Cuando se refutaron a sí mismos y ni se dieron cuenta por Manel Gozalbo

Publicamos aquí un comentario de Manel Gozalbo (miembro de Desiertos Lejanos, originalmente aparecido en Hispalibertas. Dada la calidad del artículo, que necesariamente se resentiría de los cambios que se pudiesen realizar, hemos creído oportuno, con el permiso del autor, presentarlo a nuestros lectores íntegramente y sin modificaciones.

Anteanoche, a eso de la 1, Luis del Pino y Carlos Sánchez de Roda (alias lesconil) publicaron a todo trapo en Libertad Digital una exclusiva sobre la localización de los restos de un foco de explosión del 11-M, es decir, chatarra sobrante de uno de los vagones donde, a diferencia del vagón redescubierto por Rodrigo Gavilán el mes pasado —y que ya había sido descubierto en 2009 por el propio Sánchez de Roda—, sí explotó una de las bombas. «Hallado uno de los focos de explosión del 11-M», se leía de parte a parte del monitor, y se mantuvo toooodo el santo día. Pinchaba uno ese enlace gigantesco y los autores contaban la historia de su fantástico descubrimiento, ilustrada con unas cuantas fotos. Mi más sincera enhorabuena a ambos, en especial a Sánchez de Roda, alma máter de la exclusiva (las malas noticias están abajo).

Justo antes de conectarme a la red y darme de bruces con esa exclusiva de LD prácticamente en el momento de su publicación, quiso la Trivia que yo acabara de ver un antiguo vídeo de Debates en Libertad presentado por Javier Somalo y que contó con la participación de Luis del Pino, Ángeles Domínguez, Francisco Barcones (alias Lookfor) y María José Grech (alias Lat). Un debate rico en posturas irreconciliables, como de costumbre en esa casa, con todos discrepando todo el rato y tal, en prueba de que de veras quieren descubrir «la verdad». Una observación pasajera de Grech me llamó la atención y decidí googlear, pero se me cruzó en el camino su tuiter y me hice seguidor suyo. Grech, que trabaja en EsRadio/LD junto a del Pino en el programa Sin complejos —he ahí otro rasgo anómalo de aquel debate del vídeo, pues rara vez en LD debaten entre sí y solo entre sí, ya que están abiertos al contraste de pareceres—, estaba tuiteando en ese instante. Maravillas y escándalos, ah ah oh oh. Era obvio que en LD iban a echar el resto con la noticia de la chatarra. Habría que escuchar a Losantos, pues.

Y de pronto Sánchez Manzano no pintaba nada

Seis de la mañana. Losantos está tan emocionado que ni siquiera se acuerda de facilitar el parte meteorológico: 21 minutos largos de comentario sobre la noticia de LD. Tras una no muy feliz introducción —«una de esas noticias, una de esas exclusivas para las que realmente se ha fundado el periodismo; para contar cosas que la gente no conoce e incluso para sorprender a la gente con aquello que nunca pensó que pudiera suceder, que pudiera estar, o ser o suceder en algún país o en algún momento, y sin embargo ha sucedido como lo demuestra que se esté contando»—, Losantos, que ya sabemos que no domina ni mucho ni poco el asunto y que se limita a repetir como un lorito y a exagerar como un lorote, pasa a formularse las vanas preguntas retóricas de costumbre: por qué el juez del Olmo esto, por qué el sumario lo otro, porque nadie nos dijo, etc. Se expresa en todo momento como si la chatarra descubierta del vagón de marras fuera el álef de Borges, i.e., un punto en la conspiranoia que contiene todos los puntos de la conspiración.

Y, en efecto, así como Borges se incluía como personaje en su célebre cuento, así también Losantos incluye sus propias floridas ensoñaciones —desprovistas de sic— en su célebre cuento:

Recuerden que de las toneladas y toneladas de material, pues apenas quedaron pues unas pocas bolsitas de plástico y que en una, a partir de medio tornillo y un poco de polvo de extintor pues supimos que no había estallado Goma 2 ECO y vale ya. Ni vale ya, ni vale yo ni vale tú, porque lo que estalló fue Titadyn. Que pudo ser la ETA, es la… el explosivo que habitualmente utiliza la banda etarra, o pudo ser otro grupo, no lo sabemos. Sabemos que no se ha averiguado, y sabemos también —lo hemos dicho muchas veces— que el hilo, que el primer hilo del que tiene que tirar esta investigación es el de los policías que falsificaron pruebas o las ocultaron. ¿Cabe mayor ocultación, de la que era consciente el juez instructor y de la que era consciente la policía (quiero suponer que si lo sabía el juez lo sabía también la fiscal Olga Sánchez)? ¿Cabe, cabe mayor ocultación, cabe una actividad más presuntamente delictiva que la de ocultar, al juicio primero de la ciencia, de la química, de los laboratorios, para saber qué estalló en los trenes, y después, a partir de ahí, ir deduciendo lo que se pueda deducir?

