Titadyn, el eterno retorno (IV)

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Hechas las anteriores consideraciones, analicemos uno de los aspectos de esa ecuanimidad y esa congruencia de geometría variable tan propias de los periodistas que nos ocupan, empezando por el principio.

El editorial de El Mundo del pasado 11 de mayo que acompañaba a la noticia que abrió la nueva temporada de caza conspiracionista, contenía el siguiente pasaje precautorio:

La respuesta a los escépticos es muy simple: EL MUNDO se limita a adelantar la principal conclusión de un trabajo científico de 500 páginas. No hay en él valoraciones políticas, especulaciones o consideraciones sobre el terrorismo. Hay datos empíricos, obtenidos científicamente y científicamente comprobables.

En la misma línea, Casimiro G. Abadillo insistía (EM, 1.6.09):

El valor del informe Iglesias, publicado por La Esfera como libro, es que no contiene elucubraciones, teorías o autos de fe, sino datos.

Acerca del carácter científico se ha hablado ya suficientemente. Sobre si el trabajo del perito Iglesias no contiene especulaciones, elucubraciones ni teorías, cabe objetar que sí, las contiene; muchas y de la peor especie: las que rezuman malicia. Pues no otra cosa sino especulaciones insidiosas son las insinuaciones que trufan la obra sugiriendo sibilinamente todo tipo de fechorías por parte de sus colegas o de alguna mano invisible. Por ejemplo, la nota al pie 3 de la parte V (Pg 401):

Queda por descifrar qué pudo haber sucedido en las horas en que se rompió la cadena de custodia como consecuencia del apagón de la noche del 6 de febrero.

Junto con las atribuciones malévolas [inmediatamente a continuación] (Pg 402):

La verdadera intención del director de la pericia con este experimento era, como hemos indicado, ver si se podía desvirtuar el hecho objetivo de haber encontrado DNT en las muestras de explosivo intacto.

…es insoslayable notificar en [el informe], a todos los efectos, no sólo los resultados analíticos obtenidos, sino las actitudes que hemos observado por parte del director de la pericia, alguna de las cuales nos ha impedido perfeccionar aspectos importantes de este informe. […] Y una incidencia que puede poner en tela de juicio la cadena de custodia de las muestras durante varias horas [Introducción, Pg 61].

…y no podemos tener ninguna garantía de la cadena de custodia, si es que verdaderamente la ha habido [parte IV, Pg 398].

En particular [parte V, Pg 412]:

El cómo, cuándo y dónde se haya podido producir la evidente y objetiva alteración de las muestras de explosivo intacto es algo que queda fuera del alcance de una pericia química, si bien debemos subrayar que nos parece muy improbable que tal alteración haya sido meramente casual.

En la página 416, en la parte VI:

En M-4 hemos encontrado metenamina, que no se reporta en el informe 173-Q2-04, no sabemos si porque no se detectó o porque no se ha querido informar de su eventual hallazgo. Nos induce a planteamos esta pregunta el hecho, muy significativo a nuestro juicio, de que el director de la pericia se haya negado a mostramos los cromatogramas que nos hubieran permitido comprobar o descartar la presencia de metenamina en M-4.

Y [en la página 88, Antecedentes]:

Se comprende fácilmente que admitir cualquiera de estas dos posibilidades comprometía la autenticidad del sumario y/o la actuación de los Tedax, lo que provocó, y posiblemente condicionó en su día, la realización de los experimentos del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil tendentes a justificar la aparición de metenamina.

Consideraciones todas ellas muy académicas y nada especulativas, obviamente. Por no mencionar las alusiones a la perito de los Tedax [Pg 79, Parte I, Antecedentes]:

Esta acción y la omisión de someter los extractos a la Policía Científica son inadmisibles desde el punto de vista de la práctica analítica […]. Corresponde a los letrados definir qué calificación jurídica merecen esa acción y esa omisión. Corresponde al tribunal pronunciarse sobre ello en la sentencia. […] Sin embargo, el laboratorio de los Tedax omitió esta acción y además se deshizo de los extractos mineral y orgánico, todo lo cual dictaminamos que se aparta de la buena práctica analítica, reiterando así nuestro comentario del párrafo anterior.

