¿Había metralla en los cadáveres del 11-M? -II por Desiertos Lejanos II

Recordarán que en el artículo anterior recogíamos y estudiábamos las declaraciones a Luis del Pino -en Enero de 2008- y ante la juez Coro Cillán -según la información de Libertad Digital- de la forense Carmen Baladía, Directora del Instituto Anatómico Forense de Madrid durante los sucesos de Marzo de 2004.

El punto más importante de sus declaraciones es, según las interpretaciones conspiracionistas, la casi total ausencia (según la Dra Baladía) de metralla -tanto primaria como secundaria o inducida- entre los cadáveres del 11-M.

Parece raro que, dadas las características de los atentados (como la cantidad de explosivos o el recinto cerrado donde se produjeron, que hace fácil el desprendimiento de fragmentos de los vagones) no existiese prácticamente ningún caso de metralla en los cadáveres. ¿No les parece? Pues más extraño aún resulta si comprobamos que un tercio de los supervivientes, nada más y nada menos, fueron afectados por fragmentos de metralla, primaria o secundaria. Los hechos pueden comprobarse en las declaraciones de las víctimas de los atentados, y han sido demostrados en artículos científicos y en la Sentencia de la Audiencia Nacional, corroborada y aumentada por el Tribunal Supremo.

También demostramos en el artículo anterior que las autopsias realizadas en IFEMA el 11 de Marzo de 2004 fueron orientadas a identificar los cuerpos, no a encontrar metralla, como declaró la propia Dra Baladía ante la Comisión del 11-M (Diario de Sesiones del Congreso. Comparecencia del día 6 de julio de 2004. Página 26 y siguientes): no se dieron instrucciones para una búsqueda sistemática de cuerpos extraños, no se realizaron radiografías  -y las que se practicaron fueron, fundamentalmente, odontogramas- en los cadáveres ya identificados y, por último, no se realizó un registro de los hallazgos que se pudiesen encontrar. Así, la causa de que no se encontrase más metralla en los cuerpos es… que no se buscó.

Esto debería bastar para dar respuesta a Carmen Baladía en cuanto a la existencia de metralla -en general, primaria y secundaria- entre los viajeros de los trenes del 11-M y, por tanto, entre los fallecidos. Sin embargo, la forense ha dado un paso más, afirmando que la mínima cantidad de metralla encontrada -ocho casos cuyo registro documental no puede pasar por alto- “podían provenir de restos metálicos del entorno de la explosión”, según Libertad Digital. La intención, como ya se dijo, es negar la existencia de metralla en los artefactos explosivos, con la intención de desacreditar la única mochila que fue desactivada; la que, proveniente de “El Pozo”, pudo ser desactivada en el Parque Azorín y que contenía pruebas que aceleraron sobremanera la investigación.

En esta segunda parte del artículo, estudiaremos qué pruebas hay sobre las diferentes clases de metralla encontradas en los distintos escenarios de los atentados. Con intención de abreviar, nos limitaremos a discutir la existencia o no de metralla, sus tipos y clases, dejando de lado el resto de similitudes encontradas entre los artefactos y las pruebas halladas en otros lugares (cantidad y tipo de explosivos, teléfonos móviles, detonadores, etc) que, en estos momentos, no son objetivo de la polémica conspiracionista, pese a que constituyen las más sólidas pruebas de la autenticidad de la “mochila de Vallecas”. Porque, no lo olvidemos, es el conjunto de las pruebas encontradas en la investigación lo que cuenta, y conviene tener presente que, con el resto de pruebas (la furgoneta Renault Kangoo, los vehículos usados por los asesinos, los testimonios de los actores en la tragedia, las reivindicaciones de los propios criminales, etc) se hubiera terminado llegando a las mismas  conclusiones; la mochila sólo aceleró la investigación, sin dar un cambio brusco a los acontecimientos.

3) Metralla en los artefactos explosivos y en los focos de la tragedia.

Repasemos en primer lugar, gracias a los Hechos Probados reconocidos en la Sentencia de la Audiencia Nacional, cómo se produjo la masacre:

En total fueron colocadas trece mochilas o bolsas cargadas con explosivos temporizados para que explosionaran simultáneamente. Diez de ellas [lo hicieron] entre las 7:37 y las 7:40 horas del 11 de marzo de 2004.

Ocho cargas explosivas fueron colocadas en los vagones que, según el sentido de marcha, ocupaban el primer, cuarto, quinto y sexto lugar de los trenes número 21431 y 17305, con salida en Alcalá de Henares a las 7:01 h y 7:04 h, respectivamente. Todas, salvo la del vagón número uno del primer tren, explosionaron.

