la AAV11M), en su libro “La Cuarta Trama” (marzo de 2009), no duda en afear la ignorancia demostrada por Sánchez Manzano al decir éste en la Comisión del 11-M que la nitroglicerina era componente de todas las dinamitas (p. 203; énfasis añadido):

Se equivoca Sánchez Manzano, porque no es cierto que la nitroglicerina sea componente de todas las dinamitas. En 2004, la única marca de dinamita que incluía la nitroglicerina en su composición era el Titadyn de ETA. Ninguna otra dinamita cuenta con nitroglicerina entre sus componentes. […] Pero lo más importante de estas afirmaciones no es que el jefe de la Unidad de la policía dedicada a desactivar explosivos desconozca la composición de la dinamita […].

Hombre, lo más grave es que, después de estar años dándole vueltas al asunto, y con tiempo sobrado para documentarse, un investigador escriba esa absoluta necedad en 2009. Y remacha (p. 253):

Si el Titadyn es la única dinamita que contiene DNT y nitroglicerina, no es mi culpa.

No sólo es inexacto de hecho, es decir, no sólo describe erróneamente el mundo exterior, sino que tampoco se libra de incoherencia interna, pues este autor indica igualmente (p. 200):

Y si lo que aparece es nitroglicol, ftalato de dibutilo y nitrato amónico, tendríamos que concluir que explosionó Goma 2 ECO, que es la única dinamita que se fabrica con esos tres componentes a la vez.

Sin embargo, él mismo recoge (p. 250, nota 109) el supuesto hallazgo de Antonio Iglesias según el cual el Titadyn también tiene ftalato de dibutilo [recuérdese además que el Titadyn contiene asimismo nitroglicol y nitrato amónico].

[Nota del Autor: Debo subrayar que considero enteramente discutible la afirmación de Iglesias en el sentido de que el Titadyn incluye el ftalato de dibutilo en su composición. Lo que intento poner de manifiesto en el texto principal es la inconsistencia de José María de Pablo, que sí da credibilidad al estudio del perito Iglesias pero al mismo tiempo señala que esos tres elementos, que (insisto) según él mismo resulta que también forman parte del Titadyn, son los que permitirían identificar la Goma 2 ECO.]

Igualmente desalentador es que, en 2009, García Abadillo escriba lo que escribe en el Prólogo de “Titadyn”. Recojo aquí ampliamente su exposición, por compendiosa, y luego analizaré cada uno de sus elementos principales aludiendo también, cuando proceda, a sus antecedentes en artículos y noticias de años pasados. Así pues, a efectos de la discusión detallada sobre el asunto de los “componentes genéricos de la dinamita”, lo que sigue será un nuevo texto de referencia (“Titadyn”, pp. 29 a 33):

[M]i fuente insistía una y otra vez en otra cuestión: «No os dais cuenta de la importancia de los focos. La clave de la investigación está en el análisis de los focos de las explosiones», me advirtió.

Pues bien, manos a la obra. […] Lo que descubrimos […] es que del análisis de los restos de diez de los focos la perito químico de los Tedax sólo pudo determinar la existencia de «componentes de la dinamita», pero […] no se mencionaba ninguno de ellos. […] [E]n ninguno de los análisis de los focos se pudo determinar, según los informes de Sánchez Manzano, nada más allá de que el explosivo era una dinamita.

[…]

Cuando lo hicimos público en El Mundo, nadie, ni químicos ni expertos en explosivos ni, por supuesto, nuestras fuentes en los Tedax, dieron crédito a esa afirmación imposible. No se puede afirmar que hay una sustancia sin conocer los componentes de la misma. Es así de sencillo. La lógica, a veces, es más útil que la verborrea pseudocientífica.

Para que no quedara ninguna duda sobre la imposibilidad de obtener más información, en el […] escrito remitido por Sánchez Manzano al juez Del Olmo […] se concluye que «es técnicamente imposible asignar nombre comercial a dinamitas que han sufrido reacción explosiva, ya que en ellas desaparecen determinados componentes que son los que hacen posible tal designación».

