Titadyn, el eterno retorno (VIII) por Rasmo

(Sigue de Titadyn, el eterno retorno)

 

Titadyn, el eterno retorno (VIII)

Recordemos que la conclusión del informe de la Guardia Civil de junio de 2005, según recoge (no sabemos si verbatim) el escrito del Ministerio Fiscal de 7 de noviembre de 2006, era que el nitrato amónico y el nitroglicol, al reaccionar con el metanol, dan lugar a la metenamina en el cromatógrafo de gases. Algunos de los reparos que presenta el autor de “Titadyn” se entienden mejor con una formación química que no pretendo tener. En este sentido, me remito a lo expuesto en su día por una excelente conocedora de estos temas en un artículo de Desiertos Lejanos (“A vueltas con la metenamina”, 27.12.2006). Para otros puntos, sólo hace falta emplear un mínimo de sensatez y diligencia indagatoria. Para empezar, merece la pena reseñar que el perito que nos ocupa se ciñe a los términos literales empleados por la fiscalía para describir el informe, sin practicar esa altura de miras que le hace separarse del papel y “leer entre líneas” en otras ocasiones (cuando tiene que proyectar oscuras sombras sobre la actuación de los peritos oficiales, por ejemplo).

Iglesias recuerda, en primer lugar, que la metenamina se forma por la reacción entre el amoníaco y el formol (o formaldehído), no con el metanol. Aduce, además, que “resulta muy extraño y difícil de creer que haya habido metanol en el cromatógrafo”, porque lo usual, afirma, es emplear acetona. Y añade que no le consta la existencia de ninguna publicación científica que acredite la formación de metenamina en un cromatógrafo por reacción del nitrato amónico y del nitroglicol.

Yo, que no necesito apegarme palabra por palabra a los términos enunciados por la Fiscalía y que no cuento con la preparación química del Sr. Iglesias, observo, sin embargo, diversas piezas sueltas que me permiten suponer (tal vez desde el ingenuo desconocimiento), que no es tan descabellada la hipótesis postulada por los facultativos de la Guardia Civil. En primer lugar, no me ha sido complicado encontrar fuentes que pongan en duda la tajante afirmación del autor de “Titadyn” según la cual resulta “difícil de creer” que se haya empleado metanol y no acetona en este punto de la marcha analítica (la página enlazada de la Universidad de Georgia explica que el metanol es un “solvente comúnmente utilizado” en la cromatografía de gases). Leo, asimismo, que el formaldehído (o formol) se obtiene a partir del metanol (cortesía de morenohijazo). Concretamente, puede obtenerse mediante oxidación (o deshidrogenación) de éste (enlace anterior y la siguiente referencia), sometido a ciertas temperaturas y en ciertas condiciones. Avanzando un paso más, encuentro (no es mérito mío, sino del artículo de DL antes citado) que está documentada científicamente la probable aparición de formaldehído como artefacto en un cromatógrafo de gases mediante la deshidrogenación térmica del metanol en cierto tipo de análisis [Köppel C, Tenczer J, Peixoto-Menezes KM (1991), Formation of formaldehyde adducts from various drugs by use of methanol in a toxicological screening procedure with gas chromatography-mass spectrometry, Journal of Chromatography, Jan 18;563(1):73-81]. Igualmente, está documentada la formación de metenamina en sí misma como un artefacto analítico de la cromatografía de gases en determinados estudios en los que algunas muestras contienen formaldehído [DuVall MD, Ray AC, Reagor JC. (1984), “Methenamine as an induced artifact during extraction of formaldehyde-preserved tissue”, Veterinary and Human Toxicology, Aug;26(4):293-4; véase también Brian S. Middleditch (1989), “Analytical Artifacts: GC, MS, HPLC, TLC, and PC”, p. 479]. Como he dicho, uniendo estos datos dispersos, no me parece a priori inimaginable, como lego en la materia, que la metenamina pueda producirse en el cromatógrafo de gases por algún tipo de interacción entre, al menos, el nitrato amónico y el metanol a determinadas temperaturas.