Que un trabajo pretendidamente científico haga continuas referencias a la “cadena de custodia” y se permita alusiones como las mencionadas y otras del tipo [página 133, nota 15]…

La empresa Maxam certificaba que la Goma 2 EC había dejado de fabricarse en 1992, lo que descartaba que este explosivo pudiese haber sido utilizado por los terroristas. En la lectura de la sentencia, en cambio, el juez Gómez Bermúdez manifestó que habían llegado a su poder algunas facturas de venta de este explosivo datadas de 2004. A fecha de 17 de noviembre de 2007 desconocemos la procedencia de tales facturas

…denota una clara confusión, como mínimo de las funciones propias del perito, que, desde luego, no es quién para suplantar al presidente del tribunal en la evaluación conjunta de la prueba ni para sugerir que él no puede responder de la veracidad de un papel que el juez no le ha presentado.

Como señala Elkoko con toda pertinencia:

Sr. Iglesias, es que usted no tiene por qué conocer su procedencia; su labor en el juicio del 11-M era determinar qué sustancias había en los focos de las explosiones y en el resto de muestras que les fueron facilitadas. Quien tenía que determinar el explosivo utilizado por los terroristas no era usted, sino el Tribunal, que es quien ha de conocer la procedencia de esas facturas. Facturas que, por otra parte, no van a cambiar los resultados de sus análisis (ni tampoco cambiarían, me temo, la interpretación que usted hace de los mismos).

Y es que la arrogancia del perito llega al punto de que, en sus conclusiones finales, afirma efectivamente que “la dinamita Goma 2 EC […] se dejó de fabricar en el año 1999 y cualquier existencia que hubiera quedado en algún almacén estaría inservible para su uso como explosivo”, ignorando flagrante y conscientemente las facturas presentadas por el propio juez.

Claro, como él no las ha visto…

He aquí la ciencia en acción, refutando la sentencia.

Pero hagamos abstracción de estas “elucubraciones científicas”. Lo que me interesa especialmente es un pequeño detalle. Como hemos visto, El Mundo afirma que “se limita a adelantar” unas conclusiones de un informe. Con esta pulcritud de Pilatos, parece querer transmitir la idea de un noble conducto que ofrece a sus lectores elementos de juicio sin entrar ni salir en nada, sin meter la mano, sin pringarse, en suma, como el teflón. Es una pretendida actitud muy característica del periodismo de El Mundo. Ellos no tienen ideas preconcebidas, se limitan a “investigar si prejuicios” y a poner a disposición del público hechos con los que éste pueda formarse su propia opinión:

…ni al juez Bermúdez y sus compañeros, ni menos aún al PP o a los contados medios que seguimos investigando sin prejuicios, nos corresponde establecer una verdad alternativa sobre el 11-M. […] En cuanto a la prensa, nuestro papel no es dictar sentencias, sino descubrir hechos y aportar elementos de juicio (PJ, EM, 15.4.07).

Desde el 11 de Marzo de 2004, EL MUNDO ha hecho un enorme esfuerzo por aportar información sobre los hechos. […] Hemos hecho nuestro trabajo sin prejuicios, sin planteamientos previos. […] Pese a quien pese, seguiremos contando la verdad (CGA, EM, 2.4.07).

Como hemos dicho en numerosas ocasiones, este periódico se ha limitado a investigar los hechos, aportando datos […], pero sin formular jamás una teoría alternativa (editorial, EM, 12.2.07).

Está claro que, en efecto, algunos “hechos” los presentan como quien habla de la lluvia: algo que procede objetivamente del mundo físico, sin voluntades humanas que arrastren toda su potencial carga de sesgos, elecciones arbitrarias y necedades; algo que se contentan con anunciar, pero sobre cuya consistencia o carácter noticiable nada han de opinar o rebatir. Así, El Mundo nos expone de forma acrítica (“se limita a adelantar”) que “Un informe alternativo descarta la Goma 2”. Un informe sobre el explosivo que estalló en los trenes presentado a la Sala por la defensa de Jamal Zougam (qué detalle tan inocente) “en el que se concluye que ni la sustancia ni las cantidades descritas en el sumario pueden ser ciertas”, entre otras cosas, porque a ningún policía le dolió la cabeza en el escenario de los atentados. No, en serio:

«La dinamita seguramente se encontraría formando parte del artefacto explosivo en una pequeña cantidad, seguramente actuando de multiplicador de la carga principal. A ello nos lleva el hecho de que la dinamita tiene entre sus componentes sustancias que pueden ser vasodilatadores que pueden producir un fuerte dolor de cabeza, y que nadie de los afectados hasta el momento haya anunciado tal circunstancia, que nadie haya manifestado ser testigo de haber olido el olor característico de la dinamita, y el hecho que dos tedax -a pesar de haber estado en contacto directo con el explosivo- no reconocieran ni el olor ni se vieran afectados por el dolor de cabeza indicado*, llegando incluso a confundir este explosivo con uno plástico».