La composición de lugar está clara: Losantos cree que ese vagón en concreto —y sería extrapolable a todos los vagones siniestrados— fue achatarrado sin miramientos por ciertos policías siniestros con el consentimiento de los no menos siniestros instructor y fiscal para ocultar que la marca comercial de la dinamita era Titadyn y para impedir que, a partir del conocimiento de este hecho, comenzaran a rodar cabezas dentro de los cuerpos y fuerzas de la seguridad del Estado, que son, a la postre, los candidatos más obvios a autores de la matanza. Aunque él sabe que lo que estalló fue Titadyn, al mismo tiempo sabe que no se ha averiguado, y por eso el hallazgo de la chatarra es noticia tan descomunal que da sentido al periodismo. Y digo yo, por imitarle: ¿cabe, cabe mayor estupidez? Sí, cabe, cabe, y no tarda nada en demostrarlo. Acto seguido especula con la analogía del GAL:

Es un asunto… por un lado esperanzador. Me habrán ustedes oído decir muchas veces que si del GAL se recuperó hasta el sello con el que firmaban los crímenes, sus atentados contra etarras, pues raro sería que del 11-M alguien no hubiera guardado, si no un tren completo, por lo menos algún vagón. Bien, el de San… del tren siniestrado de Santa Eugenia, pues he ahí el primer vagón, seguramente el primero y último.

Insisto en la composición de lugar: Losantos, que habla de policías/jueces/fiscales que falsificaron pruebas y/o las ocultaron, entiende sin embargo que esa chatarra está virgen de contaminaciones y de manipulaciones, y por eso se muestra esperanzado. O sea, que los siniestros conspiradores policial-político-judiciales consiguieron su objetivo de condenar a unos pelanas —«un morito de todo a cien y un cristiano esquizofrénico», les califica luego el sagaz locutor— y salirse de rositas, y en los casi 4 años que han pasado desde la casación en el Supremo —»¡objetivo cumplido!«, se dirían entre guiños y codazos de complicidad— ninguno tiene tiempo de hacer desaparecer esa chatarra incriminadora… o de contaminarla ex profeso con Goma 2 ECO por si acaso algún intrépido reportero se acerca a fisgar. Son unos conspiradores que están y no están muy por la causa. Capaces de falsificar y ocultar pruebas por su implicación en una abominable masacre pero incapaces de deshacerse de unos kilos de metal. Peor aún: Sánchez Manzano, uno de ellos, demonizado hasta lo infinitamente criminal y más allá por Losantos y por El Mundo, llevado a tribunales por una asociación de víctimas afín a la conspiranoia —querella a la que se apuntó hasta el Tato—, es capaz de soportar estoicamente un martirio personal de 2 años y mucho pico sin ponerse a salvo apelando a «órdenes superiores» mientras señalaba esa chatarra que estaba a la vista en un cobertizo chatarrero. ¿Cabe, cabe mayor estupidez? Sí, cabe, cabe. Los propios Luis del Pino y Carlos Sánchez de Roda, acaso sin pretenderlo, han aclarado que Sánchez Manzano fue injustamente procesado en referencia a los trenes en el juzgado de Coro Cillán:

La dirección de Tafesa confirmó a Libertad Digital que el tratamiento dado a aquellos restos del foco de explosión se había hecho de acuerdo, en todo momento, con Renfe y con el juez.

Esto es algo más que estupidez. Esto está entre divertido y criminal: ¿nadie va a disculparse con Sánchez Manzano y Marian? ¿Tanta insidia y tanto maldecir van a olvidarse por gracia de «la búsqueda de la verdad»? ¿A cuántos más hay que arruinarles la vida antes de que los conspiranoicos comprendan el aeiou de las cosas? ¿Qué pasa si ni con ayuda de un canuto aciertan a dibujar la o? Del Pino, en su blog, insiste en desvelar la farsa que tenía lugar en el juzgado de Coro Cillán:

Pero, como se detalla en la noticia, tanto la Policía, como la Guardia Civil, como Renfe, como el juez, estaban al corriente de la existencia de esos restos. A pesar de lo cual, nadie incorporó al sumario ningún informe sobre su existencia. Como tampoco se informó, al parecer, al tribunal del 11-M de que en una empresa madrileña se habían guardado los restos de ese foco de explosión.