[…]

Otras cuatro bolsas o mochilas con explosivos fueron colocadas en el tren 21435 con salida de Alcalá a las 7:10 h, único convoy compuesto por vagones de dos plantas. Dos, puestas en el piso superior de los vagones cuatro y cinco, explosionaron a las 7:38 h. en la estación de El Pozo. Las otras dos, dejadas en los pisos inferiores de los vagones segundo y tercero, no llegaron a explosionar, siendo una neutralizada en la estación y la otra desactivada en el parque Azorín de Vallecas por los especialistas de explosivos de la policía.

El último artilugio explosivo fue colocado por JAMAL ZOUGAM en el cuarto vagón del tren número 21713, que salía de Alcalá a las 7:14 horas y explosionó a las 7:38 horas cuando el tren estaba parado en el andén de la vía 1 de la estación de Santa Eugenia.

Es decir: de los trece artefactos colocados tres no llegaron a explotar; uno de ellos fue desactivado por los TEDAX, permitiendo el estudio de su composición, y los otros dos fueron neutralizados (explotaron al intentar desactivarlos). Veamos qué sabemos de cada uno de ellos.

a) Empecemos por la bolsa colocada en el primer vagón del tren nº 21431 (el que explotó en la propia estación de Atocha). Contamos con el testimonio de los TEDAX nº 66478, nº 27.600 y nº 82.622, que comprobaron que la bolsa contenía un explosivo y trataron de desactivarlo( Auto de Procesamiento del 10 de Abril de 2006, pg 50 y ss.), provocando su detonación. Respecto a si la bolsa contenía, o no, metralla, los testimonios son coincidentes:

TEDAX nº 66478: Que una vez que estalló el artefacto, cree recordar, que se recogieron vestigios de los restos del vagón ya que se encontraba todo muy contaminado de residuos existían piezas metálicas e incluso electrónicas, aunque el dicente se introdujo en la parte de abajo para buscar algo pero no encontraron nada, ni incluso metralla.

Que no recogió metralla ni apreció que hubiera, a la vista, metralla incrustada en ias partes del vagón.

 Más adelante el mismo agente afirma:

Que no recogió metralla ni aprecio que hubiera, a la vista, metralla incrustada en las partes del vagón. Que por su experiencia y por los efectos que provocó no cree que llevara metralla, aunque en un tanto por ciento elevado no podría asegurar, aunque si la metralla es escasa no se puede apreciar.

Y añadamos que, durante el juicio en la Audiencia Nacional, declaró:

Ministerio Fiscal: ¿El artefacto se encontraba direccional?

Agente  TEDAX nº 66478: Ya le digo, rompió en todos los lados prácticamente igual con lo cual no hace pensar que fuera direccional.

Ministerio Fiscal: ¿Pudo apreciar si tenía metralla?

Agente  TEDAX nº 66478: Igual… estamos buscando metrallaría, y no encontramos tornillería en particular. No se encontró en ese foco.

El agente nº 27600 declaró, ante el juez de instrucción, el 21 de noviembre de 2005 (Auto de Procesamiento):

Que después de la explosión bajó el dicente al vagón, que se recogió lo que se pudo en cuanto a vestigios y restos para llevar al laboratorio, pero metralla no cree, porque podían ser restos del tren, recogieron restos que pudieron intuir que pertenecieran al artefacto explosivo.

Este agente prestó declaración también en el Juicio por el 11-M pero no se le preguntó por la existencia de metralla.

El tercer agente que declaró ante el juez Del Olmo, el TEDAX nº 82622, dijo:

Que vio un cráter bastante grande provocado por la explosión, pero no se fijó si había mucha metralla, que no recogió ni efectos ni vestigios después del estallido.

Este agente no declaró en el Juicio por el 11-M, porque su testimonio no aportaba nada.

Las conclusiones que podemos obtener con respecto al primer artefacto son las siguientes:

a.a) Los TEDAX no observaron metralla en la explosión.

a.b) Sin embargo, se hace la observación de que ello pudiera ser debido a la escasa cantidad de metralla en el artefacto o a que no se hiciese una búsqueda orientada a encontrarla (“no se fijaron”)

a.c) Un punto interesante es que cuando los TEDAX hablan de metralla parecen referirse a “metralla primaria”, pues el agente nº 27600 hace la salvedad de haber observado restos que “podían ser del tren”. También en la autopsia del subinspector Torronteras, muerto en Leganés, se hace constar con claridad las heridas por “metralla procedente de material de la construcción” (ver Auto de Procesamiento, pg 196). Por lo tanto, quizás cuando, más adelante, se hable de “metralla” sin más, haya de considerar que se refieren a “metralla del artefacto explosivo”.

a.d) Por último, se observa que, durante el Juicio, ningún letrado de las Defensas ni de las Acusaciones conspiracionistas prestaron atención a que en este artefacto no se había encontrado metralla. Carmen Baladía afirma que durante su declaración no dijo nada sobre la metralla porque no se le preguntó, pero en realidad habría que cuestionarse si no se preguntó porque no se veía una línea razonable de defensa (las pruebas periciales sobre la existencia de metralla en los atentados eran abrumadoras, como veremos en breve).

b) Artefacto explosivo en el tercer vagón del tren de la Estación de El Pozo, que al intentar neutralizarlo en el andén, explosionó.