Sobre esto no tiene nada que decir ni comprobar el periodismo de investigación de quienes informan “aferrados a nuestra crónica cautela” (editorial, EM, 14.2.07). ¿Actúan así cuando la lluvia no cae a su gusto?

Suele señalarse que una debilidad de las ciencias sociales es su escasa capacidad para permitir estudios experimentales puros, contrastables y repetibles como en las ciencias naturales. En particular, es común indicar las limitaciones de los razonamientos basados en “contrafácticos” (del estilo: “Si Hitler hubiera ganado la Segunda Guerra Mundial, entonces todos hablaríamos alemán”). Por ejemplo: Si años después de efectuados los análisis, un perito hubiera revisado los cromatogramas y hubiera descubierto un elemento inesperado en la composición de un explosivo, El Mundo… ¿“se habría limitado” a publicar sus datos, sin prejuicios, facilitando sin interferencias los hechos a sus lectores? ¿Incluso aunque ese descubrimiento fuera favorable a la versión oficial?

Pues bien, por una feliz y rara casualidad, resulta que, en este caso, contamos con todos los ingredientes de un experimento casi perfecto, con situaciones idénticas y exactamente comparables. En efecto, no sé si recordarán que, en mayo de 2007, el perito A. Vega, de la policía científica y director de la prueba realizada en 2007, mandó un escrito al tribunal que juzgaba la causa del 11-M señalando que, tras revisar los cromatogramas correspondientes al análisis efectuado en el año 2004 sobre de la muestra patrón de Goma 2 ECO (usada a efectos de cotejo), había descubierto que el DNT estaba ya presente en dicha muestra y en aquel año. Las implicaciones eran obvias, pues la presencia de DNT en los análisis de 2007 había llevado a los críticos de la versión oficial a descartar que el explosivo empleado en los trenes fuera Goma 2 ECO, ya que ésta no lleva teóricamente dicha sustancia en su composición.

Durante la vista, el perito Vega describió así su hallazgo durante la vista:

Gómez Bermúdez: O sea, ¿en la analítica del 11 de marzo de 2004, en la muestra patrón de Goma2-ECO, ya aparece una traza de DNT?

A. Vega: Aparecen trazas, menor cantidad de lo que aparece ahora, pero aparecen trazas de DNT. Eh… yo, evidentemente, eh… cuando hice esta revisión, he revisado este cromatograma yo creo que 20 veces, 30 veces, no lo sé. Eh… en la última revisión me doy cuenta, y por eso comunico al Tribunal esa apreciación…

Ahora es el perito Iglesias el que alega haber encontrado, repasando cromatogramas del año 2007, DBT en una muestra de Titadyn, que tampoco debería contenerlo teóricamente. De ello nos da cuenta El Mundo sin problemas:

«Sorprendentemente, no habíamos reparado en este hecho durante la pericia. Me he dado cuenta de ello revisando cromatogramas del informe pericial», afirma el experto en el apartado del informe dedicado a la comparativa de dinamitas (EM, 11.5.09).

Perito Iglesias escribio:

El análisis que habíamos hecho a ese Titadyn lo había visto 20 veces y no me había fijado, pero un día me fijo y pienso: ‘Esto que han marcado aquí de modo tan genérico como ftalatos corresponde a lo que en la base de datos toda la vida hemos estado llamando dibutilftalato’. Era un hallazgo trascendente (entrevista en El Mundo, 18.5.09).

Calcado, ¿no? Lo único que varía es la identidad del perito y la de los explosivos y sustancias implicadas. Supongo que aquí es donde un medio equilibrado, ecuánime, que busca la verdad sin prejuicios, ofrece a sus lectores “hechos” y no se dedica a defender tesis alguna. Porque, según nos recuerda el (editorial de El Mundo de 26.2.07), “Lo esencial no es, pues, la personalidad de quien emita una opinión científica sino su fundamento argumental”. O sea, que matar al mensajero está muy feo.

Y sí, ya sabemos que el perito Iglesias merece honores de portada y tertulia radiofónica; es un “héroe”, el nuevo Galileo… Pero, ¿qué fue del perito Vega?

