Reinvidicación de José Luis Prieto (IV)

Finalizamos el artículo dedicado a José Luis Prieto. Esperamos que haya sido del agrado de todos.

Continuemos con la Increíble historia de la comparecencia de Prieto ante la comisión y el acoso que sufrió por Alicia Castro.

Llegados a este punto, comenzó un segundo turno de los parlamentarios, abierto por la señora Castro Massaveu.

Empezó como había terminado su turno anterior: descalificando la comparecencia de Prieto, su trabajo, sus afirmaciones. Vamos a verlo:

La señora CASTRO MASAVEU:

…hay infinidad de citas al subdirector del Instituto Anatómico Forense. Es más, no se le pone el nombre, se le pone el cargo cuando se habla de la comparecencia que hoy estamos manteniendo…

El señor Prieto no es responsable de ello, evidentemente…

Menos mal

…pero no es lo mismo interrogar al subdirector que a un miembro más del equipo que participó el 11 de marzo, máxime teniendo en cuenta que el señor Prieto, por los trabajos específicos que realizó, a muchas preguntas no puede contestar. De hecho nos dice que no sabe, que no conoce los informes, que tampoco conoce los del ADN, que no participó en las autopsias

Eso no es cierto. Prieto, en el turno anterior, ha respondido a la propia Castro que intervino en labores de organización y coordinación, y participó personalmente (fundamentalmente en labores de identificación mediante odontogramas) en unos diez cadáveres

¿Cuántas autopsias realizó personalmente Carmen Baladía? Quizás me equivoco, pero en algún sitio he leído que no realizó personalmente ninguna; su labor, como directora, consistió en organización y dirección. Que no es poco. Y que no le impidió ser ensalzada, loada y peloteada por Castro en su comparecencia:

Quiero comenzar felicitándola por su trayectoria y por su acreditada profesionalidad, que hemos conocido todos a través de los trabajos que ha realizado con el equipo de facultativos a sus órdenes como consecuencia de los desgraciados y terribles sucesos acaecidos en España con el terrible atentado del 11 de marzo…

…No me extraña, señora Baladía, que hayan recibido ustedes felicitaciones, porque ha sido un trabajo terriblemente duro, bajo unas condiciones psicológicas que supongo que han sido horribles e imprevisibles. Esto que nos relata demuestra y avala la profesionalidad de los médicos-forenses de la Comunidad de Madrid y la forma en la que usted dirigió las operaciones.

Por otro lado, el testimonio de Prieto es relevante, como concluyeron todos los demás grupos parlamentarios, y no precisamente por su trabajo con los diez cadáveres, sino por su experiencia como forense, que le permite atestiguar sobre si el 11-M se podía asegurar que no había suicidas.

Sigamos con el bullying que practica Castro contra Prieto:

Yo entiendo que quedó claro que él estaba dentro del IFEMA, en una zona apartada, y, por lo tanto, participaba de algunas cosas pero no de todas…

Como todos los forenses. Estaba el trabajo repartido, y ya ha declarado que ningún forense realizó autopsias completas. Curioso que Castro acuse a Prieto, unas veces de hacer labores de organización y coordinación sin estar capacitado para ello, y por otro lado de estar apartado de todos sin enterarse de nada

… porque supongo, lógicamente, que estaría centrado en las pruebas antropológicas que él estaba llevando a cabo, fundamentalmente odontogramas.

En Estados Unidos mucha gente hace gente a costa de los odontólogos y protésicos dentales, a quienes consideran una especie de médicos de la menor parte del cuerpo de la que se puede ser, de los dientes. Castro parece tener intención peyorativa cuando dice que Prieto hacía odontogramas, cuando en realidad lo que hacía era pruebas de identificación de los cadáveres, para lo cual los odontogramas son pruebas primordiales, pero ello no quita mérito al trabajo de los forenses aquel día. De ninguno de los forenses.

No sé, deduzco —quizá precisamente por el grado de participación que él tuvo, que fue muy específica — que sus afirmaciones no tienen una gran base científica, son más bien políticas —así las veo yo y mi grupo parlamentario —, porque cuando se dice que hay un suicida o que hay indicios de que pudiese haber un suicida, hay que demostrarlo, de la misma forma que cuando se dice que no hay, como ha dicho la directora, que lo ha demostrado con todos los informes, los cuales el señor Prieto no conoce y a lo mejor hay claves que a él se le escapan. El señor Prieto no nos ha dado ni una sola prueba científica de que eso fuese así.