Es decir, que la tesis de la Fiscalía, sostenida en los informes del ocurrente Sánchez Manzano, de que los terroristas habían utilizado Goma 2 ECO para hacer volar los trenes el 11 de marzo de 2004, no se basaba en ningún análisis de los restos hallados en los focos de las explosiones, sino en los que se hicieron de los vestigios de la Kangoo, de los de la bolsa de Vallecas y, posteriormente, de los del explosivo hallado en el piso de Leganés.

[…]

En su declaración del 17 de julio de 2006 ante Del Olmo, provocada por la publicación en El Mundo de su, digamos, desliz ante la comisión de investigación parlamentaria, Sánchez Manzano confesó que no se pudo «dar la composición del explosivo, ni cualitativa ni cuantitativamente» porque los análisis que hizo su unidad «no tenían carácter científico», pues sólo presentaban un «carácter investigativo». La explicación que dio para ello es que los medios de los que está dotada su unidad «no son los de un laboratorio, sino de un grupo de investigación». Les añadiré que el único laboratorio homologado oficialmente para realizar los análisis de los explosivos es el de la Policía Científica, no el de los Tedax.

[…]

Sin embargo, quedaba aún una duda por despejar sobre los análisis que se llevaron a cabo en el laboratorio de los Tedax el día 11 de marzo sobre los restos de los focos. ¿Se hizo algún informe por escrito? ¿Realmente no se pudo determinar ningún componente? A esas preguntas sólo podía responder una persona: la químico conocida como Marián, que fue la que personalmente los hizo.

La perito, a la que el tribunal identificó por su número de agente policial (el 17.682) [sic; en realidad es 17.632], dio otra gran sorpresa durante su declaración. Y fue precisamente a preguntas del fiscal jefe de la Audiencia. Javier Zaragoza se interesó por los componentes detectados en los análisis de los focos, los que llevaron a afirmar que se trataba de dinamita.

Aunque, como recordarán, en los informes remitidos a Del Olmo, firmados por ella misma, se decía que no se podían determinar los componentes, ese día alguna luz le alumbró la mente porque, para asombro de todo el mundo, contestó: «Nitroglicol y nitrato amónico».

Increíble. Tres años después del atentado, la perito de los Tedax confesaba que ella en sus análisis detectó esas sustancias que, como ustedes ya se imaginan, son tan componentes de la Goma 2 ECO como del Titadyn. Incluso, a instancias del presidente del tribunal, llegó a mostrar un cuaderno, inmaculado, como recién salido del horno, para mostrar sus impolutas notas de trabajo.

No sabemos cómo se debió de sentir Sánchez Manzano, después de haber asegurado por activa y por pasiva que era imposible saber qué componentes había en el explosivo recogido de los focos, cuando escuchó a su subordinada mencionar dos de ellos.

Un relato que, para no mudar en su costumbre, hace aguas por todas partes.

Uno de los aspectos más objetables de esta narrativa es que contiene un monumental muñeco de paja respecto de las actuaciones y declaraciones de la perito 17.632. Se le atribuyen unos determinados dichos y hechos escandalosos frente a los que se construyen refutaciones que serían interesantes si realmente la perito hubiera obrado así. Pero no es el caso.

Para empezar, conforme a lo que adelanté en la anterior entrega, en esta descripción subyace una elemental confusión acerca de lo que la perito explicó entonces y ha explicado reiteradamente. Una cosa es que no se puedan hallar todos los componentes de un explosivo a partir de restos explosionados (y en sus respectivas proporciones) y, por tanto, no se pueda determinar la concreta marca de explosivo utilizada, y otra cosa bien distinta es que no se pueda hallar ningún componente. La autora de los análisis discutidos dijo lo primero, no lo segundo. Pero sus críticos entienden que su explicación sobre la incapacidad de fijar la marca se refiere a una supuesta incapacidad para nombrar componentes en su informe. En otras palabras, la cuestión de por qué no se da el nombre comercial del explosivo se confunde con la cuestión de por qué no se describió ningún componente concreto en el informe.

