Introducción
Tal vez la característica más extraordinaria de las teorías conspiracionistas sobre el 11-M sea lo asombrosamente inverosímiles que son algunos de sus postulados. Ningún conspiracionista al parecer se ha parado a pensar en que la cadena de acontecimientos que habrían de ocurrir para que sus hipótesis fuesen verdaderas no tiene precedente en toda la Historia de la Humanidad. Ningún precedente. Ha habido atentados políticos, y posiblemente alguno en el que se intente orientar a la opinión pública en un sentido u otro (el atentado de Bologna suele citarse en este contexto), incluso alguno en el que el que comete el atentado intenta culpar a otro (por ejemplo, incendio del Reichstag). Pero lo que nunca ha ocurrido, en toda la Historia, es una conspiración en la que un conjunto de agentes con poderes casi divinos de omnisciencia y omnipotencia pueda manipular la realidad hasta los extremos que los conspiracionistas exigen que creamos.