Tiempo tendremos para ver lo que hace Castro cuando Prieto, con toda su ilusión, intenta presentar artículos científicos.

Pero recordemos aquí que Prieto no ha dicho que hubiese un suicida. En realidad, nadie ha dicho, en la Comisión, que lo hubiese. Castro está muy nerviosa, y se excusa por algo de lo que nadie ha acusado. Lo que Prieto ha dicho, y puede ser comprobado por cualquier manual de Medicina Legal, es que sin una adecuada labor de investigación policial, es im-po-si-ble descartar la presencia de suicidas. Veremos, sin embargo, que todo hace pensar ue Alicia Castro enfocó su intervención como un simple intento de desacreditar el testimonio fuera como fuera, sin preocuparse de argumentar, y mucho menos de buscar la Verdad

Encima. la afirmación de que Prieto no conocía todos los informes y Carmen Baladía podría tener informaciones que él no conocía, la hizo el propio Prieto, que no mostró ninguna intención de atacar a Carmen Baladía:

El señor JANÉ I GUASCH: Usted tampoco sabe los datos que tenía la señora Baladía cuando el 17 de marzo firma este informe.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Yo no sé si hay datos con posterioridad que hagan que el día 17,que es cuando está fechado el informe, ella pueda hacer esa afirmación.

El señor JANÉ I GUASCH: Con los datos que se les hacían rellenar a cada uno de los forenses que participaron esos días en las labores propias de su actividad —y una vez recopilados por la directora, que tiene tiempo suficiente para redactar el informe hasta el día 17 — ¿se podría afirmar esta conclusión?

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): No lo sé, porque yo tampoco tengo conocimiento de la totalidad de los datos.

Son, sin embargo, los propios parlamentarios los que le aprietan las clavijas, sin conformarse con esa respuesta evasiva, y le obligan a responder de manera concreta:

El señor LLAMAZARES TRIGO:No se encontraron indicios con base científica de que ninguno de los fallecidos se hubiese suicidado, ni por la patología, ni las ropas, ni las sustancias extrañas en ropas o impregnadas en la piel. Usted no es tan tajante en esta afirmación.¿Esta afirmación se puede hacer únicamente desde el punto de vista médico-forense o necesita otro tipo de informaciones complementarias?

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Ya lo he dicho antes también.

Creo que para poder llegar a esa rotundidad se necesita tener otro tipo de información complementaria, porque el reconocimiento del cadáver exclusivamente creo que no nos permite llegar con tal grado de certidumbre a una conclusión de ese tipo.

El señor LLAMAZARES TRIGO: ¿Se puede hacer en el día en que faltan aún 25 identificaciones?

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Por el mismo motivo, pienso que no.

Mal que le pese a Castro, la respuesta de Prieto es la única posible. No sólo porque es cierto, como se puede leer en la literatura forense de todo el mundo y comprender por sentido común, sino porque estamos en una Comisión Parlamentaria, señora Castro. Los comparecientes tienen obligación de declarar la verdad según la creen ellos, no a satisfacción de quien le pregunte.

Punto para que medite Castro: si la convocatoria de Prieto hubiera estado pactada con el PSOE ¿no hubiera ido Prieto con el informe bien aprendido, y con multitud de citas en las que le demostrase que para la diferenciación entre muerte criminal y suicida es precisa la investigación policial?

Y atiendan al siguiente post, con el punto de los trabajos de los israelíes y cómo Alicia no quiere saber la Verdad.

Después de que Castro deje claro el aprecio que siente por Prieto, y que ciertamente está muy nerviosa, y que s idea es desacreditar a Prieto diga lo que diga, comienza propiamente la segunda parte de su interrogatorio. Pero pronto da muestra de que no juega limpio: en este caso, pone en boca del testigo, (porque testigo era, y no acusado, aunque Castro quisiese tratarlo como tal) palabras que no han salido:

La señora CASTRO MASAVEU: Usted afirmó que había cadáveres sospechosos. ¿Vio usted que hubiera adosados cables o restos de cables u otros elementos compatibles con ciertos artefactos en algún cuerpo?

