Titadyn, el eterno retorno (XLVI) por Rasmo

Titadyn, el eterno retorno (XLVI) por Rasmo

En las anteriores entregas he venido discutiendo el contenido del informe sobre los focos firmado por la Inspectora con carnet profesional 17.632, adscrita a la Unidad Central de los Tedax. Como hemos visto, esos componentes de dinamita a los que hacía referencia genérica en su documento eran, de acuerdo con su declaración en el juicio del 11-M (28.5.2007), nitrato amónico y nitroglicol. Esto significa que la autora del informe optó en su día por incluir en el escrito simplemente la conclusión final, la etiqueta “dinamita”, sin dar los detalles. Pero, como ella misma repitió durante la vista oral, eso no significa que no hubiera hallado ningún componente, ningún elemento al que aplicar tal calificativo, como errónea y contumazmente se había afirmado.

Dicho esto, conviene dejar claro que, en efecto, el nitroglicol y el nitrato amónico son “componentes de dinamita” o “componentes habituales de las dinamitas”, tal como ella expresó. Aun a riesgo de insistir en lo que podría parecer obvio, quiero acreditar inequívocamente este punto.

Lo anterior queda confirmado reiteradamente por múltiples documentos incluidos en el propio Sumario, en particular, por el informe pericial conjunto elaborado por Tedax de la Policía y de la Guardia Civil (y en el que no participó la propia Inspectora 17.632), de 24.6.2005 (Tomo 145, folios 53803 y ss.), al que aludí en anteriores entregas y que el Juez Del Olmo recoge extensamente de forma literal en las páginas 74 a 103 de su auto de procesamiento de 10 de abril de 2006. Así, en la página 91 del auto de procesamiento, respecto al registro de la finca de Chinchón, puede leerse la siguiente cita del referido informe:

Además de los elementos descritos anteriormente, también se localizó, oculto en uno de los cobertizos de la finca, un compartimento, a modo de zulo, que si bien estaba vacío, en la analítica que posteriormente se efectuó a las paredes de poliespan, se detectó la presencia de Nitroglicol y Nitrato Amónico, componentes habituales de las dinamitas (ANEXO V).

En la página 92 del auto se alude a dos vehículos examinados en el marco de la investigación. El primero es un Volkswagen Golf TDI, matrícula 0500 CHB, utilizado para el transporte de explosivos desde Asturias:

En la analítica efectuada a muestras de la moqueta del maletero, en el Servicio Central de Analítica de la Comisaría General de Policía Científica, procedentes de la Brigada Provincial de Policía Científica de Ceuta, se detectó la presencia de Nitroglicol (Dinitrato de Etilenglicol) (ANEXO VI).

El nitroglicol, es uno de los componentes de las dinamitas.

El segundo de los vehículos citados es el famoso Skoda Fabia recuperado en Alcalá de Henares:

Entre diferentes analíticas realizadas en el Servicio Central de Analítica de la Comisaría General de Policía Científica, efectuadas a muestras del vehículo, la relacionada con explosivos, detectó en la alfombrilla del maletero del vehículo la presencia de Dinitro Etilenglicol [nitroglicol], componente éste de las dinamitas (ANEXO VII).

Esa descripción global como componentes de las dinamitas se basa en los respectivos resultados analíticos originales que el informe conjunto Tedax incluye en sus mencionados anexos V, VI y VII.

De este modo, en el anexo V del informe conjunto Tedax figura el Informe 202-Q1-04 de la Policía Científica (de 29.3.2004), que inicialmente aparecía en el Tomo 22 del Sumario (folios 5980 y 5981). En este último informe, los peritos de la Policía Científica indican el hallazgo de nitroglicol y nitrato amónico en dos paneles de “porespán” (“poliespan”, en el Informe conjunto Tedax) y observan que: “El Nitroglicol y el Nitrato Amónico son componentes fundamentales de las dinamitas”.

Lo interesante es comprobar quiénes firman ese documento: los peritos 9, 11 y 47. El último es Alfonso Vega, director de la pericia ordenada en 2007 por Gómez Bermúdez y constantemente vituperado por los conspiracionistas. Pero los dos primeros son, respectivamente, Manuel Escribano e Isabel López Cidad, ya viejos conocidos de los periodistas que han destacado reiteradamente su honradez e intachabilidad. Es más, el propio Manuel Escribano declaró en el juicio del 11-M para ratificar este informe. Su intervención (28.5.2007) se produjo en los siguientes términos:

Ministerio Fiscal: El nitrato amónico y el nitroglicol son componentes ¿de qué?