Esta confusión se hizo presente ya, en el caso de García Abadillo, en su lectura del informe de la analista de los Tedax contenida en un artículo de 17.7.2006:

Resulta sorprendente en este informe que, en las ocho muestras de los focos de los trenes donde se encontraron «componentes de las dinamitas», estos no se detallen, al igual que sí se hace con la sustancia encontrada en la bolsa-bomba de Vallecas. Y la excusa que se da para ello es que «es técnicamente imposible asignar el nombre comercial a dinamitas que han sufrido reacción explosiva».

Pero se hizo más evidente a partir del mismo día posterior a la comparecencia de la inspectora 17.632 ante Del Olmo. Así, el 19 de julio de 2006, El Mundo incluía portada, editorial y doble artículo (de Marraco y García Abadillo) comentando sus (presuntas) declaraciones. Particularmente ilustrativo es el texto del vicedirector del diario, quien resumía la intervención de la perito atribuyéndole lo siguiente:

Que no se pueden determinar los componentes del explosivo que los terroristas utilizaron en los trenes y que tan sólo puede decirse que se trata de dinamita. […] Según la inspectora, cuando se dice (explícitamente en su informe del día 12 de marzo [sic; la fecha es errónea]) que en ocho de los 10 focos que provocaron las explosiones se encontraron «componentes de dinamita» pero no se especifican cuáles son éstos, la razón es porque la reacción explosiva provoca «interferencias» que hacen imposible su determinación. Es decir, que se puede afirmar que la explosión la provocó la dinamita, pero no sus elementos.

Con el lamentable resultado de que “tras un testimonio tan poco fiable”, “a día de hoy, no se puede decir qué tipo de explosivo hizo saltar por los aires los trenes”.

Pedro J. Ramírez incidía en lo mismo unos días más tarde (EM, 23.7.2006):

Resulta inverosímil que una y otra vez, foco de explosión tras foco de explosión, se nos diga que había «componentes de la dinamita» sin poder especificar en ningún caso de cuáles se trataba.

El editorial de El Mundo de 24.7.2006 lo dejaba igualmente claro:

Según ellos [Sánchez Manzano y la perito], es imposible determinar el tipo de dinamita que explotó en ninguna de las doce deflagraciones […] y todo lo más que puede afirmarse es que había «componentes de la dinamita» sin especificar cuales.

Así como la portada del día 30.7.2006, que imputaba a esos dos policías una “versión de los hechos […] según la cual es imposible determinar los componentes de las bombas y sólo puede decirse que se trata de dinamita”.

Y, como ya advertí anteriormente, en 2009, con el revival de “La Cuarta Trama”, “Titadyn” y la querella de la AAV11M, El Mundo repite lo de siempre (16.7.2009):

El único examen de esos restos lo efectuó una perito químico de los artificieros que ni siquiera fue capaz de identificar la composición del explosivo –«componentes genéricos de la dinamita», fue su resultado–.

Más un largo etcétera.

Contra esta pretendida explicación, El Mundo invoca el sentido común y la opinión de los “expertos”, en particular, en sus ediciones de los días 24 de julio y 30 de julio de 2006.

En la primera, García Abadillo introduce en la portada una entrevista a un Tedax retirado, el Sr. Marugán, señalando que “es necesario detectar componentes concretos para deducir que se trata de ese tipo de explosivo [dinamita]”. El editorial del día subraya este punto:

Según Marugán, […] «la dinamita se determina en base a unos componentes». No existen, pues, «restos de dinamita» sino restos de nitroglicol, de nitroglicerina o de otros compuestos químicos. Es imposible que se haya podido nombrar el todo sin encontrar alguna de sus partes. […] Al teniente Marugán se le entiende todo. El ejemplo de la tortilla no puede ser más elocuente: sólo después de que haya encontrado restos de huevo, de patata y de cebolla podrá el laboratorio anunciar que tal persona cenó la noche anterior una tortilla.

En la edición del día 30, se lleva a portada una grave consideración de “la experta en cromatografía Teresa de Lara”, según la cual:

Parece como si se hubieran obtenido resultados en una analítica que no se quisieran hacer públicos y ahora buscan excusas para ocultar lo que encontraron.

Y esta misma “experta” repite la idea elemental (y perfectamente lógica, por lo demás):

Por supuesto que si afirmas que has encontrado dinamita, es porque has logrado identificar una serie de componentes.