Varios agentes declararon ante el Juzgado de Instrucción (ver Auto de Procesamiento, pgs 54 y ss); entre ellos los agentes de la Policía Municipal n° 7801-3 y nº 9273-3, los Sub-inspectores TEDAX del C.N.P. con carné nº 54868 y nº 65255, el Agente TEDAX del C.N.P. con carné 83322,  y los agentes del C.N.P. con carné nº 86218 (que declaró en dos ocasiones) y carné nº 86342. No se hizo referencia a la presencia de metralla, clavos ni tornillos en estas declaraciones. Sin embargo, es importante hacer referencia a lo declarado por el TEDAX nº 65255 (quien sería denominado “Pablo” en la prensa), porque coincidió en las actuaciones sobre el artefacto desactivado en la estación de “El Pozo” y sobre el que se desactivó en Parque Azorín, y por lo tanto puede compararlos. “Pablo”, efectivamente, declaró al juez de instrucción:

Procede a realizar un dibujo explicativo de la mochila, que se acuerda unir a las actuaciones. También procedió a la recogida de los vestigios correspondientes, que fueron trasladados al Servicio Central de Desactivación de Explosivos para su análisis.

En la actuación del Parque Azorin apreció que el continente era una bolsa de deportes, mientras que en El Pozo era la mochila de la que ha efectuado el dibujo; respecto al resto del artefacto explosivo, era coincidente con el que vio en El Pozo. incluida la bolsa de color azul y el cordón amarillo.

Ante el Tribunal de la Audiencia Nacional, declararon sólo el TEDAX 54868 (que no fue preguntado por la existencia de metralla) y el propio TEDAXPablo” (número 65255), que dijo, a preguntas del fiscal:

Ministerio Fiscal: ¿Por qué, en el dibujo, dibujó usted tornillos y clavos?

TEDAX nº 65255: ¿Metralla?

Ministerio Fiscal: Sí, metralla.

TEDAX nº 65255: Porque es la que apareció en el vagón número 3 incrustada.

Ministerio Fiscal: Apareció en uno de los escenarios de las explosiones.

TEDAX nº 65255:
Sí, enfrente del foco, el cráter… al intentar su neutralización, se fue y…  dejó un cráter de medio metro por veinte centímetros y, lo que es enfrente del vagón número tres, apareció llena de clavos.

Los conspiracionistas han tratado de silenciar -o desacreditar- la declaración de este TEDAX -que, por cierto, pertenecía a la Unidad de TEDAX de Madrid, los “TEDAX buenos” según los conspiracionistas, y no a la Unidad Central de Sánchez Manzano-, pero hay más: en el informe pericial conjunto elaborado por TEDAX del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil de fecha el 24 de junio de 2005, que figura en el Auto de Procesamiento a partir de la página 74, aparece una interesante anotación (pg 85):

Durante las labores de neutralización o desactivación del artefacto, se produjo su explosión, ocasionando un cráter en el suelo, de aproximadamente 110 cm de diámetro y 60 cm de profundidad.

La onda explosiva produjo, además, daños poco significativos en el vagón que se encontraba enfrente (vagón n° 3), consistentes en perforaciones en la chapa por las proyecciones de la metralla que incorporaba el artefacto, y rotura de varios cristales.

Ya no es sólo la palabra de un TEDAX; aquí si que no cabe ninguna duda de que los especialistas (de ambos cuerpos, CNP y GC) observan la presencia de metralla, y procedente del artefacto explosivo. Es más, es que ni siquiera cabe posibilidad de error, puesto que la explosión se produjo fuera del vagón, luego los daños en la chapa no podían provenir de fragmentos del interior del tren.

Parece clara, pues, la existencia de metralla en el segundo de los artefactos. Veamos ahora el tercero, la “mochila de Vallecas

c) Artefacto explosivo desactivado en el Parque Azorín, procedente de la Estación de El Pozo.

Mucho se ha discutido ya sobre el hallazgo de la mochila y el recorrido que había hecho desde la estación de “El Pozo”; sin embargo, para este artículo, sólo nos centraremos en la existencia de metralla. Los interesados, y aún no convencidos, pueden encontrar sendos relatos del hallazgo en las declaraciones de la agente nº 88163 y de su compañero nº 79146, y un relato de la investigación que llevó a cabo el juez Del Olmo sobre el “extravagante periplo” de la prueba, hasta concluir que la cadena de custodia se había preservado, en el Auto de Procesamiento (Pg 57 a 72).