M. Escribano: Son componentes de muchísimos explosivos, fundamentalmente de las dinamitas. O sea, que […] prácticamente en la mayoría de las dinamitas están presentes, desde la famosa Goma 2 ECO, al Titadyne, etcétera. O sea, es decir que en la mayoría de las dinamitas actuales está presente tanto uno […] como otro […].

[…]

Defensa de Otman el Gnaoui: ¿Y las sustancias que ustedes han identificado, nitroglicol y nitrato amónico, solamente son componentes de explosivos, no son componentes de ninguna otra cosa?

M. Escribano: No son componentes de ninguna otra cosa estando asociados, efectivamente.

[…]

Defensa de Hamid Ahmidan: […] Dicen ustedes en su informe, efectivamente, que encuentran restos de nitroglicol, nitrato amónico. Son componentes fundamentales de las dinamitas…

M. Escribano: Cierto.

Pero los anexos VI y VII del informe conjunto Tedax, sobre cuyos datos este último concluye que se encontraron componentes de dinamita en los mencionados Golf y Skoda Fabia, respectivamente, son aún más notables. Concretamente, el anexo VI recoge el Informe 04-Q1-234, de la Policía Científica (de 20.8.2004), en cuyo apartado de resultados, en relación con diversas muestras extraídas del maletero del Volkswagen Golf, se afirma:

Se ha detectado concretamente en las muestras M1 y M3 restos de Nitroglicol (Dinitrato de Etilenglicol) explosivo que se ha encontrado en la dinamita analizada en este laboratorio con ocasión de los atentados del 11 de Marzo.

Por su parte, el anexo VII reproduce el Informe 431-Q1-04 (de 29.7.2004), también de la Policía Científica, en el que se indica el hallazgo de nitroglicol (Dinitro Etilenglicol) en una muestra obtenida del maletero del Skoda Fabia. Y aclara:

Se significa que el Dinitro Etilenglicol [nitroglicol] es un componente habitual en Dinamitas, y concretamente se encuentra en la utilizada en los Atentados del 11-M.

Obsérvese que estos dos últimos informes citados (procedentes de la magnífica Policía Científica, no de los malvados Tedax) hacen algo más que justificar la denominación final del nitroglicol y el nitrato amónico como componentes (habituales o fundamentales) de las dinamitas. En efecto, señalan asimismo que esos componentes en particular son elementos hallados en la dinamita analizada “con ocasión” del 11-M (informe sobre el Golf) e incluso “utilizada” en el 11-M (informe sobre el Skoda Fabia). No cabe la menor duda acerca de la dinamita a la que se refieren.

Si insisto en lo anterior es para resaltar una vez más, por contraste, un aspecto ubicuo e irritante del conspiracionismo del 11-M: su fijación (descontextualizada) con determinados episodios y personas, rehuyendo una visión de conjunto o el contraste con casos potencialmente similares. Sánchez Manzano y la perito 17.632 han sido vilipendiados con saña (y falsedades) por tratar, supuestamente, de encarrilar la investigación sobre explosivos hacia la Goma 2 ECO y tapar otras vías, pese a que su informe sobre los focos en realidad no cegaba hipótesis alguna en su genérica referencia a las dinamitas.  Sin embargo, aquí tenemos dos informes de la Policía Científica que asocian los mismos componentes hallados por la especialista de los Tedax no sólo con las dinamitas en abstracto, sino con la dinamita concretamente “analizada” o “utilizada” en el 11-M, que no puede ser otra que la Goma 2 ECO. Me sorprende que a los hacendosos investigadores se les hayan pasado por alto estos esfuerzos por apuntalar la versión oficial (obviamente, estoy siendo irónico). Qué fácil habría sido montar un circo de los habituales a cuenta de estas expresiones. Fijémonos incluso que el informe sobre el Skoda Fabia habla de la dinamita “utilizada” en los atentados. Seamos la mitad de quisquillosos que con cada acción de Sánchez Manzano: ¿Cómo podían saber esos peritos que la dinamita en la que anteriormente se había hallado nitroglicol (la Goma 2 ECO de las muestras sin explosionar) era la realmente “utilizada” en los trenes? ¿Eh? ¿Cómo podían saberlo?