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Yo no he dicho que hubiera cadáveres sospechosos.

La señora CASTRO MASAVEU: Sí, lo tengo anotado cuando usted lo dijo, perdone.

Mentira. La única vez en que Prieto usó la expresión “cadáveres sospechosos” es cuando, respondiendo a Jané i Guash, afirma que, exclusivamente con los datos forenses que se conocían el día 11 de Marzo, no puede descartarse la existencia de suicidas

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): En el caso hipotético de que se estuvieran buscando cadáveres de suicidas, nosotros podríamos aportar unos cadáveres sospechosos, sospechosos en el sentido de su cercanía al foco explosivo, decir: estos son los que pensamos que estarían más cercanos. El siguiente paso, desde mi punto de vista, sería la identificación de todos los cadáveres.

No dice, pues, que existan cadáveres sospechosos. Pero es igual. La parlamentaria Castro, que o bien miente al decir que lo tiene anotado, o lo tiene mal apuntado, tiene la ventaja de que Prieto, como nos pasaría a cualquiera en su lugar, no lleva un registro de todas sus palabras y duda, titubea, y concede el posible error, admite que dijo lo que no dijo.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Vale, pero en el sentido de que sospecháramos que fueran suicidas. He dicho que había cadáveres sospechosos, para el momento en que la Policía recabara esa información, en el sentido de que los cadáveres que estuvieran en peores condiciones serían necesariamente los que se deberían intentar identificar lo más rápidamente posible para, al menos, establecer la identidad de estos cadáveres, por el caso hipotético de que pudiera haber un suicida entre ellos

Es una argucia legal muy conocida para hacer tambalear a un acusado o un testigo o en el juicio, pero un poco rastrero para usar en la Comisión de Investigación. Desde luego, dudo que Ber la hubiese pasado.

Prieto se rehace:

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): …puesto que, como he dicho, simplemente por el examen del cadáver no podemos determinar la intencionalidad o el grado de implicación de esa persona en este hecho.

Evidentemente —y también lo he dicho antes —, si nosotros hubiéramos observado algún elemento propio que nos hubiera permitido ya tener una sospecha, un indicio de que realmente se pudiera tratar de un suicida, ese caso se hubiera tratado y trabajado de otra manera; es decir, nosotros tampoco vimos ningún elemento característico que nos permitiera pensar que alguna de esas víctimas pudiera ser un suicida. Si no ha quedado claro con mi intervención anterior, lo quiero aclarar ahora, es decir, ni de una manera ni de otra se podría afirmar ni negar solamente por el hecho de los datos que nos aporta el propio cadáver; eso es lo que quiero decir.

Es decir, ni Prieto dijo que hubiera cadáveres sospechosos (ya lo hemos visto) ni afirmó en ningún momento que hubiese suicidas. Sólo insiste en que con datos forenses exclusivamente no se puede afirmar ni descartar la existencia de suicidas.

La señora CASTRO MASAVEU: Señor Prieto, si no eran cadáveres sospechosos de ser suicidas, ¿de qué eran sospechosos?

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): De estar cercanos al lugar en el que se produjo la explosión.

Como pegar con un muro. Como hablar con la pared:

La señora CASTRO MASAVEU: Pero eso dista mucho, los cadáveres sospechosos de estar cercanos de la explosión. Todos los comisionados sabemos que todos los cadáveres o que muchos de los cadáveres —todos no — estaban cerca de los explosivos, porque, evidentemente, el tren iba lleno y los explosivos … estaban dentro del tren. Por lo tanto, lo de cadáveres sospechosos induce a pensar que es cadáver sospechoso de ser suicida.

Alicia Castro, como pueden comprobar por lo confuo de su oratoria, está muy nerviosa. Le dicen que hay unos cadáveres más próximos que otros a los explosivos, que serán los prioritarios, y responde que todos los cadáveres están muy cerca de los explosivos, lo cual es absurdo, evidentemente.

Prieto trata de aclarar otra vez lo que entiende por cadáveres cuya investigación es prioritaria Esta vez con artículos científicos. Alicia Castro, según la información que poseo, es gemóloga.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Cadáver cuya identidad debería investigarse con mayor celeridad a la hora de determinar ese segundo elemento, que para mí es fundamental, pero que ya no es una cuestión forense, sino la implicación de esa persona en ese hecho….