De estas ediciones de los días 24 y 30 de julio podrían decirse muchas cosas. No quiero desviarme demasiado y algunas apreciaciones se entenderán mejor en una fase posterior de mi exposición, pero puedo adelantar algunos apuntes. Para empezar, en lo que atañe a la información del día 30, ya hubo quien llamó la atención en su momento sobre la identidad de algunos de esos “expertos” opinadores. Al parecer, por ejemplo, la Sra. De Lara era una diputada del PP que llevaba veinte años dedicada a la política y apartada de los laboratorios. Si esto es cierto, no habría estado de más que El Mundo facilitara esos detalles a sus lectores antes de llevar a primera página insinuaciones de ocultación dolosa. Como esto se acerca al ad hominem, no seguiré por esta vía. Lo que sí puedo indicar es que, atendiendo a sus descripciones, y a pesar de lo que recoge el diario, no tengo muy claro que, cuando esos expertos hablan de “cromatografía”, se estén refiriendo concretamente a la cromatografía de capa fina, que es la que empleó la perito 17.632. En cualquier caso, se me hace obvio que, al subrayar la posibilidad de detectar todos los componentes de una sustancia, aunque sea con “una muestra ínfima”, están hablando de algo aplicable al análisis de sustancia entera, no de restos explosionados [aunque alguno de los “expertos” sugiere algo distinto]. La conclusión de todo esto, según el editorial de El Mundo de 31.7.2006 es sentenciosa:

Para quienes siguen de cerca la investigación del 11-M lo más importante de lo publicado es, por supuesto, la conclusión de que es imposible que no se sepa el tipo de dinamita que estalló en los trenes. Ese es el gran gato encerrado del sumario.

Para quienes de verdad han seguido de cerca la investigación del 11-M lo más importante es que esta afirmación es groseramente incorrecta. Obsérvese, además, que no está diciendo que “casi siempre” o “frecuentemente” sea posible determinar la marca de un explosivo a partir de restos explosionados. Lo que dice es que es “imposible” que no se pueda conocer. Para un diario que tanto ha criminalizado los “nuncas” y los “siempres” de algunos policías, no está nada mal tanta rotundidad (para colmo, repito, incorrecta).

En cuanto al ex Tedax Marugán, entrevistado por García Abadillo en la edición de El Mundo del día 24 de julio, con carácter muy sucinto diré que su opinión, aun siendo muy interesante, es la de un artificiero que no es químico ni ha hecho nunca análisis químicos. Ello queda de manifiesto en detalles como su insistencia en que el laboratorio que analiza los restos de explosión debe ser capaz de decir “en qué porcentaje” se dan los componentes:

Lo que no podemos decir es que esto es lo que sea si no tenemos el porcentaje de cada uno de sus elementos.

Lo cierto es que, a partir de restos de explosión, no es posible determinar los porcentajes originales en que se hallaba un determinado componente en el explosivo intacto. Es una cuestión técnica en la que han insistido reiteradamente TODOS los químicos que han desfilado por los diversos escenarios judiciales del 11-M. Todos, incluidos los “independientes” y, cómo no, el Sr. Iglesias, que de hecho ha subrayado esta circunstancia en numerosas ocasiones para rebatir algunas posiciones de los peritos oficiales. Lo veremos más tarde, pero, en este sentido, es lamentable que un editorial de El Mundo de 21.1.2007 reproche a los Tedax que en su informe “no se determinan qué componentes y en qué proporción” y otro de 23.1.2007 acuse a Sánchez Manzano de “contraatacar con una retahíla de mentiras y medias verdades” por haber dicho que en los restos de explosión del 11-M “no se han podido determinar componentes completos y proporciones de los mismos”. Y resulta especialmente doloroso que la sentencia de la Juez Lledó que desestima la demanda de Sánchez Manzano contra El Mundo considere un “presupuesto fáctico constatado” que no se pudo determinar la “exacta proporción cuantitativa” del DNT encontrado en 2007 en los restos de los focos, entre otras cosas, debido a la actuación de la perito 17.632. Es como reprobar a un médico por no haber podido resucitar un cadáver.

