SÁNCHEZ MANZANO: UN DÍA EN SU VIDA (y IV)

Sánchez Manzano: un día en su vida (y IV)

En la entrada anterior de esta serie, habíamos dejado el relato de Sánchez Manzano en el hallazgo de los detonadores, con un resto de explosivo, en la Renault Kangoo y, a través de ello, cómo se consiguió llegar hasta la empresa fabricante, que colaboró con la investigación facilitando sus listados para encontrar la empresa de donde había sido robado el material:

Desde ese momento se inician las investigaciones sobre lo que se encuentra en la furgoneta por parte de la Unidad Central de Desactivación de Explosivos, que es a la que le corresponde hacer ese tipo de investigaciones, y con colaboradores expertos en este tema a las 72 horas conseguimos fijar el punto de salida de donde había sido sustraído el material explosivo, lo que se comunica inmediatamente a la Comisaría General de Información.

No sabemos lo que hizo Sánchez Manzano el resto de la tarde, aunque imaginamos que trabajó con el resto de mandos policiales que encabezaban la investigación, porque, como añade…

Se pueden imaginar el esfuerzo que se tuvo que hacer en esas 72 horas para llegar tan pronto a resultados tan positivos.

Finalmente, a una hora imprecisa de la tarde o noche, se retiró a casa, donde le sorprendió una llamada en la que la superioridad le solicita que haga un resumen de los datos que se conocen hasta entonces:

A la una de la madrugada del día 12, estando en casa, recibo una llamada para refundir toda la información que se había ido generando. Cuando ya estaba preparado, de la sala del 091 me comunican que había aparecido una bomba con un artefacto en el Puente de Vallecas.

Mientras está trabajando en ello, le informan de la aparición de una mochila cargada de explosivos. Es la llamada Mochila de Vallecas:

Serían las 2:30 ó 2:40 horas.

Como ya estaba preparado, salí hacia allí, me puse en contacto con el TEDAX, que había salido hacia la comisaría, y le di instrucciones para que la trasladara a un descampado y no la tocara hasta que llegara yo. Yo llegué allí más o menos al mismo tiempo que el equipo de desactivación de explosivos y nos pusimos a trabajar sobre la bomba, yo con el operador número 1, que es al que le corresponde hacer el trabajo.

Durante el juicio declaró más o menos lo mismo, ante las Acusaciones Particulares

…yo de la mochila de Vallecas no tengo conocimiento hasta las 2:40 horas, que me llaman.

… y ante el Ministerio Fiscal:

Y nos vamos a las 2:40 o las 2:30 horas del día 12, es cuando yo recibo la comunicación de que había aparecido una bolsa en Vallecas que contenía una bomba, y que esa bolsa procedía de… inventariando las pertenencias de las víctimas de la estación del Pozo, que parecía que contenía una bomba.

La odisea de la Mochila, hasta ser encontrada en la comisaría de Vallecas, es uno de los grandes temas conspiracionistas. Por supuesto, desechados otros posibles culpables, Sánchez Manzano ha sido también acusado de estar detrás de sus cambios de destino durante el día 11 de Marzo.

Pocas cosas hay más ridículas; además de que el presunto culpable no se halla personalmente –ni por procura– en toda esta historia, la cadena de custodia está más que suficientemente acreditada por la instrucción:

La cadena de custodia de evidencias la considera este Instructor no sólo aclarada y precisada, sino preservada, tal y como se ha reflejado hasta ahora, y concluye con las declaraciones que a continuación se exponen (complementadas con los Informes periciales emitidos por T.E.D.A.X. y otros Servicios Policiales)

Los agentes que participaron en el registro y traslado de los enseres entre los que se encontraba dicha mochila eran los nº 16132, nº 87407, nº 87141, nº 24420, nº 87843, nº 88659, nº 89324, nº 88941, y los que la hallaron personalmente fueron los agentes nº 88163 y nº 79046. Sus declaraciones pueden consultarse en el Auto de Procesamiento (pg, 57 a 72) y, además, los que llevan enlaces declararon en el juicio ante la Audiencia Nacional, donde los abogados defensores -y algunas Acusaciones de dudoso objetivo- no consiguieron ni siquiera sembrar la sospecha, entre los jueces, sobre la validez de la prueba.