Ya que ha hecho referencia a la carencia de datos científicos en mis afirmaciones, no sé si conoce un artículo que está publicado precisamente por dos de los doctores que tienen más experiencia en el trabajo con suicidas en Israel. Han escrito múltiples artículos científicos, fundamentalmente en la revista American Journal of Forensic Medicine and Pathology.

Ellos mismos, en este artículo que yo he consultado, dicen que cada una de las víctimas puede tener un grado mayor o menor de deterioro, en función de la cercanía, de la proximidad al foco de explosión; que son precisamente las que están más cercanas al foco sobre las que se debe trabajar más rápidamente en su identificación, junto, en equipo, con los miembros de policía e, incluso, con los equipos de información, para obtener lo antes posible la identidad de esas víctimas.

En el resumen de varios de estos casos ellos dicen que la identificación del 97 por ciento de las víctimas se produjo dentro de las 24 primeras horas, pero que la identificación de los que habían perpetrado los atentados se retrasó en todos los casos, debido a que no estaba disponible la información relevante de su identidad.

O sea, que pese a que tras las primeras 24 horas sólo un 3 % de las víctimas permanecían sin identificar, entre ellos estaban el 100% de los terroristas suicidas.

Husmeando en el buscador médico PubMed creo haber identificado a los autores como Hiss y Kahana. He encontrado cuatro artículos, entre los que podría estar el que citó, sin nombrarlo, Prieto ante la Comisión. En todo caso, los autores dejan claro que es imprescindible, para un buen trabajo, que se conjugue la labor de los forenses, de la Policía, de los Jueces, de os informadores y del Ejército, si procede.

¿Es o no es relevante este artículo para lo que se estaba tratando, que insisto, no es si había o no suicidas, sino si se podía afirmar eso a las 24 horas, con buena parte de los cadáveres aún por identificar?

Pues, sin embargo, a Alicia Castro, la mujer de las mil y una preguntas, que acababa de exigir a Prieto que presentara datos científicos, no le debió parecer interesante:

La señora CASTRO MASAVEU: Ya, señor Prieto, pero estos dos señores no estaban presentes. Estos dos forenses, ilustrísimos forenses, no estaban presentes.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Por supuesto, pero como usted ha hecho referencia …

La señora CASTRO MASAVEU: Lo que le pido a usted es la base científica sobre lo que se estaba haciendo en el Ifema y sobre lo que usted estaba viendo.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): La base científica …

La señora CASTRO MASAVEU: Estos dos señores, efectivamente, tienen una experiencia muy acreditada. Usted se basa en un informe que ellos hacen, pero sobre otra historia.

Nótese que, nuevamente, Alicia Castro ni siquiera deja terminar las frases a Prieto. Le interrumpe constantemente y no le deja explicar la similitud que, a juicio del forense, hay entre las explosiones de Israel y las de Madrid. Como no le deja acabar, no se entera (no se quiere enterar) de que Prieto no establece la relación en que en ambos atentados haya suicidas, sino que lo que trata de explicar es que los cuerpos más destrozados suelen ser los que más posibilidades tienen de pertenecer a posible suicidas, por lo que hasta que no terminemos la identificación no podremos asegurar su inexistencia

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): No, yo no me baso en un informe. Yo me baso …

La señora CASTRO MASAVEU: Yo quiero base científica sobre qué veía usted allí que le acreditaba que había cadáveres sospechosos, como usted ha dicho, y que, por lo tanto, había que analizar.

Prieto no dijo que hubiera cadáveres sospechosos; es una invención de Castro. Y lo de que haya que analizarlos ¿acaso no?