Pero es que además, y esto es particularmente destacable, como suele ser habitual, lo que cuentan los expertos de El Mundo en la edición del día 30 de julio se contradice con lo que cuenta ese experto Tedax jubilado el día 24 del mismo mes, sin que el diario buscador de la verdad haya visto el menor problema. Por un lado, los “expertos” en cromatografía nos comunican que siempre es posible dar (todos) los componentes de cualquier sustancia (explosiva) por ínfima que esta sea. Por otro lado, en cambio, el Sr. Marugán, entrevistado por García Abadillo, hacía estas interesantísimas puntualizaciones:

Hay veces que [el laboratorio] dice «encuentro restos de nitrato amónico», y nada más. ¿Por qué? Bueno, pues porque no ha encontrado otra cosa. […] Hay veces en que, a lo mejor, no dan más que un componente, porque no han podido sacar más. A veces dan dos o tres componentes. […] A lo mejor de los tres componentes que tiene un explosivo sólo me puede decir uno, sólo ha encontrado de uno, o ha encontrado más trazos de uno y de otro no puede determinar lo que es.

Lo que significa que, según su propia experiencia anunciada en primera página, no siempre se pueden dar todos los componentes de la sustancia que ha explotado. Lo cual, a su vez, implica necesariamente que no se puede dar la marca del explosivo y, de paso, viene a corroborar lo expuesto reiteradamente por la vilipendiada perito 17.632. Ya lo sabemos, El Mundo puede publicitar la voz de la experiencia en un sentido u otro con unos días de diferencia sin pestañear.

Y no pasemos por alto el detalle de que, en su edición del día 30 de julio, El Mundo, a través de sus “expertos”, está ofreciendo una descripción de las técnicas empleadas por la perito de los Tedax que las hace perfectamente adecuadas para la tarea requerida. Algo que este diario manifestaba igualmente de manera explícita en su portada de 19.7.2006, señalando:

En su informe […] especifica que a los restos de los focos de los trenes se les aplicó la ‘cromatografía de capa fina’, prueba que, según expertos en explosivos, determina los componentes de cualquier sustancia.

Pero me estoy adelantando… Volvamos al hilo principal de mi argumentación, que versa sobre la supuesta explicación atribuida a la autora del informe sobre los focos, en el sentido de que ésta manifestó que no era posible dar ningún componente.

El caso es que la sensata reflexión del Sr. Marugán, en la edición del día 24, acerca de la tortilla y sus componentes parece que tuvo éxito y, en “La Cuarta Trama” (marzo de 2009), con amplias oportunidades para haberse informado mejor, De Pablo aplica una acertada lógica a unos falsos datos, utilizando la misma figura, pero con otro menú (p. 201):

[L]o que no puede decir un científico serio es que en ese plato alguien ha tomado ensalada porque hay componentes de ensalada, pero que no sabe qué componentes son. La perito del laboratorio de los TEDAX nos dijo en su informe que en el plato había componentes de ensalada, pero que no sabía cuáles. ¿Cómo se puede saber que un elemento es componente de la dinamita sin saber qué componente es?

Luis del Pino, otro que también podría haberse repasado mejor lo que realmente dijo la perito, vuelve a la castiza tortilla en fechas tan tardías como el 6.3.2012, en programa radiofónico con César Vidal (donde, dicho sea de paso, se entrevista a los peritos “independientes” Carlos Romero y Jesús Guardiola, que habían participado junto con Antonio Iglesias en la pericial de explosivos encarga por el tribunal del 11-M):

Luis del Pino [35:35]: Y le entregan al juez Del Olmo unos análisis donde dice: “foco número tal: han aparecido componentes de dinamita. Foco número cual: han aparecido componentes de dinamita”. Pero sin especificar esos componentes. Y hay un momento determinado de la instrucción del sumario donde el juez Del Olmo le pregunta a la perito de los Tedax que hizo esos análisis y redactó ese informe: oiga, ¿pero qué componentes de dinamita son? Y [ella] dice: “es que no se pueden individualizar después de una explosión”. Yo no soy químico, pero tengo formación de ciencias. Y me parece que la lógica me lleva a pensar que si uno encuentra un componente en un análisis y no sabe cuál es, no lo puede individualizar, difícilmente puede deducir si es de dinamita o de una tortilla de patata.