Quien nos haya seguido hasta aquí tendrá claro que, al menos, los conspiracionistas no discuten la presencia de metralla en la mal llamada “mochila de Vallecas. ¿Cómo van a discutirlo? En realidad es el punto central de su argumento, puesto que dicen que los “golpistas” la pusieron allí (por cierto, y centrándonos en el Juicio que se sigue contra el comisario Sánchez Manzano, ¿alguien le vio correr de aquí para allá con una mochila de explosivos? ¿alguien le vio entrar en IFEMA o en la Comisaría donde finalmente se encontró el artefacto, con ella?) y -en un extraño giro argumental- suponen que se equivocaron al poner metralla, porque en el resto de artefactos no la había.
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Vamos a ver, en palabras del mismo informe pericial conjunto TEDAX ya citado, del 24 de Junio de 2005 (Auto de Procesamiento, pg 88) qué había en la mochila:

La desactivación del artefacto permitió recuperar todos y cada uno de sus componentes, que fueron los siguientes:

-Una bolsa de deporte de loneta, de color azul marino y con unas dimensiones aproximadas de 25 cm de ancho, 25 cm de alto y 45 cm de largo, en cuyo interior se encontraban el resto de elementos.

-Unas bolsas de plástico de color azul claro, de las utilizadas para la basura, que contenían el explosivo que a continuación se describe, fa metralla añadida y el detonador.

[…]

640 gr de tornillos y clavos que, a modo de metralla, se encontraban embutidos en la masa explosiva descrita en el punto anterior.

No habiendo discusión sobre este punto, pasemos al siguiente:

d) Metralla recogida en los focos de explosión:

Aclaremos que, en este apartado, nos vamos a referir únicamente a aquellos casos en los que los TEDAX, al recoger clavos, tornillos o fragmentos metálicos, hicieron expresa referencia a que se trataba de «metralla«, no a aquellos clavos o tornillos que, más adelante, los investigadores han considerado que, por sus características, debían ser también incluidos entre ella.

No en todos los puntos de recogida se hace expresa mención de la recogida de metralla; pero, como ya comentamos, no hay ningún motivo por el que todas las mochilas tuvieran que ser exactamente iguales; por otro lado, como ya se ha dicho antes, si la metralla es escasa (cosa que discutiremos más adelante), pudo pasar desapercibida; o puede ser que, en el proceso de selección que conlleva necesariamente cualquier recogida de pruebas, un TEDAX haya considerado un clavo como posible metralla y otro no.

Veamos los focos en los que se informó la presencia de metralla, y recordemos que la terminología TEDAX es muy precisa, y suelen diferenciar “metralla” de “metralla o restos procedente de los vagones”:

d.a) Vagón nº 1 de la calle Téllez:

Entre los restos de la explosión, se recuperaron clavos y tomillos, utilizados como metralla en el artefacto explosivo.

d.b) Vagón nº 5 de la calle Téllez:

Entre los restos de la explosión, se recuperaron clavos y tomillos, utilizados como metralla en el artefacto explosivo.

d.c) Vagón 3 de la estación de Atocha (ya comentado):

La onda explosiva produjo, además, daños poco significativos en el vagón que se encontraba enfrente (vagón n° 3), consistentes en perforaciones en la chapa por las proyecciones de la metralla que incorporaba el artefacto, y rotura de varios cristales.

En resumen, y junto con la mochila desactivada en Parque Azorín, podemos decir, como dicen los TEDAX en informe añadido al Auto de Procesamiento (pg 100):

En cuatro de los artefactos se recuperaron clavos y tornillos incorporados a la masa explosiva a modo de metralla.

Claro, claro, en nueve de ellos no se ha hablado de la existencia de metralla. Pero ya hemos dicho que no es necesario que todos los artefactos sean absolutamente iguales. De hecho, no lo eran: El subinpector Tedax “Pablo” nos contó de que la bolsa contenedora de los dos artefactos que vio él eran diferentes, aunque su contenido era similar. El propio Auto de Procesamiento (pgs 98-99) nos dice que los tres contenedores que pudieron ser observados (por diferentes especialistas) eran distintos

Los dos artefactos sobre los que trabajaron los TEDAX, localizados en el vagón número 1 del tren de Atocha y en el andén de la estación de El Pozo, estaban en el interior de sendas mochilas, de tipo colegial, en el primer caso, y de tipo macuto en el segundo.

Por su parte, el contenedor del artefacto desactivado fue una bolsa de deportes, similar a los anteriores solo en su capacidad, y en el concepto genérico de ser equipajes de mano.

…aunque el contenido, a la inspección por fuera, era similar:

En el interior de las mochilas se llegaron a observar sendas bolsas de plástico de color azul que contenían la carga.