Tal vez le fuera explicado todo si quisiera abrir sus orejas y sus entendederas… Por Prieto no quedó. Por enésima vez, el forense intenta hacerse entender.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Creo que eso ha quedado bastante claro. La base científica, ya que hablamos tanto de base científica, en este caso no solamente nos la da el hecho concreto de realizar un estudio in situ de estos cadáveres en este momento concreto y particular, en relación con el 11 de marzo. Lo que trato de decirle es que, lo que nos permite a nosotros ese conocimiento científico, los datos que nosotros obtenemos del cadáver, si ese cadáver no está identificado, tan sólo nos sirve para determinar que es un cadáver que está cercano al foco de la explosión. Evidentemente, en el caso hipotético de que hubiera un suicida, lo lógico es pensar que será una de las personas que estén cerca del foco de la explosión. Por lo tanto, son esos cadáveres —y si he dicho sospechosos, y usted lo ha tomado en este sentido, no era ese el sentido, y retiro la palabra si esto va a ser mal interpretado —que están cercanos los que, en primer lugar, se tienen que intentar identificar, con el fin de que luego las investigaciones policiales se puedan producir lo más rápidamente posible, para investigar sobre estas personas, una vez identificadas, y esclarecer si realmente han podido tener o no una intervención de carácter suicida, si han tenido una participación activa o son simples víctimas inocentes. Eso es lo que quiero decir, simplemente. Nada más.

El informe ante la Comisión de Prieto viene apoyado por los trabajos de los expertos israelíes, que recomiendan proceder a la investigación lo más rápido posible de esos cadáveres más destrozados, para facilitar la investigación policial.

La señora CASTRO MASAVEU: O sea que, una vez finalizadas las autopsias,¿se podía decir, con base científica, insisto —porque con qué otra base puede ser —, que no había ningún suicida entre los cadáveres examinados?

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Yo creo que, una vez terminadas las autopsias, sólo por los datos aportados por el estudio de los cadáveres, no se podía, de una forma tajante, rotunda y absoluta, descartar que hubiera suicidas en el atentado. Ni una cosa ni la otra.

La señora CASTRO MASAVEU:
Más, teniendo en cuenta que usted no realizó ninguna autopsia, porque, claro, si las hubiese realizado, a lo mejor podía tener base científica, pero si usted no las realizó, difícilmente.

Castro demuestra no tener ni idea (o no querer tener ni idea) de lo que es el método científico. No es preciso haber realizado el experimento con sus propias manos para poder opinar si las condiciones del trabajo reúnen las condiciones necesarias.

Irónicamente, Carmen Baladía había defendido pocos días antes, ante este mismo auditorio, la irrelevancia de la experiencia en Medicina con estas palabras:

Un médico no tiene que pasar un sarampión para saber diagnosticar un sarampión, lo aprende en los libros.

Gloriosa frase. Afortunadamente, la Medicina se aprende con clases teóricas, pero también con clases prácticas, pese a lo que diga Baladía, (y pregunten a cualquier estudiante dónde se aprende más)y no es necesario pasar por una enfermedad para opinar sobre ella, como parece que dice Castro

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Ni yo ni nadie realizó las 190 ó 200 autopsias que se practicaron.

La señora CASTRO MASAVEU:
Entonces, ¿quién las realizó, si no las realizó nadie?

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Cada uno realizamos una parte del trabajo.

La señora CASTRO MASAVEU:
Es que dice usted que no las realizó ni usted ni nadie, pudiera parecer que no se hizo nada.

Castro sabe perfectamente, porque se le ha explicado, que el trabajo estaba compartimentado y en cada equipo no se realizaban autopsias completas, sino que se había formado una especie de cadena por la que iba avanzando el trabajo.

La manera en que Alicia Castro se dirige al testigo, la chulería con la que se encara con él, finge no oír sus respuestas, no entender sus razones, e insulta la persona y el trabajo de un profesional al que no tiene nada que reprochar salvo que no comparte su opinión, es incalificable (por lo menos, a mi juicio).

Pensando un poco, y leyendo la prensa de aquellos dias, los titulares de los medios conspiracionistas y las de los demás, tengo la sensación de que los interrogatorios de los parlamentarios del Grupo Popular habían sido pactados con los medios conspiracionistas, y eran deliberadamente provocadores, con el fin de proporcionar portadas llamativas y que crearan una opinión pública conspiracionista.

Si es así, el Gobierno, los demás grupos parlamentarios, los medios no conspiracionistas, y la Sociedad, se durmieron en el sueño de los Justos, del que no despertaron hasta dos años después…

Ahora, en seguida, veremos cómo Alicia Castro sobrepasó la medida y Prieto, harto de las provocaciones, se encaró con la político popular.
Pero, cmo digo, nadie, ni medios de comunicación, ni medios parlamentarios, frenaron a tiempo lo que se avecinaba.