Yo tampoco soy químico, pero la lógica me lleva a pensar que, si uno quiere atribuir a otro determinadas palabras, lo menos que puede hacer es comprobar que la cita es correcta.

De hecho, es tan razonable y evidente que para hablar de “componentes de dinamita” hay que haber detectado “componentes”, que eso es lo que dice el propio informe controvertido: que se detectan “componentes de dinamita”. Es tan razonable y evidente, que eso mismo es lo que dijo la propia autora del informe en su declaración ante el tribunal del 11-M (28.5.2007):

Entonces, mantengo la palabra “dinamita”, que es lo único cierto que yo considero en […] estos análisis de conclusión y pongo “componentes” por dar idea de que componentes hay, evidentemente, para poder definir como dinamita el explosivo presente. Sin componentes, no se hubiera podido definir nunca la dinamita.

Y, de hecho, como nos recuerda “Titadyn”, a preguntas de Javier Zaragoza, la perito no tuvo problema en dar el nombre de esos componentes: nitrato amónico y nitroglicol. El episodio transcurrió del siguiente modo:

J. Zaragoza: Usted, en los análisis de los focos identifica, […] en 10 de ellos […], componentes de dinamita.

Perito 17.632: Sí.

J. Zaragoza: ¿Es así?

Perito 17.632: Exacto.

J. Zaragoza: ¿Recuerda usted qué componentes de dinamita se detectan?

Perito 17.632: Sí, en inorgánicos nitritos, nitratos y amonio, con lo cual la lectura es nitrato amónico, y en orgánicos, nitroglicol, con lo cual la lectura final es dinamita.

Esto provocó estupefacción en algunos de los asistentes, con apenas disimulada suspicacia. El perito “independiente” Gabriel Moris terció poco después:

Hay una cosa que no acabo de entender y es que nosotros en reiteradas ocasiones hemos pedido información analítica de los análisis iniciales realizados y en ningún caso se nos ha suministrado. Ahora se nos descubre el secreto de que el contenido de los componentes genéricos de la dinamita era nitrato, nitrato amónico y….y nitroglicol. Creo que eso no es ningún secreto ni ningún misterio. En nuestro informe figuran, en primer lugar. Me quedo con la duda de por qué no se nos ha informado antes de llegar al juicio.

Por su parte, José María de Pablo, en nombre de la AAV11M, tampoco dejó pasar la ocasión:

AAV11M: Ha manifestado usted que los componentes genéricos de dinamita que encontró en los focos son nitrato de amonio y nitroglicol. ¿Por qué ha esperado hasta hoy para concretarlos y en estos tres años seguía… se refería únicamente a componentes genéricos de dinamita? Incluyo aquí su declaración de hace aproximadamente un año en el Juzgado Central de Instrucción nº 6.

Perito 17.632: Perdone, a mí me hablaron de qué componentes había y digo… estuvimos hablando eh… sin que me dijeran detálleme cuáles son los que le salen a usted en el análisis. A mí eso nunca se me produjo. Estuvimos hablando de los componentes que desaparecían, de otros que no estaban y de que mm… yo no recuerdo que se me dijera en ningún caso en estos cuatro años que escribiera los componentes. Los componentes tengo que decir aquí claramente, nunca, jamás, han sido un secreto.

Frente a las protestas de la perito, la convicción de los críticos expresada a lo largo de los años es la que refleja el texto de referencia del Prólogo de García Abadillo que antes cité extensamente: a la perito “alguna luz le alumbró la mente” y dijo lo que no había dicho antes, ni en el informe, ni cuando le preguntaron. Como no podía ser menos, José María de Pablo lo narra de forma similar en La Cuarta Trama (p. 212; cursivas en el original):

Recordemos que la jefa de laboratorio había olvidado escribir el nombre de los componentes que había identificado en los restos de los focos de explosión cuando realizó los informes por escrito. Recordemos que cuando declaró ante el juez Del Olmo –en mitad de la polémica por el desliz de Sánchez Manzano con el hallazgo de la nitroglicerina– tampoco recordaba el nombre de esos componentes genéricos. Pues bien, Javier Zaragoza, al comienzo de su interrogatorio, preguntó a la perito el nombre de los componentes genéricos de dinamita que había detectado tres años antes, cuando analizó los restos de los focos de explosión en el laboratorio TEDAX. En ese momento, la jefa de laboratorio recuperó milagrosamente su memoria y, ante el asombro de todos, afirmó:

– Nitroglicol y nitrato amónico.

