Réplica de Allica 1

Primera réplica de Allica:

Santiago Allica

Respuesta a Luís Fernando Areán y sus tesis sobre el 11M

Dado que en los últimos meses Diario Liberal ha publicado más de una docena de artículos sobre hechos concretos de la investigación del 11M y dado que la mayoría de esos artículos han sido redactados por mí, creo que es justo que responda a las alusiones –vagas e imprecisas- del Sr. Areán. Tacha este señor de “absurdos” a los “conspiracionistas”. Yo no podría estar más de acuerdo: es absurda la versión oficial que establece que el 11M fue fruto de una conspiración en la que participaron delincuentes comunes, confidentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Guardia Civil, españoles, magrebíes, sirios… Sin duda esos conspiracionistas (jueces, políticos y miembros de los cuerpos de seguridad) sostienen tesis absurdas. Una versión oficial que ha dado por bueno que un confidente de la Guardia Civil puso en contacto a unos marroquíes con un confidente del Cuerpo Nacional de Policía que fue quien les vendió los explosivos para que luego montaran las bombas con unos teléfonos móviles liberados en la tienda de un expolicía nacional, resulta a todas luces absurda. Especialmente cuando se ha demostrado que los informes de telefonía entran en contradicciones insalvables de las que nadie se hace responsable, cuando en el Auto de Procesamiento se han alterado declaraciones de policías para “homogeneizar” sus testimonios en cuanto a la cadena de custodia de pruebas esenciales o cuando en el Sumario aparecen fotografías alteradas de la forma más burda y chapucera.

Esos conspiracionistas son absurdos. Y lo son porque sostienen que los incontables puntos oscuros del 11M se explican con una mezcla de casualidades y de la proverbial chapucería española, incapaces de justificar por qué entonces todos los mandos implicados fueron ascendidos, promocionados o condecorados por sus “negligencias” y sus “errores”.

Sin duda los conspiracionistas y sus tesis resultan absurdos. Como absurdo es que unos peritos intenten convencer a un tribunal de que unos componentes químicos de un explosivo aparecieron en los análisis químicos de otro explosivo a través de una contaminación sin precedentes. Como absurdo es que esos mismos peritos sostuvieran sucesivas elucubraciones sobre hipotéticas contaminaciones, primero en la fábrica, después en la mina y finalmente, acorralados ante sus propios argumentos, en el almacén. Contaminaciones absurdas producidas por partículas voladoras capaces de atravesar cajas, armarios, sobres de papel y bolsas anidadas en bolsas a su vez introducidas en otras bolsas. Absurdo, por supuesto. Todo lo que nos han contado es absurdo. Forenses conspiracionistas que no realizaron ninguna prueba concreta para datar la muerte de unos supuestos suicidas. Forenses conspiracionistas que recibieron ocho cadáveres y realizaron una sola autopsia: la del GEO fallecido. Forenses conspiracionistas que se pelearon públicamente con sus compañeros del Instituto Anatómico Forense para hacerse con el control de esos restos cadavéricos y que le impidieron a la Policía Científica el acceso a tales cuerpos durante un día completo. Forenses conspiracionistas que en la vista oral explicaban la ausencia de sangre de los supuestos suicidados porque “a veces la sangre sale en gotículas”. Conspiracionistas absurdos al fin y al cabo.

Tiene razón el Sr. Areán en que en los últimos años hemos tenido que presenciar demasiados episodios absurdos, como lo fue el escuchar durante el juicio del 11M a una perito y al que fuera jefe de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos insultar a la inteligencia y a la lógica con su discurso sobre las sustancias “pesables” y las “no pesables”. Podríamos seguir hasta el infinito, porque está claro que los conspiracionistas, los verdaderos conspiracionistas, son absurdos.

Habla el Sr. Areán de deseos ideológicos. Creo que en todo lo publicado en Diario Liberal sobre el 11M no se trasluce ninguna proclama “ideológica”. También dice el Sr. Areán que desde estas páginas se validan extrañas teorías de macroconspiraciones poco menos que judeo-masónicas, pero yo no las he visto por ninguna parte. En realidad no recuerdo haber leído en Diario Liberal ninguna teoría acerca de lo que ocurrió el 11M. He leído artículos de opinión, de ciudadanos anónimos, de víctimas del 11M… he leído concienzudos análisis con la Ley de Enjuiciamiento Criminal en la mano… y he visto publicados mis propios artículos que reflejan someramente algunos de los incontables puntos oscuros de la versión oficial del atentado. Pero no he podido leer esas desquiciantes teorías de las que habla. También dice el Sr. Areán que ningún policía ha dado “un paso al frente” para decir que la versión oficial es mentira. Para no robarle más tiempo a los lectores pondré sólo un ejemplo que enlaza con uno de los párrafos anteriores: durante el juicio del 11M, cuando tuvo lugar el bochornoso episodio de las declaraciones sobre las sustancias pesables y las no pesables, le preguntaron sobre éstas al perito más reputado en análisis químicos dentro de la Policía Científica. Su respuesta fue clara y contundente: “eso es incierto totalmente”.

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