El caso "Titadyn", una mirada retrospectiva, por Flashman (I)

Flashman nos ofrece una mirada retropectiva, resumiendo la cronología del informe Iglesias y la historia de los comunicados del Colegio de Químicos.

El pasado día 11 de mayo el diario El Mundo publicó una exclusiva sobre el 11-M que titulaba de la siguiente manera:

Un informe químico concluye que el 11-M explotó Titadyn

Un día después extraía terribles inferencias de lo publicado:

La Goma 2 de la Kangoo salió de un cartucho de los Tedax

La cuestión era la siguiente: un perito químico llamado Antonio Iglesias, que analizó para el juicio del 11-M las muestras procedentes de los focos de explosión en los trenes, había elaborado un análisis de casi 500 páginas (sic) del que, según éste periódico, se desprendía que en dichos trenes estalló Titadyn, explosivo habitualmente usado por ETA, y no Goma 2 ECO como afirman los tribunales españoles.

Comencemos con una consideración. Tal y como relataba Acorrecto en su blog, este informe (luego se convertiría en libro, teniendo como co-autor a Casimiro García Abadillo) está elaborado de forma individual por uno de los peritos de parte representante de la Asociación de Víctimas de Ángeles Dominguez, la cual caía en la pintoresca contradicción de pedir al mismo tiempo la condena de los imputados y la nulidad de las pruebas.

Posteriormente se han adherido a sus consideraciones, de manera general, dos de los otros tres peritos de parte (propuestos por las defensas y otras Asociaciones de Víctimas conspiracionistas) pero, un mes después, nadie de la comunidad científica, nadie imparcial, nadie que no forme parte de los círculos conspiracionistas, ha apoyado el trabajo de Iglesias.

Seguimos. El dato desvelado más relevante parece ser que en los análisis del Titadyn hallado en la furgoneta etarra localizada en Cañaveras unas fechas antes del 11-M se encontraron restos de dibutilftalato, componente de la dinamita tipo Goma 2 ECO pero que no forma parte de la dinamita tipo Titadyn. La presencia de este ingrediente en cantidades significativas fue lo que selló la certeza del tribunal acerca la opción Goma 2 ECO (amén de la abundantísima prueba complementaria, de la que ya se hablará) ya que se encontró en todas las muestras analizadas de los focos; y sólo la Goma 2 ECO, de todos los explosivos contemplados, lo contiene.

A partir del informe del perito Iglesias y del ya conocido hallazgo de dinitrotolueno (DNT) y algún otro componente más del Titadyn (que también forma parte de la Goma 2 EC, más antigua que la ECO), se ha querido de nuevo abrir la puerta a la participación de ETA en los atentados del 11-M, rechazando al tiempo que el arma homicida fuera Goma 2 ECO.

No se ha sabido en qué proporción exacta se ha encontrado dibutilftalato, y eso en teoría nos impide estimar la verdadera relevancia del hallazgo. Sin saber las cantidades presentes, un hallazgo puede ser componente habitual o una contaminación. La contaminación no es imposible: recordemos que la Goma 2 ECO procedente de una muestra patrón de la Guardia Civil empleada en los análisis de las muestras de los focos también dio positivo en la detección de componentes que no le son propios (DNT). Y que en Mina Conchita, lugar del que procedió la Goma 2 ECO empleada aquella funesta mañana, ésta se encontraba precariamente almacenada junto a Goma 2 EC, explosivo que sí comparte parte de sus componentes con el Titadyn.
Si el almacenaje no es el adecuado, la dinamita se puede contaminar fácilmente, y no es lógico pensar que los etarras que transportaban el Titadyn de Cañaveras dispongan de un sistema de almacenamiento mejor que el de la Guardia Civil.

Recordemos además que, durante el juicio, la totalidad de los peritos, incluidos los representantes de asociaciones que han insistido en implicar a ETA en el 11-M, incluido el perito Iglesias, descartaron ante el juez que al acción humana fuera la causante de la contaminación de la Goma 2 ECO usada como muestra patrón. Y que la propia sentencia deja abierta la posibilidad del uso de otros tipos de explosivo, pero deja indubitado en uso de Goma 2 ECO y su procedencia: Mina Conchita. Ello se extrae de la evaluación conjunta de la prueba, en la que también se engloba la dinamita o restos de dinamita encontrados en Leganés, el escenario del atentado frustrado en las vías el AVE y la hallada en la casa de Chinchón que dio cobijo a alguno de los implicados.

En principio, aunque no sepamos la cantidad presente, como el dibutilftalato no forma parte del conglomerado de componentes que forman el Titadyn, su presencia en la furgoneta de Cañaveras sólo puede ser accidental, del mismo modo que el DNT apareció en la muestra de Goma 2 ECO de la Guardia Civil no formando parte de la misma. Hay otros precedentes a éste respecto: ocurrió lo mismo con otra muestra patrón de Goma 2 ECO utilizada en el contexto de la operación Pípol, por la que Suárez Trashorras, que cumple una condena de miles de años de cárcel como cooperador necesario en la comisión del 11-M, fue condenado por tráfico de explosivos.

Dado que el Titadyn no tiene dibutilftalato entre sus componentes, el asunto de la contaminación es un caso de doble rasero flagrante dentro del argumentario conspiracionista, ya que inicialmente daba por imposible que la Goma 2 ECO pudiera contar con trazas de ingredientes ajenos a sus especificaciones técnicas pero se afirma con rotundidad ésto mismo para concluir que lo explosionado en los trenes fue Titadyn.