Volviendo a la madrugada del día 12 de Marzo, Sánchez Manzano se reunió con el “Operador nº 1” (el TEDAX «Pedro«, nº 64501), ya en el Parque Azorín, donde se había llevado la mochila, y se estudiaron las opciones, considerando que era, probablemente, la última opción para lograr desactivar uno de los artefactos explosivos:

Examinamos la bomba y vimos que había alternativas. De acuerdo con los procedimientos y con las posibilidades que nos ofrecían esas alternativas, procedimos a su desactivación y al cabo de tres horas conseguimos separar todos los componentes del artefacto. Nos lo llevamos a la unidad y empezamos a trabajar sobre ellos y a proporcionar a otros servicios los datos para lo que le corresponde hacer a cada uno de ellos.

Por supuesto, no debemos entender que el propio Comisario Jefe (que no es un experto en explosivos, sino un gerente de la Unidad) metiera la mano para proceder a la desactivación:

ACUSACIÓN ÁNGELES PEDRAZA: ¿Participó Usted en las labores de desactivación junto al operador número 1?

SÁNCHEZ MANZANO: No.

ACUSACIÓN ÁNGELES PEDRAZA: ¿No ha declarado con anterioridad que estuvo junto al operador número1?

SÁNCHEZ MANZANO: Yo fui a ver la bolsa cuando llegué, fui a ver la bolsa con el operador número 1, y después estuve allí ejerciendo mis funciones como jefe de unidad en la desactivación de la bomba, pero como jefe de unidad.

ACUSACIÓN ÁNGELES PEDRAZA: Discúlpeme, pero sus funciones en la desactivación de la bomba si Usted no es un TEDAX, ¿cuáles son?

SÁNCHEZ MANZANO: ¿En la desactivación de la bomba? Cuidar de que se cuiden los… Cuidar que se apliquen los protocolos y además de que esté asegurada la zona. La obligación sobre el artefacto la lleva exclusivamente el TEDAX.

En realidad, no es extraño ésto; pese a que los sindicatos policiales pusieron el grito en el cielo, los cargos nombrados para gestionar una unidad no necesariamente han de haber sido cocineros antes que frailes. Pensemos en que el Ministerio de Sanidad raramente es encabezado por un médico o enfermero, y el de Educación pocas veces lo veremos dirigido por un profesor.

Es interesante señalar aquí que el grupo de TEDAX provincial de Madrid (al que pertenecían los Operadores nº 1, nº 2 y nº 3) había llegado antes al lugar de los hechos:

Va el grupo de Madrid, es el que atiende la incidencia; y yo me marché hacia el lugar donde se iba a proceder a la desactivación, que se llevó a un descampado, y allí, bueno, se empezó a trabajar sobre ello y al final se consiguió la desactivación.

Yo cuando llegué, ya estaba el grupo de Madrid bajando el material de la furgoneta para proceder a la desactivación.

Así que podemos confirmar el relato de lo sucedido con el Jefe Provincial, Cáceres Vadillo, que no cita expresamente a Sánchez Manzano (pero no cabe dudar que, de no haber estado, lo hubiera hecho notar; precisamente, Cáceres Vadillo, que declaraba inmediatamente después, se quejó de haber sido apartado de la investigación, y no mostró excesivas simpatías hacia la Unidad Central) y el Operador nº 1, (TEDAX nº 64501) que sí lo hace:

Asociación Víctimas Terrorismo: Bien, el comisario jefe Sánchez Manzano ¿no se puso en contacto con ustedes ni les dijo nada?

TEDAX «PEDRO»: Sí, posteriormente se personaron en el parque de Azorín.

El relato de la desactivación de la mochila se puede encontrar en el Auto de Procesamiento (Pg 72 a 74) y en el Sumario: (tomo 145, Pg 53799 y ss). Las declaraciones de algunos de los protagonistas durante el juicio también pueden consultarse: el Operador nº 2, el Operador nº 3 y el propio Cáceres Vadillo.

Tiene cierto interés fijarse en el relato que se hace sobre la realización de una placa radiográfica (en realidad, se hicieron dos, pero una de ellas fue muy defectuosa) porque hay que recordar que otra de las descabelladas acusaciones que se hicieron a Sánchez Manzano por parte de el diario “El Mundo” fue haber ocultado su existencia al juez instructor. El tema fue ya tratado con extensión en la serie dedicada a la sentencia de la juez Lledó, pero aquí importa recordar que el Comisario Sánchez Manzano ni siquiera conoció de la existencia de dicha radiografía:

DEFENSA DE ZOUGHAM: ¿Desde cuando tuvo conocimiento de que se realizó una radiografía a la mochila?