Sea como fuere, y pese a admitir una vez más sin problema mi carencia de formación química, considero preciso distinguir entre los hechos y las interpretaciones o explicaciones que se ofrecen respecto de tales hechos. Así, el perito Iglesias se muestra disconforme con las explicaciones propuestas por los químicos de la Guardia Civil, pero nunca dice que no sea cierto el hecho básico: que encontraron metenamina en su análisis del artefacto hallado en la vía del AVE (entre otros) y en la pasta bruta de Goma 2 ECO remitida por el fabricante. De este modo, con independencia de que nos convenza o no la explicación perfilada en el informe de junio de 2005 (o la ofrecida más tarde en mayo de 2007, que es una variante o evolución de la anterior), no veo cómo la mera existencia no discutida de ese hecho fundamental (junto con otros que se verán más adelante) puede dejar de ser un obstáculo para la añeja hipótesis de los conspiracionistas abrazada por el Sr. Iglesias, según la cual la presencia de metenamina en las muestras M-2 y M-3 apunta a su procedencia del mismo cartucho. Porque éste, en efecto, tras las objeciones de rigor, se manifiesta de nuevo sin ambages en el sentido tantas veces repetido de considerar:

1. Que las muestras M-2 y M-3 habían estado probablemente en contacto con el explosivo RDX, del cual, como hemos visto, es su precursor o materia prima para su fabricación. Independientemente de que este explosivo fuera utilizado o no en la voladura de los trenes.

2. Que la muestra M-2, el resto de explosivo encontrado en la Kangoo, según versión oficial, y la muestra patrón aportada por Sánchez Manzano, o provenían del mismo cartucho o, al menos, habían estado juntas y almacenadas en el mismo recinto.

Y añade, sin pudor alguno:

Se comprende fácilmente que admitir cualquiera de estas dos posibilidades comprometía la autenticidad del sumario y/o la actuación de los Tedax, lo que provocó, y posiblemente condicionó en su día, la realización de los experimentos del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil tendentes a justificar la aparición de metenamina. […] Más que de comprobar la presencia de metenamina en las muestras, los peritos oficiales han tratado de forzar un argumento para negarla.

Y, si hay alguien que sabe de forzar argumentos, ése es el perito Iglesias. Porque lo que está diciendo es que la necesidad de proteger la versión oficial de las sospechas de falsedad fue lo que “provocó” y “condicionó” en su día los análisis de la Guardia Civil sobre la metenamina. Tal afirmación, aparte de insidiosa e imprudente, resulta objetable en al menos dos aspectos que el eminente científico parece haber obviado.

Por un lado, hace un uso anacrónico de los elementos de hecho. Difícilmente puede entenderse que la necesidad de salvaguardar “la autenticidad del sumario” sea la motivación de estos agentes, cuando las dudas planteadas al respecto a cuenta de la metenamina por los ahora patrocinadores del libro son posteriores a la propia realización del estudio. A los químicos de la Guardia Civil les consta la presencia de metenamina, insisto, en escenarios dispares y, como buenos investigadores, tratan de darle una explicación racional. Las fantasías sobre la procedencia común de las muestras M-2 y M-3 y el consecuente revuelo aspaventero no vendrían hasta semanas después de concluido su experimento. Los investigadores ya estaban de vuelta, por así decir, cuando surgió el embrollo mediático y político. En estas circunstancias, pensar que esas futuras (y a la sazón imprevisibles) elucubraciones iban a condicionar la actuación previa de los facultativos de la Guardia Civil da una idea del nivel argumental que se gasta el Sr. Iglesias. Según éste, los peritos de la Benemérita deberían haber razonado que, si encontraban metenamina en el explosivo hallado en las vías del AVE, si encontraban metenamina en la pasta bruta de Goma 2 ECO remitida por el fabricante, y si otros análisis habían detectado metenamina en el cartucho de la Kangoo (M-2) y también en el remitido como muestra indubitada de Goma 2 ECO por los Tedax a efecto de cotejo con la anterior (M-3), entonces… la explicación más lógica es que la M-2 y la M-3 (¿y sólo ellas?) habían salido del mismo cartucho porque Sánchez Manzano quería volcar las elecciones. Claro.