También se ha citado que pudo pasarse por alto la existencia de metralla si su cantidad era pequeña. Conscientes de la subjetividad de considerar una cantidad como “poca” y “mucha”, en el siguiente punto vamos a hacer un sencillo cálculo que quizás permita al lector sacar sus propias conclusiones.

e) Cantidad de metralla en los artefactos.

Supongamos que nos hallamos en un vagón completamente vacío, sin objetos contra los que la metralla pueda colisionar. Ahora supongamos que el artefacto explosivo, con 640 gramos de metralla (que es lo que tenía la mochila que se consiguió desactivar) se encuentra en el centro y explota. Pongamos que la metralla queda incrustada en la superficie de una esfera… digamos, de tres metros de diámetro.

¿Cuál es la densidad de metralla que esperaríamos encontrar?

Teniendo en cuenta que la fórmula de la superficie de la esfera es 4/3 · Pi · r2 (cuatro tercios de Pi por el radio al cuadrado) tenemos que los 640 g de metralla se repartirían en una superficie de 37,7 metros cuadrados. Unos 17 gramos por metro cuadrado, o 0’0017 gramos por centímetro cuadrado.

Seamos más prácticos; los TEDAX consideran seis metros la distancia a la que la destrucción de un artefacto de estas características es mayor. Bien, el radio de la esfera hubiese sido mayor y, lógicamente, la densidad de metralla sería muchísimo menor, 640/150,79 = 4,24 gramos por metro cuadrado, o 0,0004 gramos por centímetro cuadrado.

¿Cuánto pesa un clavo? ¿Tres gramos? ¿Cinco gramos? En la esfera de 3 metros de diámetro, no esperaríamos encontrar una cantidad mayor de uno, o a lo sumo dos, clavos o tornillos por metro cuadrado. Para hacernos una idea, si la palma de nuestra mano mide, por ejemplo, cien centímetros cuadrados, sólo una o dos veces de cada cien palmos encontraríamos un tornillo.

Y esto es en condición ideal. Huelga decir que las condiciones de los trenes empeoraron muchísimo la posibilidad de encontrar tornillos o clavos. Muchos tornillos quedaron detenidos por los objetos de los trenes (la propia estructura del vagón, los asientos, las bolsas y objetos de los viajeros y ¿por qué no decirlo? los propios cuerpos) de manera que no estaban cuando los TEDAX buscaron pruebas, o bien estaban inaccesibles (por ejemplo, un clavo incrustado en un material plástico); otros pudieron salir despedidos a mucha mayor distancia por la violencia de la explosión. Muchos pudieron quedar enterrados en el suelo.

Piense el lector o lectora que haya perdido un pendiente en una estación de tren y las haya pasado canutas para encontrarlo; imagine, además, que hay restos de sangre, telas, trozos de objetos, gravilla procedente de la explosión, y lo entenderá.

Nada de esto hubiera sido óbice para que especialistas como los TEDAX hubieran encontrado metralla si la hubieran buscado específicamente, pero ¿la buscaban?

Todo hace pensar que no; su misión era buscar pruebas que llevasen a conocer la identidad de los criminales, lo que incluía la recogida de muestras que hubieran estado en contacto con el explosivo, para poder determinarlo, pero no la comprobación de que en todos y cada uno de los focos había metralla. Como ya se ha dicho muchas veces, la mañana del 11 de Marzo de 2011 ningún TEDAX o mando superior podía sospechar que se pondría en tela de juicio la labor de los investigadores, los jueces, los fiscales, y que se tendrían que defender contra las patrañas que se iban a levantar contra ellos y, por lo tanto, no buscaron cubrirse las espaldas. No buscaron documentar la existencia de metralla en todos los focos de explosión. Y, por lo tanto, no la encontraron.

De hecho, y aunque ahora pongan el grito en el cielo, en un primer momento nadie -excepto los investigadores, claro- dio la menor importancia a que no existiese documentación de metralla más que en cuatro de los artefactos. Y menos que nadie, los conspiracionistas. Ya hemos podido ver que, durante el juicio por el 11-M, ningún conspiracionista -sólo el fiscal lo hizo en una o dos ocasiones- preguntó a los testigos, a los TEDAX, a los peritos o a la propia doctora Baladía. Quizás por aquello de “Cuida con lo que preguntes, porque tendrás la respuesta que te mereces”. Y es que las pruebas, los peritajes, eran concluyentes.

Por cierto, ya que hablamos de cantidad de metralla ¿qué datos hay comparativos con los atentados de ETA? ¿Usan metralla? ¿La utilizan en cantidad similar?

Obviamente, que aparezca metralla en proporción similar o no a los atentados del 11-M no constituirá un argumento decisivo ni a favor ni en contra: a lo sumo un indicio más; sin embargo, como nos han estado machacando durante siete años los medios conspiracionistas, ETA ha sido la banda que más ha matado con diferencia en España desde el advenimiento de la democracia; por lo tanto, es razonable pensar que la investigación pudiera ser orientada -aunque fuese sólo inicialmente- en uno u otro sentido (ha sido/no ha sido ETA) por el modus operandi.