Idea básica que repite con menos florituras en la página 18 de su querella.

Por tanto, la divergencia de pareceres sobre la cuestión de hecho es obvia. Y no debe perderse de vista la intensidad y la gravedad de las reacciones que provocó el testimonio de esta experta. Por ello me permito ilustrar este punto con cierta extensión: porque todos los denuestos que voy a recoger, con su maledicencia y reiteración, parten de un supuesto inexacto que nunca ha motivado en sus autores la menor rectificación.

Así, el día después de la referida declaración ante el tribunal del 11-M, El Mundo llevaba a su portada un esclarecedor titular (29.5.2007): “La perito de los Tedax cambia ahora su versión sobre los análisis del 11-M”. Las entradillas resumían lo esencial:

Aseguró ayer ante el tribunal que halló nitroglicol y nitrato amónico y que nadie le había pedido en estos tres años que detallara los componentes. Sin embargo, cuando Del Olmo le interrogó en 2006, afirmó que no podía especificar las sustancias: «Sólo se puede fijar el tipo de explosivo (dinamita)».

En las páginas interiores se repetía la jugada: “La perito de los Tedax dice ahora que sí puede especificar lo que detectó en los focos el 11-M”.

Como era de esperar, Libertad Digital también se apuntó al “dice ahora” y “cambia su declaración” en titulares del 28.5.2007.

Volviendo a la edición de El Mundo de 29.5.2007, en una columna que acompañaba la noticia principal, David Gistau coincidía en la apreciación:

Esta funcionaria había dicho que su trabajo en los focos el mismo día del atentado no había podido determinar ningún componente del explosivo, menos aún una marca comercial. Ayer, sin embargo, rectificó y dijo que sí detectó nitrato amónico y nitroglicol, es decir, precisamente los elementos genéricos que contiene cualquier tipo de dinamita […].

Y el editorial del día reiteraba que Del Olmo le había preguntado explícitamente por los componentes. Sin embargo:

[E]lla le contestó diciendo que por las dificultades derivadas de la explosión sólo podía determinarse el tipo de explosivo, no cuáles eran sus componentes. ¿Por qué la perito no ha dicho la verdad ante el Tribunal? ¿Tiene algo que ocultar?

La acusación pública de no haber dicho la verdad por haber cambiado de versión es mucho más nítida en un artículo de Luis del Pino publicado en El Mundo ese mismo día 29.5.2007:

A raíz de aquel escándalo, tanto Sánchez Manzano como su jefa de laboratorio fueron llamados a declarar ante el juez Del Olmo y esa jefa de laboratorio afirmó en sede judicial que sólo había encontrado componentes genéricos de dinamita, sin poder ser más específico. Hoy, esa jefa de laboratorio ha declarado delante del tribunal que en los focos de los trenes se encontraron nitroglicol y nitrato amónico, es decir, que sí que se encontraron componentes específicos de dinamita, con nombre y apellidos. O mintió en su declaración ante Del Olmo o ha mentido delante del tribunal del 11-M, pero lo que no es posible es que ambas declaraciones sean ciertas. Pero no pasa nada: nadie va a tomar ninguna medida al respecto.