Sin duda, es un extraño secreto y una pluscuamperegrina ocultación: todo el mundo lo sabía. Recuerda una escena de esa película cómica sobre el yijadismo, Four Lions, en la que dos personajes discuten sobre quién ha de hacer un viaje hasta un campamento yijadista en los FATA de Pakistán para adiestrarse:

—Piensa en el grupo, Barry, piensa en lo que intentamos hacer. Es mejor que te quedes, hermano, eres un peligro y además un bala perdida.

—¡¿Qué!? ¡Una mierda, soy un peligro! [canturrea:] Soy el yijaídin invisible, le buscan por allí y por allá pero no está porque se está cepillando a la zorra de tu hermana.

—¿Invisible?

—¡Sí!

—¿Como cuando saliste en las noticias por hacer una tarta como las torres gemelas y dejarla en la sinagoga el 11 de septiembre?

—¡Eso es parte del plan! ¡Esconderse a la vista de todos, idiota!

Del Pino se queda justo a medio palmo de darse cuenta —de una maldita vez— de que tiene que preguntar a Álvarez-Cascos por qué ordenó que las vías se despejaran con urgencia tras los atentados para que el tráfico ferroviario no se viera fatalmente colapsado en media España. Es amigo de la casa, así que le atenderá con toda prontitud y amabilidad. Es verdad que la intervención de Álvarez-Cascos desmejora un poco la conspiranoia, pues el asturiano —que se sepa— no pertenece ni perteneció ni a las cloacas socialistas ni a ETA. Ciertamente, Trashorras admitió hace un año ante Estrasburgo que él suministró los explosivos de los atentados, y Trashorras también es asturiano, pero no parece fácil establecer relación de compadreo entre ambos, o de ordeno y obedeces. Ntchs, dita sea. Por otro lado, como conspiranoia happens, siempre se puede limitar a capricho el círculo de los conspiradores: solo se conspira a partir del rango tal. De Acebes abajo todos, que dijo Losantos con vista aguileña, y ahora lo confirma del Pino: Policía, Guardia Civil, RENFE y juez instructor son cooperadores necesarios en la ocultación de pruebas que incriminan a Policía, Guardia Civil, RENFE y juez instructor Sánchez Manzano y la perito.

Eddy el del cinexín

Hablando de Losantos, empero, llama la atención que no lea a su propio subordinado. ¿Por qué se muestra esperanzado, si del Pino reconoce que el hallazgo de la chatarra carece de cualquier valor probatorio?:

Por el tiempo transcurrido y por la ausencia de una cadena de custodia, esos restos tampoco tienen ya valor probatorio. No podrán ya servir para saber qué estalló en los trenes.

¿Quizá porque en un arrebato le ha dado por pensar que un perito químico —no independiente sino de parte— se ha convertido en un experto en metalurgia de explosiones? ¿O será que Losantos, como siempre, solo quiere politizar el 11-M a su sardina? Oh, sí, es esto último:

Ayer comentábamos muy… pues bastante tristes, la verdad, cómo el señor Torres-Dulce, el Fiscal General del Estado, Eduardo el Bueno —que viene a sustituir a Cándido el Malo—, pero bueno a sus horas, bueno para no meterse en líos, pues había dicho que, bueno, pues que lo del 11-M no es que fuera cosa juzgada. El gran responsable de la manipulación y escamoteo de pruebas (que conozcamos, seguro que habría gente por encima, pero para eso hay que llevarlo a juicio y que hable), Sánchez Manzano, pues que los datos que se tenían no eran, como ha dicho una jueza, contradiciéndose a sí misma con solo un mes de diferencia, que era cosa juzgada. Es rigurosamente falso y además el fiscal, lógicamente, no tuvo que hacer un máster para ver que cómo va a ser cosa juzgada cuando hay una serie de asuntos totalmente nuevos que han aparecido en la investigación de esa jueza decente (y sin embargo injuriada sistemáticamente por el PSOE y El País) que es Coro Cillán. Ahora bien, lo terrorífico es que Torres-Dulce dijera que aunque no era cosa juzgada, es decir, es cosa por juzgar, él no iba a recurrir el archivo del asunto, es decir, garantizar la impunidad de Sánchez Manzano y demás familia.