Su triste destino se narra con todo detalle en “Héroes del periodismo patrio (1)”. El pobre hombre debería ser procesado, salir esposado del tribunal, era un falsario y golpista… El lector interesado podrá encontrar las oportunas referencias en el mentado artículo. Aquí me limito a recoger el editorial de El Mundo de 27.5.07:

La nota que la Policía Científica ha enviado al tribunal pretende hacernos creer que había restos de DNT en la dinamita encontrada el 11-M en la Kangoo que pasaron «desapercibidos» hace tres años en los análisis efectuados en su laboratorio, y que ahora han sido detectados por casualidad al revisar el trabajo efectuado entonces. Es la gota que colma el vaso de las fundadas sospechas que rodean a los análisis de los explosivos que se realizaron el día de la masacre. […] La flagrante manipulación cometida por la Policía Científica pone en cuestión también la credibilidad de su perito jefe, Alfonso Vega, que tiene que comparecer a partir de mañana ante el tribunal y es el mismo que avaló la teoría de la contaminación en el laboratorio. ¿Por qué ha esperado tres años para reconocer que su dictamen fue falso y lo hace precisamente en vísperas de estar citado ante el tribunal?

Y la siempre documentada opinión del Sr. Jiménez:

Losantos escribio:

También ese dice: ‘es que me acabo de dar cuenta, después de tres años, que es que no me…huy, si había DNT, huy… […] Vete a esparragar, hombre [refiriéndose al Sr. Vega] (Tertulia de la COPE, 30.5.07, en torno al minuto 48).

Pero adviértase, en una falaz campaña a degüello contra este concreto mensajero, infamante como pocas, que estos periodistas perdieron exactamente cero segundos en discutir la realidad objetiva de esa información. Nadie se molestó en rebatir o cuestionar la veracidad físicamente comprobable de los hechos expuestos por el perito Vega, cuya personalidad súbitamente adquirió total relevancia. Entre otras cosas porque, como se documenta sobradamente en el texto referido, al ataque personal se sumó la descripción torticera y mendaz de lo que él mismo decía [en el mismo editorial aquí señalado puede leerse la grosera falsedad: “…restos de DNT en la dinamita encontrada el 11-M en la Kangoo”, siendo así que el Sr. Vega se refería inequívocamente a la muestra patrón de Goma 2 ECO, no al explosivo hallado en la furgoneta].

Y es que sigue habiendo clases. Por un lado, como hemos podido ver, están los que El Mundo y aledaños denominan continuamente “peritos independientes”, esto es, el club de amigos del Titadyn. Y, por otro… en fin, está claro: los no-independientes, es decir, los oficiales. Aun así, en momentos de descuido, tal vez porque la superchería no puede mantenerse sin esfuerzo, a alguno se le escapa cándidamente el reconocimiento de sus peritos afines como “peritos de parte” (por ejemplo: Manuel Marraco, EM, 30.5.07; Antonio Rubio, EM, 16.5.07). Y no falta la ocasional chirigota, como cuando el editorial de 26.2.07 nos regala este aparente oxímoron “…los peritos independientes -designados por las partes…”. Me recuerda a esa sección de la revista satírica El Jueves titulada “El Viernes, semanario independiente dependiente de El Jueves”. Pues bien, estos peritos independientes dependientes de las partes, que casualmente coinciden en descartar la Goma 2 ECO como arma del crimen son  “los técnicos con libertad para expresar su criterio” (editorial, EM, 19.3.07). Los otros, no tienen esa libertad. Caramba, si ya lo dice la propia clasificación: independientes/no independientes; sólo hay que saber leer:

Aunque los peritos de la Guardia Civil y de la Policía Científica tienen una elevada cualificación profesional, nadie duda de que, llegado el momento (e incluso contra su criterio), aceptarán lo que les imponga la superioridad (CGA, EM, 26.2.07).

Nadie lo duda en la redacción de El Mundo, al menos. Así, cuando su director se enfrenta al dictamen pericial de los agentes de la Guardia Civil, enseguida identifica el problema:

Pedro J. escribio:

La sombra de la obediencia debida se proyecta pues -no podía ser de otra manera- sobre sus tres folios de conclusiones (PJ, EM, 20.5.07).

Y el propio héroe-Galileo-perito-independiente Iglesias hace su científica contribución a la causa lapidatoria, recogiendo en beneficio propio la terminología periodística y repitiendo los cargos habituales:

[El hallazgo de NG en la muestra M-1] Se lo comunicamos los  peritos independientes [al tribunal]. Así nos quedamos tranquilos,  porque el juez ya no se podía escapar de eso. Vistas las sorpresas,  los apagones, quién nos decía a nosotros que en Semana Santa, sin  grabar las cámaras… te podías esperar cualquier cosa. Cundía ya un  clima de suspicacia que lo creó Alfonso Vega, él sabrá bajo órdenes  de quién (entrevista  en El Mundo, 18.5.09)

Al final, en el juicio, nos extrañó mucho el cambio radical de actitud de la Guardia Civil. Vi que no había posibilidad de diálogo con quienes, aparte de su competencia profesional, tienen una serie de obligaciones de la cadena de mando que al final han pesado de modo decisivo en sus argumentaciones (entrevista en El Mundo, 18.5.09).