El mismo autor lleva sus apreciaciones a cotas calumniosas en la correspondiente entrada de su blog (29.5.2007):

La declaración ayer de la jefa de laboratorio de los Tedax fue un auténtico insulto. […] “No dije hasta ahora los componentes porque nadie me preguntó”. Es usted una perjura, señora. Las víctimas de los atentados llevan tres años preguntando qué estalló en los trenes, ¿y usted se atreve a decir que se ha estado guardando los componentes durante tres años? ¿Cuándo no ha mentido usted? ¿Mentía usted cuando le dijo a Del Olmo el 18 de julio de 2006 que no podía identificar los componentes específicos? Le recuerdo las palabras textuales de su declaración […]. ¿O sea que, a preguntas de Del Olmo, usted no podía mencionar componentes específicos y ahora sí? […] ¿Ha dicho usted alguna vez la verdad? […] No sé cuánto es el incremento económico que lleva aparejada la condecoración que usted ha recibido, señora. Pero, sea lo que sea, es poco. Los golpistas no tienen dinero suficiente para pagar el impagable servicio que usted hace a quienes quieren ocultar quién asesinó a 192 españoles. Espero que le aproveche. Se lo ha ganado a pulso.

A este festival de rejoneo no faltó nadie. En la Cope, Jiménez Losantos no paró de piafar durante toda la mañana de ese día 29 de mayo de 2007. Disculpen la redundancia, pero algunas insidias conviene no olvidarlas:

El juicio del 11-M se adentró ayer en una charca infecta, en la que el perjurio, la manipulación de pruebas, la ocultación, la estafa generalizada, la burla a los ciudadanos que pagamos el sueldo a estos policías, pues fue la norma. Con una desvergüenza intelectual sólo superada por la catadura moral de ciertos sujetos. [Federico a las 6 (26:30, aprox.)]

Se estaba refiriendo, naturalmente, a la “tedaxa” o “perita en dulce”:

[El 11-M] ayer entró en el proceso clave. Declaraciones de los peritos y de la tedaxa, la que no había analizado nada y ahora resulta que lo había analizado todo. La verdad es que… hasta ahora nos habían mentido, engañado, habían cometido perjurio al por mayor… lo de ayer, ya, fue un grado más allá. [La perito] le dijo al juez Gomez Bermúdez lo contrario de lo que le había dicho al juez del Olmo y sin ninguna duda engañó a los dos. [Federico a las 7 (8:57, aprox.)]

[21:09] Bueno, y ahora la perita en dulce, que a mí me tiene cautivado. […] ¿Esto qué quiere decir? Pues que mintió ayer, como mintió al juez del Olmo. Y que le sale gratis. Ahora, eso sí, qué campanuda, qué chulita es la perita, después de haber mentido antes, ahora y después. Encima chulos. […] [27:15] Mintió a del Olmo y por supuesto que mintió ayer a Gómez Bermúdez, le sale gratis. Eso sí, encima chuleando […]. Qué cara, qué desvergüenza. Lo contrario de lo que le había dicho al juez instructor. Y seguro que en ambos casos está mintiendo. [Federico a las 7]

Y el director de El Mundo lo tenía igualmente claro, acompañando en la Tertulia a su anfitrión de la Cope [28:57]:

A quien ha intentado tratar como lelo es al Juez. Le ha engañado […]. Cuando declaró esta mujer ante el juez del Olmo, como les convenía a sus tesis, y la tesis era que no se podían determinar los componentes de la dinamita que habían sido detectados el 11-M, la fiscalía repartió por doquier esa declaración, que ayer contradijo de manera flagrante esta señora. ¿Por qué engaña al tribunal esta señora?

Pues bien, para desenredar la afrentosa madeja de equívocos trazada por los críticos, hay que hacer una precisión fundamental. La pregunta de ¿por qué la perito no lo dijo antes? en realidad debe dividirse en dos cuestiones conceptualmente bien distintas. Por razones de conveniencia expositiva, las abordaré en inverso orden cronológico. En primer lugar, conviene aclarar: 1) ¿Por qué no lo dijo cuando (supuestamente) se lo preguntaron antes del juicio? Mi réplica puede parecer sorprendente: ¿De verdad le habían preguntado a la perito por los componentes exactos antes del juicio? Y 2) ¿Por qué la perito no especificó los componentes en su informe original de abril de 2004? Insisto una vez más en que son cuestiones diferentes.

Abordaré ambos aspectos en las próximas entregas y espero demostrar que la analista de los Tedax no mintió ni cometió perjurio.

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