He ahí el liberal concepto de Justicia no liberal que tiene Losantos: llevarlo a juicio y que hable, queriendo decir delate, porque culpable está clarísimo que es. Y si hay que saltarse las cautelas judiciales a la torera, pues oye, se saltan, que para eso están los amigos. Y si hay que decir «lo del 11-M» cuando Eduardo el Bueno solo se refería a la querella contra Sánchez Manzano, pues oye, el que no quiera informarse para eso estamos los amigos también (sobre «lo del 11-M«, Torres-Dulce precisó que «el tema cerrado son los hechos declarados probados en firme», que es justamente lo que Losantos quiere reabrir).

También es apreciable que el locutor de EsRadio no ha leído el prólogo de Casimiro García-Abadillo para el libro Titadyn, alias «el libro que iba a reabrir el caso del 11-M». Brevemente: en 2009, el partido Alternativa Española denunció, inter alia, a Sánchez Manzano y a la perito 17.632, y cometió la alegre osadía de acompañar como prueba el libro Titadyn, escrito a pachas entre Casimiro García-Abadillo (extenso prólogo) y el perito Antonio Iglesias (interminable resto). El titular del juzgado nº6 de Madrid tuvo que leerse el libro y llegó a la conclusión de que aquello no tenía ni pies ni cabeza, como tantos otros dijimos, y desestimó la denuncia. Titadyn a tomar po’l culo como algo potencialmente consistente, aunque en El Mundo se silenció la noticia (la editorial es de la casa). Pocos días después, la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, ignorante de lo sucedido —o no—, presentó una querella contra Sánchez Manzano y la perito 17.632. Es el caso que iba instruyendo lenta y caóticamente Coro Cillán hasta que la Audiencia de Madrid resolvió hace unas pocas semanas un recurso de los defensores de los acusados y concluyó el sobreseimiento libre de ambos, pues se estaba instruyendo cosa juzgada (= la desestimada por el juzgado nº6). Pero todo esto, por supuesto, o sea que se estaba juzgando por segunda vez lo mismo, solo se sabe si se ha incurrido en el arriesgado deporte de leer Titadyn. Igual otro día me entretengo un rato contando la historia completa, porque en el fondo de la misma subyace un equívoco enojoso pero hilarante al que me he referido de pasada alguna vez (y ya va siendo hora de exponerlo en plenitud), además de «anécdotas periodísticas» con mucha salsa marinera.

Estábamos con que a Losantos el concepto de Justicia le entra por un interés y le sale por el otro, y en esas condiciones resulta bastante difícil aceptar sus reflexiones. Aunque el hallazgo de la chatarra no aporte absolutamente nada, le viene bien para su afición favorita: presionar en el plano político a los que considera de los suyos, en este caso el bueno de Eduardo el Bueno, a quien, si tiene ocasión de examinar de cerca el asunto, preveo que no le quedará otra que apartarse de Federico el Liante, con el subsiguiente cabreo de este. Y bucle conspiranoico al canto. Los veteranos ya saben cómo funcionan estas cosas: 1) eres bueno y por eso te pido imposibles; 2) como te niegas me pareces regular; 3) ¿y te pido más y ahora finges no conocerme?; 4) pues ya eres malo y felicidades: formas parte de la oscura conspiración que combato. Así que, sin temor a equivocarme, si en el pasado tuvimos SuperBer, Ber y MiniBer, próximamente tendremos…

La nave del misterio

Bah, pero sigamos, que Losantos siente la perentoria necesidad de superarse a sí mismo:

[De pronto, pasados casi años desde la masacre,] estamos en una situación tan sorprendente como que aparece el primer vagón en el que… el foco… el, el, la explosión se mantiene. En buena lógica, salvo que lo hayan lavado mucho y con muchos cientos de litros de acetona y otros disolventes, lo normal es que haya allí pues… huellas, del foco de explosión.