Pero pasemos a comentar algó que afirmaba El Mundo el pasado día 11 de mayo:

Para llegar a ésa y otras conclusiones relevantes, repasa a lo largo de casi 500 páginas todos los análisis de la pericial efectuada en el laboratorio de la Policía Científica, en un informe registrado ya en el Colegio Oficial de Químicos de Madrid.

Un forista de Desiertos Lejanos movió ficha ante éste último dato y se puso en contacto con el Colegio Oficial de Químicos de Madrid, donde supuestamente se había registrado éste informe a priori tan interesante. La respuesta obtenida fue que no sabían nada de él. Otro de ellos envió solicitud de rectificación a El Mundo tras una búsqueda por las webs del Colegio de Químicos de Madrid, de la Asociación Nacional de Químicos de España y del Consejo General de Colegios Químicos de España que también resultó infructuosa. Uno de los administradores de Desiertos Lejanos dirigió vía e-mail al propio perito Iglesias  para solicitarle una copia de su informe sin hasta el momento haber recibido contestación. Acorrecto hizo lo propio en su blog y Manel Gozalbo desde Hispalibertas se lo ha recabado a Manuel Marraco, firmante de los artículos de El Mundo sobre el particular. De momento, y ya ha pasado más de un mes, no ha habido respuesta a estas gestiones.

Sin embargo, no por eso hay que pensar que “El Mundo” y Antonio Iglesias no siguieron con su campaña, que sin duda tenía una cronología fijada de antemano. Pronto informaron que el contenido del informe iba a ver la luz bajo el título de «Titadyn», editado por la editorial del mismo grupo empresarial propiedad de El Mundo, y apareciendo como coautor el segundo de a bordo de Pedro J. Ramírez, Casimiro García Abadillo.

También supimos, gracias a un comunicado del Colegio Oficial de Químicos de Madrid, que el informe existía, y que estaba visado por el Colegio (en adelante QOQM). No, no había habido engaño cuando la persona que, amablemente, atendía al teléfono, nos dijo que no había oído hablar del informe; el informe llevaba muchos meses registrado, tantos que el informante no pensó que pudiese tratarse de aquel informe que tan de moda se había puesto.

Obsérvese lo sospechoso de presentar un informe supuestamente revolucionario, que además debería abrir la puerta a la liberación de unos inocentes y el descubrimiento de las claves del peor atentado de la historia de España, y dejarlo dormir entre legajos de un Colegio oficial, hasta que está preparado un lanzamiento editorial… que por cierto viene a coincidir con los apuros judiciales de Pedro J. Ramírez y Casimiro García Abadillo, demandados por Juan Jesús Sánchez Manzano.

Aunque El Mundo había dicho la verdad en cuanto a la existencia del informe, mintió (vaya novedad, ¿eh?) en todo lo demás.

¿Y en qué mintió en relación a lo que nos cuenta el comunicado del COQM? Pues en el siguiente párrafo del artículo publicado el pasado 11 de marzo, día en el que se dio el pistoletazo de salida al, hasta ahora, último capítulo conspiranoico (negritas mías):

(…)Ha revisado durante un año todas las analíticas de los explosivos y ha hecho un informe de 500 páginas que ha depositado en el Colegio de Químicos para someterlo a controversia entre sus colegas.

Ahora volvamos a leer los puntos 4 y 5 del comunicado (negritas mías):

4. La propiedad intelectual de los trabajos visados por el Colegio pertenece exclusivamente a sus autores y en ningún caso son de acceso a ningún otro profesional, sea colegiado o no.
5. El Colegio Oficial de Químicos de Madrid es completamente ajeno al contenido y uso, que de sus trabajos, puedan hacer los autores de los mismos.

Es decir, ya en este primer comunicado el Colegio aclaraba que el informe Iglesias no ha sido sometido a controversia alguna entre ningún profesional de la química. Y si bien el visado le da marchamo profesional, y pese a que el colegio parece amparar en primera instancia al perito Iglesias, los puntos 4 y 5 no hacen sino marcar distancias entre el contenido del informe y la institución que lo acoge. Se visa porque cumple con los requisitos exigidos para ello, entre los que figuran ser colegiado y estar al corriente de los pagos correspondientes, pero no porque sus conclusiones sean un prodigio de rigor científico. De hecho, no hay NADA que haya sido contrastado por ningún otro profesional químico. Por lo que al COQM respecta, el informe podría ser una ensalada de disparates y nada impide que a pesar de ello pueda recibir el visado.

Lo que verdaderamente resplandecía con una claridad meridiana es la mentira con la que El Mundo pretendió dotar de credibilidad científica el comienzo de su nueva ofensiva conspiranoica. Que no fue la única, ni mucho menos. El propio COQM desmiente el dato ofrecido por el diario de Pedro J. Ramírez, y a partir de ahí, el cúmulo de fabulaciones alcanza una desmesura sonrojante.

Tampoco quiero dejar de remarcar que Federico Jiménez Losantos ha estado repitiendo desde entonces hasta hace bien pocas fechas el mismo mantra, pero de forma aún más falsa, desde su púlpito de la COPE; a saber, que el informe estaba colgado en la web del COQM siendo un documento de libre acceso. Nada menos. De acceso libre en Internet.

Federico mintió, como mintió El Mundo, como miente todo conspiranoico cuando se trata de seguir haciendo caja con el 11-M. ¿Dónde está ahora el presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid? ¿No le parece denunciable este comportamiento, o sólo es que con éstos no se atreve?
Pero, aunque sea un tópico, es también una verdad como un templo: antes se coge al mentiroso que al cojo. Como otras veces, quienes estuvieron atentos al asunto Iglesias cogieron (no es lo que piensan, amigos argentinos) al diario El Mundo.

Continuará…

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