Por otro lado, de forma característica, estas apreciaciones del Sr. Iglesias suponen alterar ahora radical e incongruentemente el papel asignado a los peritos de la Guardia Civil por el conspiracionismo temprano, con el que sólo se mantiene en común la misma finalidad: justificar que la metenamina es la “pistola humeante” que delata la falsedad de las pruebas. En efecto, en sus artículos primigenios en esta materia, tanto Fernando Múgica (EM, 12.8.2005) como Luis del Pino (LD, 10.8.2005) relataban la actuación de la Guardia Civil como claramente antagónica a la de Sánchez Manzano. Para decirlo pronto y mal, Sánchez Manzano era el malo (como siempre) y los de la Benemérita eran los buenos. Esto es así porque, en dichos artículos, sus autores, que aparentemente ignoraban la existencia del informe de 28 de junio de 2005, exponían que fueron los peritos del Instituto Armado los que elaboraron en marzo de 2005 un escrito para obtener del juez Del Olmo una ampliación de datos sobre la composición química de los explosivos de los atentados con el fin de cotejarlos con los que ellos habían analizado procedentes de las vías del AVE, lo que originó que el juez instructor del sumario solicitara a los Tedax una aclaración sobre la metenamina. Los citados Múgica y Del Pino lo describían como si hubieran sido los miembros de la Guardia Civil quienes, “sibilinamente”, “destaparon el engaño” (LdP) o tendieron una “trampa” sin “descubrir sus cartas” (F. Múgica), para alertar al juez Del Olmo sobre las presuntas fechorías de Sánchez Manzano. Y, sin embargo, se da la circunstancia de que en realidad fueron ellos precisamente quienes dieron una explicación inofensiva de la aparición de la dichosa sustancia (en este sentido, merece la pena releer el artículo escrito en su día por Elkoko (“La metenamina”, 8.11.2006), explicación que ahora Antonio Iglesias atribuye en cambio a un turbio conformismo oficialista de los agentes de la Guardia Civil, antes heroicos y ahora untados. Así pues, el mismo resultado intrigante, con los mismos protagonistas, pero con argumentos inconciliables. Típico.

Pues bien, tras esta primera formulación de la hipótesis de la metenamina como artefacto, el tribunal de la Audiencia Nacional, en efecto, ordenó que dentro de la pericial de explosivos se abordara esta cuestión. Concretamente, el informe pericial de mayo de 2007, en su página 18 incluye, al describir su objeto “definido y claro”,  el

estudio de la posibilidad de que la metenamina detectada en informes previos (año 2004) pueda ser un artefacto generado en un cromatógrafo de gases.

Nada menos. Y nada más.

Dicho estudio se incluye en las páginas 157 a 163 del informe pericial encargado por el tribunal del 11-M. Cualquiera puede consultarlo en su integridad. Aquí resumiré los puntos que considero esenciales.
El informe enuncia un total de 24 muestras en las que se ha detectado metenamina “a niveles de trazas” en Cromatografía de Gases (CG). Son muestras que corresponden al explosivo de la mochila de Vallecas, al hallado en la Kangoo, al explosivo enviado como muestra patrón por los Tedax, al recogido en la vía del AVE, en el desescombro de Leganés, e incluso una muestra del foco de Santa Eugenia y una muestra (Maxam 04) remitida directamente desde la fábrica de Goma 2 ECO.
Se indica asimismo el carácter azaroso de la detección de metenamina, pues el número de positivos varía según el instrumental empleado:

Se aprecia que en el cromatógrafo de gases Agilent se producen más positivos a la detección de metenamina que en el Varian, donde sólo tres muestras dan positivo. Y por tanto se da el caso de que muchas muestras positivas en el primero son negativas en el segundo [p. 158].

Para comprobar la formación de metenamina en el cromatógrafo:

Los reactivos de partida son Goma 2 Eco y cada uno de sus componentes […] facilitados por Maxam en su factoría de Páramo de Masa. También se utiliza un nitrato amónico de Merck, riqueza ? 99 %. Las muestras se extraen por microadsorción […].