Ya lo dice el anuncio: el frotar se va a acabar con Acetona Exprés. Tengo para mí que no sabe qué significa «lavado con acetona y agua«, pero si después de 4 años (desde el juicio) hay que explicárselo es que el asunto no le importa lo más mínimo, de modo que no perdamos el tiempo. Más interesante reparar en la superstición latente: si esa chatarra hubiera sido pasada por muchos litros de disolvente, como quien dice hundida en un tanque de disolvente, la posibilidad de encontrar huellas del explosivo comercial empleado tendería a menos infinito. Entonces, ¿de qué lógica estamos hablando? Él la llama «buena«; yo la llamo i. Porque esa es la esencia de una conspiranoia: premisas ilógicas incapaces de explicar una sucesión lógica. Vedlo vos mismo, caballero, porque la cita precedente continúa de aquesta guisa:

Arrumbado en un cobertizo de una empresa que se llevó digamos la contrata o el concurso de liquidación de los elementos de los trenes que quisieron destruir, que fueron todos excepto, que sepamos, este, este [¿fragmento?, ¿vagón? No se entiende lo que dice]. ¿Por qué? ¿Por qué este trozo de vagón, justo donde estalló la bomba, no se destruyó? No lo sabemos. Hoy, pues Luis del Pino y Carlos Sánchez de Roda reconocen… en especial, recomiendo el análisis de Luis del Pino: «¿Hay algún aspecto del 11-M libre de manipulación?», se pregunta. Y contesto: ¡ninguno! Pero con un elemento de misterio, con un elemento irracional verdaderamente pasmoso. ¿Por qué se guarda este vagón… mientras se destruyen los demás? Y si se guarda, ¿por qué se guarda y no se consigna en el sumario? Y si se guarda en el sumario, ¿por qué no se contrasta con los brevísimos [sic] fragmentos conservados después de la destrucción de toneladas de pruebas y de todas las ropas y elementos de propiedad personal que no fueron reclamadas?

Losantos, partiendo de la premisa ilógica de que esa chatarra se haya elegido y guardado con un propósito (como sin duda ilustra el hecho de que estuviera arrumbada en un cobertizo, porque quien más quien menos todos guardamos nuestros tesoros en un cobertizo), derrapa huyendo de la explicación más natural (la chatarra es… pos eso, chatarra sin valor) y cae de bruces en Cuarto Milenio: de repente la conspiranoia le parece de hechuras misteriosas, con aires irracionales verdaderamente pasmosos. Como que no tiene sentido nada, como que los enigmas aparecen de manera estudiadamente aleatoria y puede que contradictoria, como que los fantasmas se burlan de los médiums. Casi puedes palpallo. En lógica de la buena, esos lances de epifanía sobrenatural llevan a cualquiera a desdecirse y disculparse por la tontería, pero en lógica de la i animan a perseverar en la psicoeclipsia:

¿Alguien nos puede decir, del gobierno pasado o del que salió heredero político previa manipulación desvergonzada del 11-M, alguien puede decirnos? Creo que estaba ya en Interior José Antonio Alonso, a punto de llegar estaba Rubalcaba, número 2 ya era Camacho y de presidente un tal Rodríguez Zapatero, creo recordar.

No fatiguéis diccionarios: psicoeclipsia me lo he inventado yo ad hoc para significar eclipse de la mente pensante, vulgo dejar a lo bestia de razonar. Parece sacado de la vieja revista Karma 7 y es lo menos que merece un párrafo tan vago y lleno de sectarismo trivial. Las preguntas con nombres y apellidos deberían dirigirse al «gobierno pasado», y dado que hablamos de cosas ferroviarias no se entiende muy bién qué puedan saber Acebes, Astarloa o un tal Aznar (predecesor de un tal Rodríguez Zapatero, que el déficit público guarde en su gloria durante 8.51 eternidades).

¿Por-qué-no-se-ha-investigado eso? ¿Cree el señor Fiscal General del Estado que podrá dormir con la conciencia tranquila si no ordena de inmediato que eso se ponga a buen recaudo, no en un cobertizo que es un milagro que entre las lluvias y las nieves en ocho años no se lo haya llevado todo. ¿Por qué? El señor ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, que hizo ayer unas declaraciones bastante sensatas —¡bueno, lo que esperamos de un ministro de Justicia de un gobierno de España!— pues tiene un momento ahora extraordinario para reparar su actuación lamentable, terrorífica en torno al 11-M, defendiendo las tesis del PSOE e incluso defendiendo la instrucción del sumario que ya se ve qué pedazo de boquetes tiene. ¿Tiene algo que decir el ministro de Justicia? ¿Tiene algo que decir el Fiscal General del Estado? ¿Tiene algo que decir, don Mariano Rajoy?

Desde la lógica i siempre se acaba en el mismo sitio: la política, en concreto la política contra las bestias negras de uno. Algunos nunca aprenderán.