Y, quizás más importante, si ETA actúa con gran profusión de metralla, los TEDAX -al menos si no realizan una búsqueda exhaustiva, como tal fue el caso- pudiera ser que pasasen por alto con mayor facilidad una cantidad de metralla muy dispersa, a la que no están acostumbrados.

Un artículo muy interesante de Ramón Fernández Rañada, arquitecto, urbanista, aficionado a estudiar desastres como los accidentes de las centrales nucleares y otros temas en los que la resistencia de los materiales son materia de conocimiento, nos lo aclara, partiendo de su propia investigación:

Sobre metralla, tornillería y ETA. […]

La razón de que, en un primer momento, los TEDAX pensaran que no se había utilizado metralla consiste en que están acostumbrados a un escenario -los atentados de ETA- en que o no hay metralla o la hay en una proporción enormemente superior a la utilizada por los islamistas.

Los datos que yo aporté están calculados por mí mismo a partir de una base de datos que poseo sobre ETA en la que guardo información sobre 2.045 acciones, de entre ellas 755 utilizando bombas, 81 bombas lapa, 54 paquetes bomba y 149 coches bomba.

Seleccioné de la tabla 40 acciones en que constaban tanto el empleo de metralla como la proporción existente entre metralla y explosivo, obteniendo una media de 1,310 kg metralla/kg de explosivo entre 1978 y 1988 y 1,520 kg de metralla/kg de explosivo entre esa última fecha y el 18 de febrero de 2003, que es, en lo que conozco, la última vez en que ETA empleó metralla.

Frente a ello la bolsa de Vallecas tenía solo 62 gramos/kg de explosivo, es decir, una proporción veinticuatro veces más baja.

Añadamos que, efectivamente, las últimas informaciones sobre la banda tendían a asegurar que estaban dejando de emplear metralla, puesto que la dotación generalizada de vehículos blindados entre sus posibles dianas la hacía poco operativa; en su lugar se preveía el uso de coches-bomba (que se fragmentan en mortífera metralla de gran capacidad penetrante por su masa) y de bombas de gran capacidad de explosión.

Por si hiciera falta, podemos ilustrar las palabras de Fernández Rañada con un par de ejemplos: la masacre de la plaza de la República Dominicana, en Madrid, en 1986, que fue cometida con…

una furgoneta-bomba marca Sava cargada con 35 kilos de Goma 2 y cinco ollas a presión con varios kilos de metralla compuesta por tornillos, tuercas, varillas metálicas y eslabones de cadenas de acero.

… y el atentado de Santa Margarita de Roses (Girona) donde una lluvia de metralla sembró de muerte los alrededores hasta 300 metros de distancia, según las informaciones periodísticas.

Como decíamos, sin ser una prueba absoluta, sí parece razonable comprender que los TEDAX pudieron creer que se trataba un atentado sin metralla, dado que la cantidad de clavos y tornillos esparcidos no era, de ningún modo, aquella a la que estaban acostumbrados.

f) Comparación entre los ejemplos de metralla y conclusiones

Bien, va siendo la hora de ir cerrando, so pena de tener que escribir un tercer artículo.

Y, con lo dicho hasta ahora, no se me ocurre mejor que dejar la palabra a los que verdaderamente entienden de metralla y atentados -los TEDAX– y a quien mejor nos pueden  ilustrar sobre lo que es la verdad legal –los Tribunales.

A partir de la página 74 del Auto de Procesamiento se puede leer el extenso Informe Pericial Conjunto (TEDAX CNP-GC) que hemos citado ya varias veces. Evidentemente, no podemos citarlo, ni aún resumirlo, dada su extensión. Pero los conspiracionistas deberían leer atentamente la exposición de los estudios realizados (a partir de la Pg. 98) sobre los detonadores, los contenedores, la metralla, la posibilidad de reproducir los atentados, cableados, móviles y muchas otras cuestiones y, dentro de ellas (a partir de la página 120) el informe pericial sobre la metralla utilizada en los atentados del 11-M.

Del estudio de los restos recuperados, y de las circunstancias de las incidencias, en lo que a metralla se refiere, se puede concluir que:

-El artefacto desactivado en el Parque Azorín incorporaba, embutidos en el explosivo, 640 gr de clavos y tomillos, a modo de metralla.

-En las distintas explosiones producidas en los cuatro trenes, se recogieron evidencias de que los artefactos también disponían de metralla.

-Los restos de tornillos y clavos recogidos en los distintos lugares de las explosiones, presentan coincidencias con alguno de los modelos de clavos y tornillos recuperados en el artefacto desactivado en el Parque Azorín.