He destacado un elemento sobre el que Iglesias extenderá su manto ofuscador. Pero continuemos con el informe pericial de mayo de 2007. Indica éste los siguientes resultados [pp. 160-161]:

Inicialmente se analizan aislados cada uno de los componentes de la Goma 2 Eco. Se detecta metenamina en la inyección del nitrato amónico. El cromatograma indica que se trata de una sal con muchas impurezas. El hecho muestra que alguna de estas impurezas, bien como tal, previa transformación en el inyector a 250º C o en el propio proceso de calentamiento para la adsorción en el vial de vidrio, junto con amoniaco en fase vapor, generan metenamina […]. Repetido el ensayo con nitrato amónico calidad laboratorio no se genera metenamina. […] Ensayos adicionales indican que la mezcla nitrato amónico más nitroglicol sigue generando metenamina. […] El reactivo limitante no puede ser otro que el formaldehído, si bien su confirmación escapa del objeto de esta pericia […].

Se da, además, la “paradoja”…

…de que una misma muestra puede ofrecer resultado negativo en una primera inyección y positivo en la siguiente. En este particular reiteramos que un estudio completo escapa del alcance de esta pericial [p. 161].

Me he permitido destacar estas últimas frases, porque parece no haberse insistido lo suficiente en ellas. Efectivamente, frente a algunas de las objeciones que se verán, merece la pena subrayar que el objetivo de la pericial no era hacer una tesis doctoral o un estudio académico exhaustivo. Durante la vista, uno de los peritos oficiales hizo hincapié en ello, en el marco de una intervención que volverá a citarse en otro momento (sesión de 28.5.2007):

Es cierto que la metenamina aparece siempre porque el proceso no está optimizado. Aparece. El objetivo de la pericia era ver si se podía generar en el cromatógrafo, lo vimos, creo que era… estaba fuera de la pericia optimizar las condiciones de por qué y cuándo y a qué temperatura se produce.

Posteriormente, todas las muestras que han dado positivo mediante técnicas de detección en caliente (CG) se analizan con una técnica de detección en frío (HPLC, cromatografía de líquidos). En ningún caso se detecta metenamina.

Las conclusiones a las que se llega en dicho informe, pues, respondiendo al objeto expreso del experimento, son que, en efecto, la metenamina puede formarse en el portal de inyección de los cromatógrafos de gases. Los reactivos para que se origine este artefacto se encuentran en el propio nitrato amónico que se utiliza para la fabricación de las dinamitas. Las condiciones de temperatura propias del portal o el calentamiento previo de las muestras, favorecen la formación del artefacto.

Frente a esta opinión, algunos peritos “independientes” aportan objeciones en el apartado del informe que recoge sus conclusiones particulares. Como curiosidad, puede señalarse que, ni en el informe entregado por escrito ni en la propia vista oral, el perito “independiente” que se identifica con un DNI acabado en la letra C (el Sr. Iglesias lo identifica en su libro como Jesús Guardiola, propuesto por Ángeles Pedraza) hizo la menor observación sobre la metenamina. A diferencia de lo ocurrido en otros casos, pues, parece que el cuestionamiento de las conclusiones oficiales en el sentido de que esta sustancia era un artefacto analítico se limitaba a una minoría de 3 de los 8 peritos actuantes.

Tanto el Sr. Moris como el Sr. Romero Batallán se limitan a indicar, con redacción prácticamente idéntica, que la formación de metanamina en el cromatógrafo de gases no se produce en el 100% de los casos (algo que ya se recoge en el propio informe, por cierto) y que el laboratorio de la Policía Científica carece de un método “contrastado y fiable” para determinar la metenamina en explosivos. Sobre esto último, se produjo un breve intercambio durante la vista entre el Sr. Romero y un perito oficial (según el vídeo correspondiente, creo que se trata del director de la pericial, A. Vega, pero no estoy seguro), que defendía la sensibilidad de la técnica empleada (sesión de 28.5.2007):

Romero Batallán: No, no. No hay un procedimiento científico y claro para determinar metenamina en explosivos al día de hoy.

Gómez Bermúdez: Sí, sí. Eso ya lo han dicho.

Perito oficial: Quería, por favor, indicar que eh… lo del procedimiento… hay un procedimiento que determina metenamina por encima de 0,4 ppm [partes por millón] por HPLC… para mí es sufic[iente]… [le interrumpe el presidente del tribunal].