Envalentonados ante la falta de respuesta, los políticos y medios conspiracionistas no se recataron en atacar y agredir a todos aquellos que no se plegaban a sus deseos. Y lo peor es que la opinión pública, que nunca había vivido un conspiracionismo tan agresivo y encabezado por dos de las empresas mediáticas más poderosas del país y parte del principal partido político de la oposición, creyó, viendo que nadie les daba respuesta, que seguramente tendrían razón. Que, por ejemplo, Prieto era corrupto, malo, ambicioso, envidioso…

La señora CASTRO MASAVEU: Le dije antes, no sé si me contestó, creo que no, ¿sabe usted si todos los cadáveres han sido identificados y reclamados por sus familiares?

La pregunta, ciertamente, había sido hecha antes, pero interrumpiendo (como tantas veces durante esta comparecencia) la argumentación de Prieto, y en éste caso el forense pidió y consiguió que le dejaran avanzar su exposición, aunque no llegó a terminarla (cortada irrespetuosamente por Alicia Castro).

La pregunta es retórica. Alicia Castro sabe que es así, y de hecho la primera formulación de la pregunta era:

La señora CASTRO MASAVEU: ¿Sabe usted que todos los cadáveres han sido reclamados por sus familiares?

Porque lo que quiere mostrar con eso es que no había terroristas suicidas. Los cadáveres pertenecían a familias identificadas, luego no eran terroristas. Es un argumento absolutamente falso, y no tenemos más que centrarnos en los terroristas que pusieron las bombas del 11-M para desmontarlo: ¿Sabía la mujer de Jamal Ahmidan que su esposo dirigía el comando? ¿Sabían las madres, los hermanos, de otros terroristas, que sus hijos iban a poner las bombas? La experiencia demuestra que en los países occidentales (contrariamente a lo que ocurre muchas veces en Israel) los fanáticos con frecuencia llevan una vida perfectamente normal, con familias que no sospechan las actividades de sus seres queridos. Por lo tanto, si hubiera habido terroristas suicidas, sus cadáveres hubieran sido reclamados por familiares absolutamente ignorantes de la doble vida de sus seres queridos

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): No lo sé.

La señora CASTRO MASAVEU: Tiene usted tantas dudas que, sinceramente, me parece un poco frívola esta comparecencia, señor presidente.

Observen esta nueva cota de falta de respeto. No sólo declara frívola su comparecencia (a lo que, como ya vimos, los demás grupos parlamentarios responderán de manera unánime afirmando su interés) sino que ni siquiera lo dice dirigiéndose al testigo. Habla con el presidente Como dándole la espalda a Prieto, o pasando de él…

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): No tengo dudas, le digo rotundamente que no lo sé, no que lo dude. No es ninguna duda.

En realidad posiblemente Prieto haya oído, o sepa, que se han entregado los cadáveres, pero técnicamente no es su misión saberlo ni declararlo ante la Comisión parlamentaria.

En un juicio, un juez preparado no habría permitido esto. Lo que pretende Alicia Castro es introducir la idea de que, por haber sido entregados los cadáveres a sus familiares, no es posible que se traten de terroristas suicidas. Un juez, sin duda, le hubiera obligado a ir al grano, y le hubiera recordado que, de tener dudas, debiera haber preguntado a Carmen Baladía, responsable de la entrega de los cadáveres a los familiares

La señora CASTRO MASAVEU: No lo sabe. Tampoco conoce los informes de las autopsias, no conoce los de los ADN, no conoce nada.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): No conozco nada más que la parte que me corresponde.

La señora CASTRO MASAVEU: Usted sabe, sin embargo, que muchos compañeros tienen las mismas dudas que usted. Eso nos lo ha dicho también

Castro Masaveu parece olvidar que Prieto no dijo ésto por su cuenta, sino que fue preguntado por esas opiniones de sus compañeros en varias ocasiones ¿Qué debía hacer? ¿Mentir?

La señora URÍA ETXEBARRÍA: Le preguntaba también si conoce opiniones críticas de compañeros que trabajasen con usted.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): En cuanto a los compañeros que trabajan conmigo —habitualmente tengo contacto con ellos —, el punto de vista que ellos tienen es prácticamente muy similar al mío, en relación con la posibilidad o no de realizar un diagnóstico tan firme o tan concreto.