-Los modelos de clavos y tornillos recogidos en los diferentes escenarios de los atentados, tienen coincidencias entre ellos, y con los que llevaban incorporados el artefacto desactivado, especialmente los modelos A, B, C, D y G.

-En relación con los clavos encontrados en la C/ Carmen Martín Gaite de Leganés, no se han observado similitudes con los demás elementos estudiados.

Un poco más adelante (pg 126 del Auto de Procesamiento) se realiza también la comparación con la metralla de Mina Conchita, pero los resultados no son conclusivos, debido a la mala conservación de los tornillos y clavos hallados en la mina.

En cuanto a la Verdad Judicial, o Legal, ha quedado establecida, conjugando los documentos presentados, los peritajes, los testimonios y,en resumen, la “carga conjunta de la prueba”, por la sentencia de la Audiencia Nacional, que en lo referente al uso de metralla en los atentados considera probado:

HECHOS PROBADOS

[…]

3.1. Entre los objetos recogidos en la estación de El Pozo había un artefacto explosivo que estaba dentro de una bolsa de lona, azul marino, con asas de cuero marrón, de 25 centímetros de ancho por 25 de alto y 45 de largo.

3.2.  […] Además, contenía de 640 gramos de tornillos y clavos para que actuaran como metralla, y un cargador válido para el móvil Trium.

[…]

5.6. En febrero de 2004 SUÁREZ TRASHORRAS usaba un vehículo marca Toyota, modelo Corolla, cuya matrícula legítima era la 1891 CFM, pero que tenía puesta la inauténtica 3291 CDW.

[…]

Una vez allí, SUÁREZ y el Chino se adentraron en ella, mientras Montoya, Kounjaa y Mohamed Oulad esperaban en los coches. Pasados unos 45 minutos regresaron ambos y SUÁREZ TRASHORRAS le comentó a Jamal Ahmidan que se acordara de coger las puntas y tornillos que estaban unos 15 metros más adelante.
[…]

FUNDAMENTOS Y FALLO

-Ya el 28 de febrero, Montoya vio al moro de Madrid con otros dos en Avilés. Ese día SUÁREZ TRASHORRAS lo recogió en el coche y fueron ambos hacia la mina aunque, esa vez, regresaron para buscar unas botas que bajó Emilio Suárez de su casa. A continuación regresaron a la mina y Gabriel Montoya se quedó en el coche mientras que SUÁREZ TRASHORRAS y Jamal Ahmidan, alias el Chino bajaron juntos a la mina. A su regreso, unos tres cuartos de hora después, oyó que Emilio le decía al Chino: “acuérdate de coger las puntas o los tornillos que están unos 15 metros más adelante”.

[…]

Que SUÁREZ TRASHORRAS era consciente del uso homicida que iban a dar Jamal Ahmidan y los suyos a la dinamita quedó patente también por el recordatorio que le hace a éste en las proximidades de la mina y que le oye pronunciar Montoya Vidal: “acuérdate de coger las puntas o los tornillos que están unos 15 metros mas adelante«, extremo al que nos hemos referido antes.

El Recurso ante el Tribunal Supremo ya se sabe, no hizo sino confirmar en casi todos sus aspectos el relato de los hechos trabajosamente construido por el Juzgado de Instrucción y refrendado por la Audiencia Nacional. Por lo tanto, no lo vamos a comentar aquí en extenso; simplemente, si acaso, comentar dos respuestas a recursos particulares sobre la utilización de metralla en los atentados.

En primer lugar, al Recurso de José Emilio Suárez Trashorras, en cuanto al viaje a Asturias y  la adquisición de metralla (Sentencia del Tribunal Supremo, pg 609 y ss):

[…]

Su versión de la visita a la mina el 28 de febrero aparece corroborada por la declaración de la testigo protegida V-10, cajera de un centro comercial donde adquirieron mochilas, linternas y otros enseres que usaron para recoger de la mina los explosivos, y además aparece respaldada por el resguardo de la compra al f. 38.077, según la sentencia.

[…]

Al salir de la mina el recurrente y Jamal Ahmidan, el primero le dijo “acuérdate de coger las puntas o los tornillos que están a unos quince metros más adelante”; pues es claro, de un lado que, como ha puesto de relieve el Ministerio Fiscal, tal forma de expresarse pone de relieve un tratamiento anterior de la cuestión entre los interlocutores y, de otro lado, que en una conclusión razonable, exigible a cualquiera, ese material, junto con los explosivos, en manos de una persona que ya ha manifestado expresamente su acuerdo con acciones terroristas contra occidentales y que ha justificado los atentados ya ejecutados, no puede tener otra finalidad que actuar como metralla en un acto contra personas. Conclusión que, en sus aspectos objetivos, ha quedado corroborada por el hallazgo de ese material en el artefacto explosivo procedente del tren que explosionó en la estación de El Pozo y que fue desactivado en el Parque Azorín.