Y no se trata de una minucia intrascendente. En el tomo 74 del Sumario, folios 22.548 a 22.613, se encuentra una “Diligencia Informe” de 23 de agosto de 2004, que recoge los datos más significativos de la investigación respecto a dos individuos (Abdelkrim Beghadali y Safwan Sabagh) por su posible implicación en el 11-M. Se trata de un informe de la UCIE (Unidad Central de Información Exterior, de la Comisaría General de Información). Nada que ver con los pérfidos Tedax, por tanto. Pues bien, en el folio nº 6 de ese documento (folio 22.554 del Sumario), en relación con el Skoda Fabia, podemos leer el siguiente pasaje:

Asimismo, la localización de dicho vehículo en una zona próxima a aquella en la que se halló la furgoneta Renault Kangoo, en la que se trasladaron los explosivos utilizados en el 11-M, vino a constatar la participación activa del coche en aquellos atentados, máxime, cuando del análisis de los restos encontrados en la alfombrilla del maletero del SKODA, se identificaron restos de componentes de dinamita, iguales a la utilizada en dichos atentados.

Qué ocasión perdida para el periodismo de corneta. Si esto lo hubiera escrito Sánchez Manzano…

Retomando el hilo de mi argumentación, cabe señalar que García Abadillo, por cierto, conoce todos los informes sobre explosivos a los que he aludido más arriba porque los referencia expresamente en una noticia de 25.7.2006, con un subtítulo de esos que glorifican el periodismo (“Todo lo que usted quiso saber sobre la dinamita y Sánchez Manzano se encargó de disfrazar”).

Por su parte, curiosamente, uno de los mayores perseguidores de Sánchez Manzano y asociados, José María de Pablo, en su escrito de acusación provisional de 15.11.2006 en nombre de la AAV11-M, admitía la denominación que había de aplicarse a los mencionados componentes de explosivos, basándose en el antes citado informe sobre las planchas de “porespán”. ¡Incluso aludía explícitamente a la Goma 2 ECO! (p. 42, nota 86):

Consta la inspección y estudio por Policía Científica en fecha 29.03.04 sobre las planchas de “porespan”, que tenían restos de dos componentes de dinamita, nitroglicol y nitrato de amoniaco, ambos componentes de las dinamitas y de la Goma 2 ECO […].

También Fernando Múgica, nada menos, en su Agujero Negro XXVIII (EM, 9.3.2006) cita explícitamente el informe sobre las muestras del Skoda y está de acuerdo con el calificativo que corresponde al nitroglicol:

[E]l 29 de julio de 2004, […] la Comisaría General de Policía Científica da a conocer su informe sobre la alfombrilla [del Skoda], en la que «se ha detectado la presencia de trazas de dinitro etilenglicol», uno de los componentes genéricos y habituales de las dinamitas.

Incluso Luis del Pino está de acuerdo en que los nombrados por la perito de los Tedax son dos de los tres “componentes fundamentales” de las dinamitas (el tercero sería la nitroglicerina; EM, 5.11.2006).

Y en la misma edición de El Mundo posterior a la declaración de la perito en el juicio, David Gistau lo reconoce igualmente (EM, 29.5.2007), en una cita que ya recogí en páginas anteriores:

Esta funcionaria […] dijo que sí detectó nitrato amónico y nitroglicol, es decir, precisamente los elementos genéricos que contiene cualquier tipo de dinamita […].

Por tanto, la conclusión de la perito 17.632 (“componentes de dinamita”) ante el resultado de sus análisis (nitroglicol y nitrato amónico), parece indiscutible.

Para insistir en esta línea, volviendo a la reproducción del informe conjunto de los Tedax de Policía y Guardia Civil, el auto de procesamiento de 10 de abril de 2006 recoge, en su página 102, una especie de recapitulación de estos peritos en torno a los explosivos del 11-M, que resume los anteriores datos del siguiente modo:

[…] En otras actuaciones, si bien no se llegó a recuperar sustancia entera, se recogieron muestras de superficies, en las que se detectaron componentes de las dinamitas:

– Paredes de poliespan del zulo encontrado en la finca de Chinchón.

– Tapicería del maletero del vehículo Volkswagen GOLF TDI, 0500 CHB

– Tapicería del maletero del vehículo Skoda Fabia, 3093 CKF

Finalmente, en el análisis realizado a las muestras recogidas tras las explosiones en los trenes del día 11 de marzo, se detectaron componentes de las dinamitas, salvo en los focos de los vagones 4 y 5 de la C/ Téllez y estación de El Pozo, respectivamente, donde no se detectó ningún elemento digno de mención.