Losantos sigue perorando durante 9 minutos más, dándole vueltas a lo mismo casi como un experimento en variaciones de X e Y, añadiendo al final un matiz sobre el principio, a saber, que por noticias como esta vale la pena haber fundado Libertad Digital. De modo que no es necesario alargarse, y por supuesto tampoco saludable seguir con lo que manifestó a las 7 y posteriormente en la tertulia con Luis del Pino. Felicitemos todos a Losantos porque Libertad Digital solo haya tardado 12 años en haber publicado una noticia por la cual vale la pena que exista Libertad Digital, y ya que estamos metidos en agasajos y parabienes redoblemos la felicitación porque ayer Libertad Digital publicó también otra noticia por la cual valdría la pena que Losantos se repensara muchos de los disparates que suelta. En marzo de 2009, el turolense escribió esta mítica admonición:

Y a propósito de conspiranoias de verdad, me parece, en el mejor de los casos, una bobada, y en el peor, un principio de psicosis cognitiva eso de atribuir una misma sospecha al 11S y al 11M, como si la policía, los jueces y los políticos de USA y España hubieran hecho lo mismo y ante los mismos hechos.

La otra noticia que ayer mismo publicaba Libertad Digital confirma la inmarcesible agudeza de su fundador: «Restos de víctimas del 11-S acabaron en un vertedero». ¡Cómo se pondrán los peones negros cuando se enteren!: «Mucho CSI y mucha tontería no tripulada y resulta que los todopoderosos laboratorios de jolibú tampoco pudieron identificar a todas las víctimas, con la de comentarios que hemos escrito manteniendo lo contrario«. Y figúrate, como si la policía, los jueces, los políticos… y los militares… de USA y España hubieran hecho lo mismo. Quién nos iba a decir que gracias a Libertad Digital sabríamos que aquí lo hicimos un poco mejor. Veo a Losantos hablando de las cloacas de Obama un día de estos.

Y ahora las malas noticias

He sugerido por ahí arriba que un secreto del que está al corriente todo cristo no es un secreto. Luis del Pino y Carlos Sánchez de Roda afirman que la Policía, la Guardia Civil, RENFE y el juez instructor conocían el paradero de la chatarra del vagón siniestrado. Pero se olvidan de alguien. Se olvidan del periódico El Mundo. Su hermano mayor en la conspiranoia. Aquel de quien copian —en el sentido de robar internéticamente— tantas y tantas noticias sobre el 11-M que hasta Joaquín Manso se lo tiene que afear en Twitter a Luis del Pino.

Recién comenzado el mes de marzo de 2005, en el suplemento Crónica, en un reportaje con ocasión del primer aniversario de la masacre, Javier Caballero publicó Reciclando el horror:

ENTRE UNA desvencijada montaña de hierro y acero, CRONICA localiza por primera vez los restos de los vagones destrozados por las bombas criminales. Pronto se convertirán en farolas, lavadoras…La vida material continúa.

Libertad Digital solo ha tardado 7 años casi exactos en reencontrar una chatarra que buscaba desesperadamente (hemos de creer) y cuya ubicación era conocida públicamente desde 2005. Manda Trillos, como dijo Federico Huevos. Investigadores, dicen que son. Seguramente tardaron tan poco tiempo porque lo que investigan está escondido a la vista de todos. ¿O no es así? Pues parece que no es así.

Es evidente que el reportaje de Javier Caballero no dejó huella en el ánimo de los conspiranoicos ni en la opinión pública. Nadie se escandalizó. Nadie abrió el matutino radiofónico a grito pelado. Nada. Ningún agujero negro de Múgica al respecto. Más monstruoso todavía: nadie en el periódico le hizo saber la importancia gordísima de esa chatarra. Ningún bombazo al día siguiente revelando una exclusiva de no te menees. No pasó nada. Zilch. Silencio.

Año y medio después de su publicación, el 15 de octubre de 2006, truth, comentarista del blog de Luis del Pino, en respuesta a la pregunta erudita de alguien que quería saber «donde se llevaron los vagones rebentados» (sic), copipasteó el reportaje entero en cinco partes (coms. 165, 168, 174, 178 y 181) y solo ANTAY tuvo el detalle de agradecer el copipaste (com. 215). Lesconil, pese a haber comentado después de truth y ser el especialista en trenes dentro de los Peones Negros, y siendo ahora el coautor de la «exclusiva pero menos» de LD, no dijo nada al respecto pero el reportaje no le pasó inadvertido, como se verá a continuación.