[…]

Es razonable deducir, como hace el Tribunal de instancia, que el recurrente tenía serias razones para entender que los explosivos, detonadores y metralla entregados a Jamal Ahmidan iban a ser utilizados de modo inmediato en un acto terrorista contra personas, aun cuando desconociera sus detalles, a pesar de lo cual procedió a la entrega efectiva de todo el material relacionado.

[…]

En el caso, aun cuando fuera posible que el autor principal tuviera hipotéticamente otras fuentes de suministro, como parece sugerirse en el motivo, el recurrente le facilitó explosivos en cantidad suficiente para la acción finalmente ejecutada; detonadores; metralla, y le facilitó de alguna forma el trasporte, tanto en los primeros envíos que fueron entregados en Madrid, como en los finales, pues tal como resulta de los hechos probados no solo entregó el material solicitado sino que llegó a facilitar un garaje, o un lugar apropiado, para cargar el vehículo en el que finalmente se realizó el trasporte.

Y, finalmente, la respuesta al recurso de Othman El Gnaoui (pgs 668 y ss)

…en la mochila que no explotó, desactivada en el Parque Azorín, luego de ser encontrada entre los efectos recogidos en el tren que explotó en la estación de El Pozo, había dinamita y detonadores iguales ambos a los procedentes de Mina Conchita, además tornillos y clavos como metralla (hecho probado 3.1)*.

[…]

La bomba fue desactivada, conteniendo un mecanismo temporizado y de iniciación eléctrica proporcionado por un teléfono móvil marca Mitsubishi Trium con dos agujeros en la carcasa de los que salían dos cables de color azul y rojo que iban a un detonador de cobre que estaba introducido dentro de 10.120 gramos de dinamita plástica. Además, contenía 640 gramos de tornillos y clavos para que actuaran como metralla, y un cargador válido para el móvil Trium.

[…]

El día 29 de febrero, Jamal junto con otros dos, que luego fallecerían en el piso de Leganés, volvió de Asturias con un cargamento de dinamita, y metralla, para cuya carga emplearon varias bolsas o mochilas, procedente de Mina Conchita. Que en el piso de Leganés había detonadores iguales a los utilizados en Mina Conchita. Y que en la mochila que no explotó, desactivada en el Parque Azorín, luego de ser encontrada entre los efectos recogidos en el tren que explotó en la estación de El Pozo, había dinamita y detonadores iguales ambos a los procedentes de Mina Conchita, además tornillos y clavos como metralla (hecho probado 3.1)*.

Las pruebas, los peritajes, los testimonios de supervivientes, las declaraciones bajo juramento, los artículos científicos, siguen estando allí, a disposición de quien los quiera consultar. Nosotros lo hemos hecho y la conclusión parece clara: hubo metralla en los atentados del 11-M: metralla en los supervivientes, metralla en los artefactos que no explotaron, metralla en los focos de explosión, metralla hallada por los TEDAX que recogieron pruebas, por los médicos que trataron a las víctimas de la masacre y -mal que le pese- metralla en los cadáveres, aunque poco documentada.

Los conspiracionistas podrían haber optado por demostrar que los peritos estaban equivocados, por entrevistar a los médicos del Hospital Gregorio Marañón, o a los supervivientes de la catástrofe. Pero ¿saben qué? Como siempre, los conspiracionistas han elegido el camino más fácil y menos arriesgado -más cobarde- para ellos; en definitiva, el camino de siempre: una declaración de una persona comprometida con sus tesis que ha esperado el tiempo suficiente para que la investigación -en este caso, mediante una exhumación de cadáveres, imposible ahora- le desmienta, y ha seleccionado unos pocos documentos – haciendo caso omiso de las centenares de pruebas que contradicen su idea-  los ha tergiversado y les ha hecho decir lo que quiere.

Así es el conspiracionismo: cobarde como siempre, pero cobarde como nunca.

Y ustedes ya me entienden.

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Una respuesta en “¿Había metralla en los cadáveres del 11-M? -II por Desiertos Lejanos II

  1. jose fco. dijo:

    Por favor, ¡que no decaiga!. Por favor, continuen hasta cuando y donde haga falta desenmascarando las repugnantes mentiras de los que vuelven ahora a la carga. Esto no tendrá fin. Pasarán los años, sus mentiras serán igual de evidentes que hoy, pero unos cuantos por mala fé, y otros cuantos por puro sectarismo ignorante continuarán negando la realidad. Es cierto que en muchos puntos han reculado, reinventado podríamos decir más descriptivamente. Pero han llegado demasiado lejos y ya no tienen manera de desandar tan infame camino. Por favor, continuen con su excelente labor en «Desiertos lejanos». Muchos se lo agradecemos enormemente.

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