Pero es el Sr. Iglesias quien siempre ha ofrecido un mayor número de reparos a la tesis “oficial”, tanto en sus propias conclusiones particulares, como durante la vista y en “Titadyn”.

Voy a centrarme en las que expone en el libro que nos ocupa. Quienes leyeran en su día el artículo de Robin’s Desert Las nobeldades del caso Iglesias (II): La metenamina (21.6.2009), encontrarán aquí material coincidente en algunos aspectos.

En la Parte IV de su libro, dedicada a desacreditar el experimento diseñado por los peritos oficiales para comprobar la posible formación de metenamina como artefacto analítico, Antonio Iglesias comienza con una “valoración y crítica” enojosamente pueril, a tono, por cierto, con muchas de las observaciones puntillosas repartidas a lo largo de la obra: que si la expresión “muestra patrón” es en realidad “impropia” (nota 2, Parte III); que si tal documento (concretamente, el informe 173-Q1-04 de la Policía Científica) se titula “Informe pericial”, pero en realidad es una “reseña de resultados analíticos” (nota 9, Parte I, “Antecedentes”), etc. Pues bien, en el marco del experimento sobre la metenamina, se recabaron de la empresa fabricante de la Goma 2 ECO tres muestras testigo de la producción de los años 2004, 2005 y 2006 (denominadas Maxam 04 a 06, respectivamente) y una muestra del Titadyn incautado a ETA en la denominada furgoneta de Cañaveras (Cuenca), en febrero de 2004. El informe pericial, como ya se ha dicho y parece lógico, expone un listado de las muestras en las que se detecta metenamina. Entre ellas se incluye la muestra Maxam 04, a la que enseguida nos referiremos, pero lo que deseo destacar es que Iglesias, al aludir a dicho listado, de forma desconcertante, objeta que…

…omite cualquier mención a las otras dos muestras, Maxam 05 y Maxam 06, además de la Titadyn, en las que no se detecta metenamina. […] Además de las inexactitudes que acabamos de señalar acerca de las muestras Maxam y Titadyn…

De modo que, si, al referir las muestras en las que SÍ se ha hallado metenamina, no se hace mención a las muestras en las que NO se ha encontrado esta sustancia, tal omisión constituye una “inexactitud” reprochable. Admito mi perplejidad ante el modo de razonar del Sr. Iglesias. Normalmente no descendería a este nivel de detalle, de no ser por el fastidioso contraste entre la asfixiante imputación de errores reales o imaginarios a los demás y sus propios descuidos flagrantes. Porque, hablando de inexactitudes, la lista de muestras que dan positivo en metenamina que el mismo Iglesias ofrece en su libro incluye a su vez unos cuantos errores. Así, clasifica como procedentes de la explosión del piso de Leganés una muestra que en realidad corresponde a la mochila de Vallecas y otras dos que provienen del explosivo localizado en la vía del AVE. Pero lo mejor, sin duda, es su tratamieno de la muestra Maxam 04. Presten atención, porque nos enfrentamos a una nueva e irrisoria lección de “Química Según”.

La muestra Maxam 04, como ya se indicó, es una muestra testigo de la producción de Goma 2 ECO de 2004 procedente directamente de la fábrica. Es fácil entender que encontrar metenamina en dicha muestra no es lo más conveniente para las teorías conspirativas que niegan el carácter espurio a esta sustancia. Todas las novelas sobre oscuros almacenes policiales donde se manipulan evidencias quedarían debilitadas si una muestra procedente directamente de la factoría diera positivo en metenamina. Por tanto, pese a que el informe pericial presentado al tribunal sentenciador incluye Maxam 04 entre las muestras en las que se detecta metenamina, y pese a que ni en sus conclusiones particulares ni durante la vista el Sr. Iglesias, sometido a juramento y debate contradictorio, planteó la menor objeción al respeto, ahora, en su libro “Titadyn”, disparando a puerta vacía, estima que a la mencionada muestra se le debe atribuir un resultado negativo en metenamina. Veamos su razonamiento:

Resultados negativos en metenamina: Corresponden a los resultados obtenidos con dinamitas intactas del mismo fabricante de la Goma 2 ECO en las que se ha investigado, con resultado negativo, la presencia de metenamina: […] Referencia Maxam 04: en splitless no se aprecia pico a 10,5 minutos, sino a 11,7 minutos. Aunque salen los iones característicos, 42 y 140, el citado tiempo de retención no es el de la metenamina. Maxam 05 en splitless: pico a 10,50 minutos. pero no iones característicos.