SÁNCHEZ MANZANO: Yo, cuando llegué allí, a Vallecas, estaban los TEDAX sacando el material especial de la furgoneta. Y yo me fui con el TEDAX… me parece que era el operador número uno, con uno de los TEDAX que estaba como operador a ver la bolsa, la vimos a cierta distancia, nos volvemos y yo no vi allí que se sacara alguna radiografía, me imagino que la sacarían antes. Yo no me acuerdo si comentaron que se había hecho una radiografía, la verdad es que no lo recuerdo porque cuando se está delante de una bolsa uno se piensa en muchas cosas, no se piensa en la radiografía y después cuando se desactiva nos ponemos a trabajar sobre los restos que seque se obtienen y no me vuelvo a acordar de la fotografía, si es que me lo comentaron, que no lo recuerdo, hasta julio que el jefe de grupo de Madrid en una declaración hizo constancia de la existencia de la radiografía, pero yo no me volví a acordar; porque tampoco… ni lo reflejó en un informe provisional ni en la comparecencia ni en las hojas de incidencias con lo cual me pasó totalmente desapercibida la existencia de esa radiografía.

Quien se tome la molestia de comprobar la transcripción, comprobará que en ella no figura la negativa «porque tampoco» referida a la inclusión del hecho de la radiografía en los informes provisionales de Cáceres Vadillo. Se trata de un error no intencionado -suponemos- de los trancriptores, como se puede comprobar en este enlace, a partir de 3 H 18′ 10».

El relato va terminando. Las pruebas obtenidas de la desactivación fueron trasladadas a la Unidad Central TEDAX y los distintos servicios responsables de la investigación:

Nos lo llevamos a la unidad y empezamos a trabajar sobre ellos y a proporcionar a otros servicios los datos para lo que le corresponde hacer a cada uno de ellos.

Sin embargo, dado que estos hechos pertenecen ya claramente al día 12 de Marzo, pertenecen ya a otro relato. Por ejemplo… a éste.

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Y hasta aquí hemos llegado.

Y permítaseme unas reflexiones para cerrar, a modo de conclusión, esta serie.

Hubo un tiempo en que los conspiracionistas culparon a Sánchez Manzano de todos los males ocurridos e imaginados en relación con los atentados del 11-M; sin ánimo de ser exhaustivo, fue declarado culpable, por uno u otro, de…

  • Cambiar los explosivos, ora por Titadyn, ora por GOMA 2 ECO
  • Plantar la mochila nº 13 en la comisaría de de Vallecas
  • Informar incorrectamente de la existencia de Titadyn en un foco de explosión a Cuadro Jaén, para intoxicar a los mandos del Ministerio del Interior.
  • Ocultar la mochila de Vallecas en su domicilio particular (la contradicción con el presupuesto anterior no amilanaba para nada a los conspiracionistas).
  • Mantener relaciones dudosas con la esposa de Suárez Trashorras.
  • Esconder al juez del Olmo que ETA preparaba móviles como los del 11-M
  • Suministrar explosivos preparados para las analíticas de la policía Científica o de la pericia ordenada por la Audiencia Nacional
  • Mentir al Juez del Olmo informándole falsamente del hallazgo de metenamina, y mentir al Juez del Olmo escondiéndole el hallazgo de metenamina. Olé con la coherencia.
  • Manipular análisis de la Policía Científica.
  • Ocultar al juez del Olmo el resultado de la radiografía que se hizo a la mochila de Vallecas.
  • Falsear la hora a la que estaba preparado el temporizador del teléfono Trium hallado en el Parque Azorín.
  • Fingir que el “desliz” de citar la nitroglicerina ante la Comisión de Investigación había sido un error.

y muchas más…

Acusaciones sin pruebas, absurdas todas o las más de ellas, que han quedado en nada.

Y sólo han quedado dos acusaciones principales, las dos basadas en sus actos el día de los atentados: que no se hicieron llegar suficientes muestras de los focos de explosión al laboratorio, y que no se remitieron dichas muestras a la Policía Científica para ser analizadas.