Así pues, según la valoración conjunta de los especialistas en explosivos de la Guardia Civil y de la Policía, el resultado último (“componentes de las dinamitas”), es idéntico en el caso de los focos de explosión y en el de los demás escenarios donde se halló nitroglicol y/o nitrato amónico. De nuevo, la única diferencia, como ya sabemos, es que el controvertido informe escrito de la perito 17.632 fue directamente a la conclusión sin especificar tales componentes.

¿Por qué hago hincapié en algo que parece trivial? Porque en realidad no lo es tanto.

Asombrosamente, los críticos de la versión oficial han reiterado machaconamente que el resultado del informe pericial sobre los focos firmado por la Inspectora 17.632 era inútil. Citando siempre dicho resultado con la falaz expresión “componentes genéricos de la dinamita”, los adjetivos se han repetido durante años. Así, el 9 de julio de 2009, en una edición que ponía de manifiesto como ninguna otra la coincidencia entre la querella interpuesta por la AAV11-M y las vicisitudes judiciales de El Mundo en el marco de la demanda presentada por Sánchez Manzano, Joaquín Manso introducía un toque original en el argumentario habitual:

[L]os análisis que llevó a cabo el 11-M la perito químico de los Tedax dieron un resultado casi nulo a efectos de la investigación–«componentes genéricos de la dinamita»– […].

Muy parecida frase, e idéntico calificativo (resultado “nulo”), recogía una semana más tarde otro artículo de El Mundo firmado por Alfonso Mateos (EM, 16.7.2009).

El 16.8.2009, de nuevo para Joaquín Manso, ese mismo resultado (componentes genéricos…) era “desolador”, adjetivo que repite en otro artículo de 15.10.2010.

Más tarde, este mismo periodista se refiere en múltiples ocasiones a ese resultado como “inservible” para la investigación (EM, 19.12.2010, 20.12.2010, 14.2.2011, 4.3.2011, 5.2.2012), o como resultados “prácticamente inútiles” obtenidos por un laboratorio “rudimentario” (30.3.2011).

Otro de los periodistas de El Mundo más activos en la materia, Manuel Marraco, coincidía el 9.7.2011 en señalar que “el resultado que obtuvieron en el laboratorio rudimentario de los Tedax: «Componentes genéricos de la dinamita», […] apenas aportaba algo a la investigación.”

Incluso el perito independiente Carlos Romero Batallán, en su declaración de 23.9.2009 como testigo de cargo en la instrucción de la querella contra Sánchez Manzano y la Inspectora 17.632, denigrando el informe de ésta sobre los focos, llegó a hacer la pasmosa afirmación según la cual ¡“decir ‘dinamita’ y ‘nada’ es lo mismo”!

Caramba, me parece a mí que decir “dinamita” significa que no es pólvora, cloratita, amonal, amosal, napalm casero, explosivo militar y un largo etcétera muy distinto de “nada”.

Además, y sobre todo, pese a estas pretensiones de inutilidad, cabe preguntarse en qué habría cambiado realmente la investigación (la de verdad, no la de los trompeteros) si, en vez de limitarse a su conclusión final (“componentes de las dinamitas”), la autora del informe sobre los focos de explosión de los trenes hubiera especificado esos dos componentes: “en tal foco se detectan nitroglicol y nitrato amónico; en este otro, también; en aquel de allí, no se detectan sustancias dignas de mención. Se señala que el nitroglicol y el nitrato amónico son componentes habituales de las dinamitas”. ¿De qué manera, a efectos de la investigación, habría sido esto más o menos útil o significativo que cada uno de los informes de la Policía Científica con el mismo resultado, anteriormente citados, en los que tampoco se analizaba sustancia entera? No habría cambiado nada en absoluto. Si al final resulta que estamos discutiendo por una etiqueta o denominación que en definitiva es sin duda correcta, sólo porque no tenemos (mejor dicho: porque no tuvimos) los pasos intermedios o los ingredientes, me parece una base muy débil para montar la que se ha montado.

Como la conclusión anterior es bastante obvia a poco que uno le dedique algún momento de reflexión, en la historieta conspirativa se recurre a sugerir que la perito 17.632 en realidad estaba mintiendo cuando dijo que había encontrado nitroglicol y nitrato amónico. Sin embargo, esto nunca se dice con la claridad y nitidez de quien está dispuesto a ser consecuente con sus acusaciones. De este modo, se transmite de soslayo la idea de que la perito 17.632 eligió premeditadamente a posteriori, para su mentira, esos dos componentes (nitroglicol y nitrato amónico) sabiendo que eran neutros, es decir, que no permitían distinguir entre ninguna marca de dinamita. Esto dejaba ya traslucir, el día después de la comparecencia de la analista de los Tedax en el juicio del 11-M, el aparentemente casual comentario de David Gistau  que ya he citado en un par de ocasiones (EM, 29.5.2007):

Esta funcionaria […] dijo que sí detectó nitrato amónico y nitroglicol, es decir, precisamente los elementos genéricos que contiene cualquier tipo de dinamita […].