Vaya, parece un criterio sencillo y generalizable. Expresémoslo de otro modo:

CONSTATACIÓN: Iglesias entiende que el positivo en metenamina requiere que se cumplan los requisitos de tiempo de retención e iones característicos.

CONSECUENCIA: Por tanto, obviamente, si en una muestra aparecen los iones característicos, pero fuera del tiempo de retención… debe estimarse un resultado negativo, ¿no?

Bueno, pues… según. Es decir, con la muestra Maxam 04, que ya hemos visto que molesta, sí, sin duda. Pero, ¿qué ocurre con la muestra M-5-3-B? Amigos, la muestra M-5-3-B es un duplicado de la M-3, ya saben, la denominada “muestra patrón” de Goma 2 ECO enviada por los Tedax como cotejo frente a la M-2 (sustancia hallada en la Kangoo). Puesto que, como se recordará, toda la verbena mediática giraba en torno a la presencia de metenamina en ambas (M-2 y M-3) y la malévola hipótesis de su origen común, no encontrar metenamina en un duplicado de la M-3 haría más plausible la hipótesis oficial de un mero artefacto analítico y, correlativamente, reduciría la cotización en bolsa de la empresa “manipulaciones Sánchez Manzano y Cía”. De modo que, aquí tenemos al perito Iglesias contándonos la excitante historia de la muestra M-5-3-B en la Parte III de su libro:

…metenamina, dudosa. Aparecen los iones característicos, pero fuera del tiempo de retención, seguramente por el mal estado de conservación de la muestra […]. La evaporación a la que fue sometida la muestra produce un retraso en el TR típico de la metenamina, que muestra un pico ancho y defectuoso que engloba otros compuestos. Sin embargo, sus iones característicos m/z 42 y m/z 140 nos inclinan a diagnosticar presencia de metenamina en la muestra, lo cual es coherente con su presencia en M-3, de la que esta M-5-3-B es duplicado.

Éstas son las ventajas de la versátil y adaptable “Química Según”. Según te convenga…

Ah, pero eso no es todo, no. Ni siquiera lo mejor. Ya hemos visto que, en la Parte IV de su libro, Iglesias descarta la metenamina en Maxam 04 porque “Aunque salen los iones característicos, 42 y 140, el citado tiempo de retención no es el de la metenamina”. Pues bien, sólo un párrafo más abajo, literalmente, después de esta observación, nos informa de lo siguiente:

De Maxam, en el arriba citado informe [presentado al tribunal el 15 de mayo de 2007], se menciona, de entre las muestras testigo, únicamente la denominada «Maxam 04», atribuyéndole resultado positivo en metenamina, sin duda basándose en el tiempo de retención, pero no tiene en cuenta la ausencia de los iones característicos (140, 42), lo que invalida su diagnóstico.

Han leído bien. Iglesias se contradice a sí mismo en dos párrafos seguidos, de modo que uno ya no sabe a qué atenerse. Lo más triste es que este señor que parece no prestar atención a lo que él mismo escribe se permita calificar de “negligentes” y “aberrantes” (EM, 9.7.2009) los análisis de los Tedax y se preste de buen grado a testificar buscando su encarcelamiento sobre la base de tan endebles y pobremente razonadas fantasías.

(Continuará)

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4 respuestas a Titadyn, el eterno retorno (VIII) por Rasmo

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  2. Rafael dijo:

    Cita de Iglesias: «…lo que invalida su diagnóstico.»
    Conclusión: ¡Entonces qué valor tiene el libro! Imagínense que Einstein, después de páginas describiendo la Relatividad General en uno de sus artículos, terminara con un «y esto me lo he inventado todo»
    Compadezco a los pobres primos que se compren el libro
    Muchas gracias por tu trabajo, como siempre.

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