Sin embargo, hemos comprobado que el día 11 de Marzo de 2004 Sánchez Manzano se mantuvo continuamente en primera línea -como su deber le obligaba- siempre rodeado de testigos, superiores y subordinados suyos, lo que –huelga decir- debería bastar para ahuyentar cualquier fantasía sobre Sánchez Manzano correteando de aquí para allá con maletas llenas de explosivos para dar el cambiazo a la que Su Señoría se despiste.

Y –lo que es más importante- su proceder no despertó entre los que le rodeaban ninguna suspicacia, ni actuó de manera que sus superiores o subordinados tuviesen ocasión de cuestionar su proceder.

La única excepción digna de tal nombre, la queja de Cáceres Vadillo sobre la “intromisión” de la Unidad Central en la recogida y selección de muestras, fue cortada de raíz por Gómez Bermúdez, pues –hiciera quien hiciera la recogida- el destino de las pruebas hubiera sido la Unidad Central TEDAX.

Concretamente, y dado que Sánchez Manzano no hizo personalmente la recogida y selección de las muestras, y que no consta que diese instrucciones a sus subordinados para que fueran hechas de manera negligente -cosa que, reconozcámoslo, hubiera sido absurdo esperar-difícilmente pudiera achacársele cualquier error en las mismas; de hecho, y puesto que varias decenas de TEDAX intervinieron en ellas, sin que conste que nadie denunciase por entonces ningún hecho extraño, puede imaginarse que se hizo de la manera acostumbrada, con la salvedad de que jamás, en la historia de nuestro país, se habían hallado los TEDAX ante tantos focos simultáneos de atentados, y probablemente se tuvo que afinar para tratar de no colapsar el laboratorio con cientos de envíos que retrasasen la investigación.

Y otro punto de interés es ¿cuántas muestras son necesarias en un hecho de estas características? Pues, evidentemente, cuantas sean suficientes para permitir que avance la investigación diligentemente y, llegado el momento judicial, permita probar la culpabilidad de unos y la inocencia de otros. Tanto da que sean veintitrés como cincuenta, si se llega al resultado buscado; máxime cuando, con la experiencia que tenemos sobre la metodología conspiracionista, sabemos que ni doscientas muestras hubieran sido suficientes para evitar el acoso a las fuerzas de seguridad del conspiracionismo.

Lo mismo cabe decir de la remisión de las muestras al Laboratorio de la Policía Científica. Recordemos que el superior de Sánchez Manzano –el Comisario de Seguridad Ciudadana, Cuadro Jaén- estaba con él cuando la perito químico 17632 dio los resultados de los análisis; y que los mandos superiores, el Subdirector General Operativo, el Comisario General de Información, incluso el Secretario de Estado para la Seguridad, Ignacio Astarloa, dieron por bueno, tanto el día de los hechos, como posteriormente ante la Comisión de Investigación y en sus declaraciones ante la Audiencia Nacional, el hecho de que los análisis se efectuasen en la Unidad TEDAX, que sabemos que puede realizarlos de manera mucho más rápida que la Policía Científica.

Sólo la voz de Manuel Escribano, aquel perito cuya conducta fue calificada por el Tribunal del ácido bórico como “digna de toda sospecha” se alzó, tres años después, para decir que “estuvo esperando” la llegada de las analíticas; olvida Escribano que sí les llegó una analítica, la M-1, la única en la que la perito encontró dificultades, y en la que Escribano y sus colegas, por cierto, nada reseñable encontraron; tampoco recuerda Escribano que -sorprendentemente para una persona que creía necesario que le llegaran muestras-, no hizo ninguna petición por escrito en ese sentido, como era su obligación si pensaba haber encontrado materia de reprensión en la Unidad TEDAX.

Y nótese que ni siquiera los colegas de Escribano en la Policía Científica han considerado reprensible la postura de Sánchez Manzano o la Perito Químico en el asunto de las muestras.

Por lo tanto, llegue o no a juicio la querella de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, el final no puede ser otro que la absolución de Sánchez Manzano y la perito 17632.

De lo contrario, tendría gracia que, durante varios años, los mandos policiales hubieran estado cometiendo delito tras delito en la persecución del terrorismo, encarcelando etarras y delincuentes comunes, sin que nadie se diese cuenta.

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