En enero de 2007, tres meses después, en el mismo blog de Luis del Pino, DINAN comunicaba a LLOVIEND que «no recuerdo en qué hilo tratamos esto pero se pusieron los enlaces a la noticia. Habían sido llevados a un pueblo cercano a Madrid donde reciclan chatarra. Si otro bloguero lo recuerda que lo ponga». Y alguien tuvo la gentileza de recuperar el reportaje de Javier Caballero y copipastearlo de nuevo, sin olvidar dar el crédito a truth. Ese alguien fue lesconil (com. 500). Enseguida, peonxrey (com. 502) copiaba otro fragmento del reportaje, y lesconil (com. 504), además de facilitar los datos sociales de LYRSA, informó a varios intrépidos compañeros de conspiranoia de que él mismo se había alargado hasta Mejorada del Campo a preguntar:

No seré yo quien quiera desengañaros en vuestra labor investigadora, pero…ya fue alguien antes. Según ellos, no queda nada. La chatarra llegó en trozos pequeños, puesto que la habían desguazado antes otra empresa (del grupo Renfe). Como en la planta no tienen exceso de sitio, se fragmentó todo para su envío a la acería. Pero, claro, pudiron mentir…

En febrero de 2007, Splash volvía a copiar un fragmento del reportaje y añadía un enlace a los comentarios de truth. Y en junio de 2007, Barbarel incluía por primera vez un enlace al reportaje de El Mundo. En esas mismas fechas, la chatarra fue trasladada de Mejorada del Campo a su actual ubicación. ¿Estaban los conspiradores y sus socios chatarreros jugando al escondite?

A partir de ahí de nuevo se hizo el silencio. Nunca más se aludió al reportaje de Javier Caballero en el blog de los enigmas. Ni ahora, casi cinco años después de la última mención, cuando Luis del Pino y Carlos Sánchez de Roda (lesconil) han visto lo mismo que vio él, el reportaje pionero de Javier Caballero ha merecido una mención honorífica. Sí tuvo esa mención, curiosamente, cuando Sánchez de Roda descubrió en 2009 el vagón que redescubrió Gavilán en 2012 para La Gaceta.

Los espejos son una abominación

Unas pinceladas finales. A cualquiera que se haya demorado en el mundo conspiranoico y haya prestado atención a las dos mil vueltas que le han dado a cada detalle en mil combinaciones diferentes cada vez, agotando literalmente todas las posibilidades y quedándose atrapados en incontables bucles, no dejará de sorprenderle que la localización de la chatarra sea ahora un notición merecedor de un ¡alto-las-rotativas! y motivo de mobbing mediático contra ciertos políticos maricomplejinescos.

A mí particularmente me llama la atención el descuido con que ellos mismos, los conspiranoicos, se refutan a sí mismos (no es la primera vez, pero esta es sonada). De una tacada se han cargado el eslogan de «quién destruyó los trenes» (y sus variantes) que tanto han repetido los sesicortos boquilargos indignados contra el gobierno que no los destruyó. Según el relato de los dos autores de LD, Sánchez Manzano deja de ser el conspirador mayor del reino y se convierte de golpe en un mierdecilla que no sabía nada, que no tenía por qué saber algo que ocurría fuera de su jurisdicción o que, de saber, sabía lo mismo que la Policía decente, la Guardia Civil decente, la RENFE decente y el juez instructor cegato. Ante esta sorprendente revelación de universalidad, solo quedan dos caminos: 1) admitir que durante años se ha estado calumniando y sospechando sin razón, pues el procedimiento que se siguió con los trenes era el policialmente correcto; ó 2) concluir que la Policía, la Guardia Civil, RENFE y el juez instructor están en el ajo (y el ojo) de la conspiración del 11-M. Si los condenados por AN-TS son inocentes, muchos de los medios y altos directivos y responsables de esas instituciones y empresas públicas, a más del juez instructor y acaso la fiscal y personal administrativo del juzgado, más el personal policial de a pie que intervino en la jugada, son culpables de un crimen de lesa humanidad al que han colaborado por activa (destruyendo supuestas pruebas otrora contenidas en la chatarra) o por pasiva (ocultando la supuesta destrucción).

Por más que lo pienso, no hay término medio. Una cosa o la otra.

Lo primero, que sería lo lógico y lo admirable (= reconocer haberse extralimitado por comprensible celo patriótico o simplemente emocional), no lo hará nadie, ni titirinoicos (Losantos, Pedro J. Ramírez, García-Abadillo, del Pino, Múgica, etc.) ni conspiranoicos (la tropa de la internete que repite las ocurrencias de aquellos o improvisa). Sería como una enmienda a la totalidad de sus últimos ocho años de vida. Para algunos, además, sería un golpe económico de consideración y un desprestigio personal y profesional que no se lavaría jamás. Por eso, aunque no espero ni que comprendan la magnitud de la cagada —para su causa— de reencontrar esa chatarra, lo que terminará sucediendo es que en el aire sonará a perpetuidad Entre dos aguas. Un aborrecible sí pero no que lo dejará todo colgado en el limbo de la indefinición ad calendas graecas.