Lo increíble del interrogatorio/acoso de Castro es que quiere convertir una declaración de un testigo (que, si tiene dudas, puede confirmar preguntando a otros forenses) en una especie de acto de deslealtad a Carmen Baladía

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Sé positivamente que otros compañeros tienen las mismas dudas que yo, sí.

La señora CASTRO MASAVEU: No conoce ni tan siquiera el informe de la directora del Instituto. Conoce solamente las conclusiones. ¿Por qué conoce sólo las conclusiones y no conoce el resto? ¿No le interesó el resto del estudio?

En realidad el escrito de Carmen Baladía es un informe encargado por el Director de Relaciones con la Justicia, Carlos Lesmes, en el que se le pregunta específicamente por la existencia de suicidas. Carmen Baladía lo redacta, firma y lo remite a quien lo ha encargado, pero ni tiene ninguna obligación de compartirlo con sus subordinados, ni tiene ningún interés especial para los forenses.

Para llamar al informe de Carmen Baladía un estudio hace falta que Alicia Castro haya tenido una formación científica muy pobre. Muy, muy pobre. Más que muy, muy pobre. Sin embargo, tengo entendido que es licenciada en Gemología. En pocos estudios científicos habrá participado. O se le habrán olvidado. O la parcialidad le ciega y ya no sabe lo que hacer

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): No, porque es lo único que he tenido la opción de escuchar en la última comparecencia de la directora aquí en el Congreso de los Diputados.

La señora CASTRO MASAVEU: Pero, ¿usted no se interesó por conocer ese informe para venir a comparecer en esta Comisión? Porque no me parece serio.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Si me lo hubieran facilitado lo hubiera leído.

La señora CASTRO MASAVEU: ¿Usted no lo puede pedir?

En realidad, como ya he dicho antes, si Alicia Castro no hubiera estado tan obcecada, o hubiera sido un poco más honesta consigo misma, se habría dado cuenta de que ese simple dato clamaba por la transparencia y honradez del forense, que si hubiera tenido algo que esconder hubiera sido aleccionado por quienes le hubieran reclutado

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Tampoco sabía muy bien dónde pedirlo.

La señora CASTRO MASAVEU: A la señora directora, que es la que lo emitió. Usted trabaja en el Instituto Anatómico Forense,¿no?

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Que yo sepa, la señora directora dijo el otro día aquí que ella misma no tenía ya ese informe. Eso entendí yo por lo menos.

En realidad Carmen Baladía dijo que lo había remitido a Carlos Lesmes, pero es probable que hubiera guardado una copia. Creo que nadie se lo preguntó, y no lo dijo.

La señora CASTRO MASAVEU: Usted sabe que ese informe lo puede obtener si le interesa y creo que para venir a comparecer a una Comisión de investigación, que es muy seria, porque aquí estamos tratando de averiguar qué es lo que sucedió y tratamos, sobre todo, de tener en cuenta a las víctimas, no se puede venir aquí frívolamente, sin haber conocido un informe y nada más que las conclusiones. Creo yo. Y no me cabe ni la menor duda de que si usted quiere ese informe y quiere prepararse para venir aquí, lo podría conocer en su totalidad.

Nuevamente, surge la duda sobre si Alicia Castro actúa con mala fe hacia el testigo, o no tiene ni idea de la diferencia entre un estudio, trabajo, o informe científico, y un informe de encargo para un cargo político.

Al finalizar los hechos o conjuntos de hechos que constituyen una campaña de trabajo para un Instituto, Centro, Hospital, etc, es normal que se pongan en marcha estudios de investigación observacionales que describan los hechos ocurridos, las medidas tomadas, las respuestas obtenidas, desde variados y muy numerosos puntos de vista, para ser publicados en revistas o presentados en congresos. Algunos de ellos han aparecido en la prensa española, como los que hemos tenido ocasión de repasar sobre las heridas por metralla atendida en los Hospitales como el Gregorio Marañón.

Así mismo, es común que se redacte una Memoria, Estudio, o se encargue por las Autoridades un Libro Blanco, en el que se revidan todos los aspectos desde un punto de vista más general.

Pero el informe encargado por Lesmes ni es un estudio científico, ni una memoria, ni un trabajo de Investigación (que por otro lado es imposible que hubieran sido redactados para el día 17 de Marzo). Es, simplemente, una respuesta política para un político.