Pero la suspicacia insidiosa se hace obvia en el correspondiente pasaje del texto de referencia que García Abadillo escribe en el Prólogo de “Titadyn” (pp. 32-33):

Increíble. Tres años después del atentado, la perito de los Tedax confesaba que ella en sus análisis detectó esas sustancias que, como ustedes ya se imaginan, son tan componentes de la Goma 2 ECO como del Titadyn.

Claro, je, je, ustedes ya se lo imaginaban, ¿verdad? Esta mujer nos quiere tomar el pelo, ¿eh? Pero no contaba con la astucia del vicedirector de El Mundo, reflejada también en su fina elección de palabras, como ese nada inocente “confesaba”, muy al estilo de la casa.

También desde “Titadyn” (p. 199), Antonio Iglesias se refiere a los análisis de la perito 17.632 “cuyos resultados se han estado ocultando hasta el día de la vista oral, cuando se ofreció una versión de ellos nada convincente”.

Más elaborado en sus sospechas es José María de Pablo en “La Cuarta Trama” (p. 212):

Vamos a suponer que es verdad. El hallazgo de esos dos componentes, efectivamente, no permite poner marca a la dinamita, pues son muchas las dinamitas que contienen, entre otros componentes, nitroglicol y nitrato amónico (la Goma 2 ECO, la Goma 2 EC y el controvertido Titadyn, por ejemplo).

Ahora bien: ¿fue ese el resultado del análisis? Porque de ser cierto que la perito identificó esos componentes y no otros, entonces tendríamos que hacernos algunas inquietantes preguntas a las que la jefa del laboratorio TEDAX no respondió: ¿si en los análisis realizados por los TEDAX solo aparecieron dos componentes tan inocentes como el nitroglicol y el nitrato amónico, qué motivos había para impedir a la Policía Científica analizar los restos?

Obsérvese que el autor, en un comportamiento típicamente falaz, está dando por supuesto algo incierto: que “se impidió” a la Policía Científica analizar los restos, es decir, que se adoptó conscientemente una decisión de incumplir un deber procedimental (los famosos protocolos). Si ese deber no existía, no se estaba impidiendo nada a nadie. Los interrogantes de De Pablo continúan inmediatamente:

¿Y si en el análisis no aparecieron componentes suficientes como para identificar la marca de la dinamita empleada, no sería lógico pedir a la Policía Científica que con sus más avanzados medios analíticos tratara de encontrar otros componentes que se pudieran haber escapado a los TEDAX?

Cuestión pertinaz que ignora la tantas veces repetida explicación de que los análisis químicos (los realicen o no la Policía Científica) no pueden determinar por sí solos la marca del explosivo a partir de restos explosionados. Como veremos, si la experta química de los Tedax llegó hasta donde era posible llegar (el tipo de explosivo, no su marca), y las muestras estaban dando buenos resultados al respecto, ¿qué motivo había para enviarlo a la Policía Científica? Nunca podrá insistirse lo suficiente en que esa idea de tratar de “encontrar otros componentes” es una proyección hacia el pasado, y por tanto anacrónica y descontextualizada, de inquietudes que no existían en el momento de producirse los hechos examinados.

Siguen inmediatamente las preguntas del Sr. De Pablo en su libro:

¿Si tan inocentes eran los componentes de dinamita encontrados, por qué se evitó hacer constar su nombre en los informes escritos? ¿y por qué no aclaró los nombres de los componentes cuando declaró ante Del Olmo, o cuando se produjo la polémica sobre el posible hallazgo de nitroglicerina? […]

Cuando De Pablo plantea en su libro estas “inquietantes preguntas a las que la jefa del laboratorio TEDAX no respondió”, hacía ya casi tres años que la jefa del laboratorio Tedax las había respondido, como espero que haya quedado de manifiesto tras mis últimas entregas.

En cualquier caso, procede señalar que existen al menos dos elementos que apoyan el testimonio de la perito 17.632 en cuanto a los componentes por ella detectados en 2004. Los abordaré en mi próxima entrega.

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