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7 respuestas a Cuando se refutaron a sí mismos y ni se dieron cuenta por Manel Gozalbo

  1. Carlos de Oleza dijo:

    Su artículo, me ha parecido una pretenciosa e ineficaz manera de ridiculizar a unos buenos periodistas. Con esto no quiero ni siquiera sugerir que Vd. sea un mal periodista, pero sí que
    me parece un asalariado dispuesto a mantener como dogma de fe, la versión oficial que además sospechosamente, favorece la credibilidad en el PSOE, partido que durante toda su historia, ha sido dirigido por gente bastante canalla.
    Por otra parte Vd., contempla el sumario del 11-M, tan perfecto y creíble que en ningún momento lo lamenta, ni critica y por tanto admite como buena la culpabilidad de los moritos y una visión de los hechos que la Historia ha desmentido.
    Si no hubiera habido un 11-M, protagonizado por los terroristas de esta banda criminal, la ETA no estaría legitimada en su marca blanca Amaiur, ZP hubiera seguido en la oposición y la economía de España no se habría visto tan perjudicada con estos porcentajes en la crisis mundial.

    Pues nada; siga Vd. defendiendo lo indefendible.

  2. Flashman dijo:

    Y la suya me parece una forma de matar al mensajero para evitar entrar en el mensaje. Habla el sumario menospreciándolo pero ¿cuánto se ha leído? ¿»Una visión de los hechos que la Historia ha desmentido»? ¿Qué historia? ¿La de 13 Rue del Percebe?

    Y déjeme acabar su frase:

    «Si no hubiera habido un 11-M, protagonizado por los terroristas de esta banda criminal, la ETA no estaría legitimada en su marca blanca Amaiur, ZP hubiera seguido en la oposición, la economía de España no se habría visto tan perjudicada con estos porcentajes en la crisis mundial y ello no hubiera facilitado una victoria tan demoledora del PP en las últimas generales».

  3. nefar dijo:

    » por tanto admite como buena la culpabilidad de los moritos y una visión de los hechos que la Historia ha desmentido.»

    ¿»La Historia ha desmentido»? Oiga, sr. de Oleza, que eso haya pasado en su cabeza no significa que haya sucedido en la realidad.

  4. Manel dijo:

    Carlos de Oleza

    1. Ellos no son periodistas, ni buenos ni malos. Losantos es filólogo. Luis del Pino es Ingeniero de Teleco. Carlos Sánchez de Roda es Ingeniero de Caminos.

    2. Me ofende que me llame periodista, porque tampoco soy periodista.

    3. Yo no soy asalariado.

    4. Y sobre los hechos que describo qué, ¿nada? Ya me figuraba.

  5. jose fco. dijo:

    Sr. Oleza, me temo que se le queda a usted un millones de veces grande este lugar. Por lo que se ve no dá usted más de si. Quédese en su Mundo y su Libertad Digital, regodeándose en la infamia y la mentira y no pierda el tiempo aquí. No va usted a aprender nada, simplemente porque usted no quiere aprender nada. Ni siquiera quiere ver la realidad delante de sus narices. Ya sabe: «no hay peor ciego que el que no quiere ver». Pue eso.

  6. YaloSabras Asutiempo dijo:

    Le felicito porque las afirmaciones que hace Luis del Pino acerca de lo que hablaron el y CArlos Sánchez Roda con TAFESA son mentiras, porque yo las escuché, pero no tendrá las narices de publicar la grabación de la conversación si es que la ha grabado. A estos señores por hacer un uso deliberado de su condición de licenciados en Ingeniería le tenían que sancionar desde el Colegio de Ingenieros, si es que está colegiado, por mal profesional y dejar en mal lugar a la profesión. Ya en su día en Telemadrid protestaron porque intentó retorcer la realidad en su Documental «las sombras del 11M» para que se adaptase a sus fantasías de egolatra.

  7. Manel dijo:

    YaloSabras Asutiempo

    ¿Algún detalle que puedas explicar sobre esa conversación, si es cierto que fuiste testigo? Nada que te pueda causar problemas, desde luego.

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