Independientemente de que Lesmes tenga o no derecho a pedirlo, su interés científico para un forense es nulo. ¿Por qué tenía que estar interesado en él? Y si además consideramos que Prieto opina (con razón, como hemos visto) que las conclusiones son equivocadas, el interés aún desciende más.

Y, por otro lado, si tenemos en cuenta:
1. que se trata de un informe que la Directora redacta para sus superiores (informes éstos que no suelen ser compartidos con los subordinados),

2. que la remisión al Director General de Relaciones con la Justicia, en lugar de al juez, es cuando menos inusual,

3. que Carmen Baladía pareció querer dejar claro que no se le comunicó el destino que se iba a dar al informe,

4. que sin duda Carmen Baladía no tiene ninguna obligación de facilitárselo, aunque se lo hubiera pedido y

5. que las relaciones entre Prieto y Baladía no han parecido nunca muy cordiales

¿de verdad piensa Alicia Castro que Carmen Baladía le hubiera facilitado así como así una copia del informe a Prieto? ¿de verdad cree que Prieto tenía algún interés en pedirle el informe como un favor personal, a no ser que le fuese la vida en ello? ¿no hubiera sido misión del Parlamento haberle facilitado una copia del informe, caso de pensar que se le iba a preguntar sobre algo relacionado con él?

El caso cierto es que ni ese informe tenía ningún interés científico, ni le fue facilitado a Prieto por ninguno de los intervinientes (Carmen Baladía, Carlos Lesmes, el Gobierno, el Parlamento) ni Prieto pensó, para nada, que le fueran a preguntar sobre él más allá sobre la opinión general sobre las conclusiones. La prueba está, precisamente, en que no se lo había preparado.

Los ataques de Castro hicieron que Prieto, indignado, se acogiera al amparo del Presidente de la Comisión (que debiera, en mi opinión, haber frenado el acoso al testigo mucho antes) y la parlamentaria, antes de ser reprendida, retirara sus palabras.

El señor PRIETO CARRERO (Especialista en antropología forense): Si usted cree que yo he venido aquí frívolamente, pido el amparo del señor presidente en este momento. Me parece que es una falta de respeto.

La señora CASTRO MASAVEU: Lo retiro, si el señor compareciente así lo entiende, porque nada más lejos de mi voluntad que faltarle a usted al respeto.

Sus palabras, pero no sus obras, pues terminó su intervención acusando al parlamentario socialista Martínez Sanjuán de reírse de ella (era falso, pues las risas que se oyeron eran por la inopinada respuesta del testigo, que confesó haber leído en Internet las declaraciones de Carmen Baladía), lo que le sirvió para dos cosas: acusar al parlamentario rival de falta de respeto, para tratar e disimular el suyo, y para introducir una última insinuación, la de que probablemente había preparado la comparecencia con Prieto.

Acusación esta última, por cierto, que a fuerza de ser repetida por los conspiracionistas ha perdido ya gas. La hicieron contra Luis Garrudo, acusaron a uno o varios mandos policiales de lo mismo, insinuaron de Prieto cosa similar, y hemos visto el último episodio con el supuesto “adoctrinamiento” de Rosa, la esposa de “El Chino” por la Acusación.

Tan clara era la táctica que, ese mismo dia, Zaplana intervenía para denunciar precisamente eso, que el PSOE manipulaba a los testigos.

La estrategia era clara: se acosa a los testigos, se busca poder insinuar, sea como sea, que han sido dirigidos por la Versión Oficial (aunque entonces no se llamaba así) y luego se descalifica

Sin olvidar las objeciones contra los testigos que reconocieron a los terroristas porque supuestamente los testimonios estaban mediatizados por haber visto fotografías de los acusados. Objeciones que jamás se han puesto contra las fotografías que se divulgan de los etarras, por cierto…

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Una respuesta en “Reinvidicación de José Luis Prieto (IV)

  1. Hermanita dijo:

    Una serie excelente, morenohijazo: muy documentada y magníficamente escrita.

    No sabía gran cosa del contenido concreto de las acusaciones contra el doctor Prieto, pero tus artículos son tan completos que he podido conocer a la vez las estupideces que se han escrito sobre él y tu total refutación de éstas. Muchas gracias.

    (De paso, cuánto me alegro de que la maleducada y conspiranoica Alicia Castro esté ya fuera del Parlamento.)

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