Pero, puestos a desollar, nadie como el micrófono de oro de la COPE:

Losantos escribio:

[8:13]: Hace días que dijimos que a los peritos del 11-M, por lo menos a los de uniforme, que son cuatro, la mitad, dos de la policía y dos de la Guardia Civil, habría que hacerles un peritaje a fondo. Ni siquiera a fondo, se les ve la nómina, les sale la nómina a la cara. […] [14:10] Vosotros sí que estáis contaminados, por la nómina, por el ascenso y por la poca vergüenza (COPE, 30.5.07, Federico a las 6).

En particular, el colmo del ataque personal por asociación son las continuas referencias, completamente fuera de lugar, a la personalidad, no ya de los peritos, sino de los superiores de éstos, a cuenta de la conexión bórica. Algunos redactores no perdían ocasión de señalarlo:

Hay que recordar que Alfonso Vega depende, jerárquicamente, del comisario general de Policía Científica Miguel Angel Santano. Y Santano, en la actualidad, se encuentra encausado por la falsificación de un informe sobre los 1,3 kilos de ácido bórico encontrados en la casa del islamista procesado en el 11-M, el marroquí Hasan Haski (A. Rubio, EM, 27.5.07).

Un simple ejemplo entre otros. Incluso la Voz de la Ciencia Refutadora, el abnegado Sr. Iglesias, se ocupa de recordar, sin venir a cuento, que la perito de los Tedax depende del fementido Sánchez Manzano (a estas alturas, ya prácticamente conocido como ‘hombre del saco’):

“Informe Iglesias” escribio:

Por lo tanto, no cabía afirmar que en los focos de las explosiones se habían encontrado «componentes genéricos de la dinamita» sin informar de cuáles eran los que se habían identificado. Es decir, la perito, jefa del laboratorio de los Tedax que analizó los restos de los focos de las explosiones, cuando afirmó que había identificado «componentes genéricos de la dinamita» sabía el nombre de cada uno de los componentes identificados. Así lo demuestra el hecho de que en la vista oral, en su declaración del día 28 de mayo de 2007 a instancias del juez, la citada perito que realizó los primeros análisis en la mañana del 11-M, subordinada de Sánchez Manzano, aportó la novedad de que había detectado la presencia de nitrato amónico en varias de las muestras. Antes de este acto no lo había manifestado. (Pg 78)

En fin, un periodismo muy riguroso, sin elucubraciones ni teorías, aportando hechos, sin importar la personalidad de quien emite una opinión científica y con una crónica cautela. Esto nos lo cuenta, entre otros, quien afirma:

Lo que yo pido con este desafío es un debate de altura en las expresiones, es decir sin descalificaciones ni insultos, y con la profundidad del conocimiento de causa en los detalles de lo que se discute (PJ, Carta del Director, EM, 19.3.06).

Pues bien, para ir entrando en materia, ¿qué dijeron y continúan diciendo en esencia los peritos independientes, con el aplauso y aliento de nuestro periodismo ateórico?

La respuesta, en el próximo capítulo, como en las novelas por entregas.

* En realidad, de todos los componentes de los explosivos, es la nitroglicerina el que más incidencia presenta de cefaleas como efectos secundarios. De modo que, en todo caso, el argumento de la Defensa de Zougham, asumido alegremente por El Mundo, solo apoyaría la ausencia de nitroglicerina.

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5 respuestas a Titadyn, el eterno retorno (IV)

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  4. Jose dijo:

    Jajajaja, cada día estais más desesperados. Es verdaderamente patético leeros. parte V, Pg 412, jajajajaja Pero lo más triste de todo es que cuanto más se informa uno de este tema, más es consciente del enorme bulo que supone la versión oficial, y eso incluye a los que se toman tanto tiempo en buscar una coma mal puesta para tratar de desprestigiar las informaciones que desmienten la patraña. Ellos son los primeros que saben que lo de los pelanas puteros yihadistas es una mamarrachada. Esa técnica que utilizais vale lo mismo para esto que para desmentir los viajes de Colón. Al principio podía colar, pero esto ya no se lo cree nadie.

  5. hollowman dijo:

    Me parece que eso ya lo he oído antes, allá por el 2006, 2007, 2008…

    Lo verdaderamente patético es el ridículo que todavía hacen algunos 5 años después del 2004.

    Y oiga, dígame, ¿cuándo van a liberar a Zougam y a Trashorras? ¿Falta mucho?

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