El unicornio en el garaje (IV) – Peor para la realidad

El conspiracionismo suele tener un serio problema de raíz: no sólo no tiene la más mínima prueba de lo que afirma, sino que tanto la evidencia recabada como la opinión de los expertos contradicen sistemáticamente sus “teorías”. Tal problema sería insalvable para cualquier teoría científica o explicación judicial, a la que no se prestaría la menor atención debido no sólo a su falta de evidencia, sino a entrar en contradicción con la misma. Pero las teorías conspiracionistas tienen vida propia.

Los conspiracionistas, con mucha más moral que el alcoyano, resuelven el problema de entrar en contradicción con la realidad sin despeinarse, ya sea evitando mencionar la evidencia del todo, ya manipulando su interpretación, ya exagerando supuestas inconsistencias y “agujeros”, ya descartándola como una invención, un fraude. Como, por supuesto, ignoran la opinión de los expertos, erigiéndose ellos a su vez en expertos que saben de todo, desde cómo se realiza una autopsia hasta la cantidad de metralla que debería aparecer tras una explosión, desde peritos en lofoscopía hasta ingenieros estructuristas que al parecer han calculado con precisión la cantidad de explosivos necesaria para volar un piso como el de Leganés.
 

Como decía yo en los comentarios al artículo Metralla, de Cero 007, hay muy poca metodología formal, por no decir ninguna, detrás de tal forma de proceder. La evidencia se juzga no por sus méritos intrínsecos, sino por su adecuación a la teoría que se intenta defender, descartando o minusvalorando la que refuta la teoría y manteniendo la que teóricamente conviene a ella. El uso diferencial y arbitrario de la evidencia es, como veremos, una de las características principales de las teorías conspiracionistas en general, y de las del 11-M en particular.
 Veamos pues algunos de los trucos del conspiracionismo sobre el 11-M, que de forma nada sorprendente, como adelanto arriba, se parecen como gotas de agua a los de los creadores de otras teorías falaces, como por ejemplo el creacionismo. Y es que, como argumento en otro sitio, las falacias conspiracionistas son siempre las mismas, la estructura es invariable, por más que el fondo del asunto cambie.
 

Objeciones subjetivas a la nueva evidencia.
 
Durante meses hemos escuchado la cantinela de que no se había encontrado metralla, en forma de clavos y tornillos, en ningún sitio. Este argumento es importante para los conspiracionistas, porque su intención es descalificar uno de los elementos críticos de prueba: la bolsa de Vallecas. Como dicha bolsa sí tenía metralla en forma de tornillos y clavos, la ausencia de metralla en las bombas que sí estallaron implicaría una diferencia y, nos dicen, por tanto un origen distinto. Aunque está claro, como dice Cero 007 en su artículo, que una supuesta diversidad en las bombas no es prueba concluyente de un origen distinto, recordemos que el conspiracionismo se recrea en el escolasticismo: las cosas son como ellos han dictado a posteriori que tienen que ser (evidentemente sin pruebas) y una desviación de tal regla, según ellos, necesariamente implica la conclusión que el conspiracionista quiere forzar; en este caso, que las bombas tuvieron orígenes distintos y por tanto una, la que no estalló, es plantada.
 En otras palabras, la implicación es “no se encontró metralla, luego no había metralla”. Veremos que esta implicación es también falsa, pero obviemos esa objeción durante esta sección; ya tendremos ocasión de impugnarla.
 

Los conspiracionistas han jurado y perjurado que no se había encontrado metralla en los cuerpos, implicando que no la había en ningún sitio. Por ejemplo, en Forum Libertas Alfonso Carlos Amaritriain, siguiendo a Del Pino, es absolutamente enfático:
 “en los atentados reales no se usó metralla y sí en la famosa mochila de Vallecas”
 

El propio Del Pino deja pocas dudas de lo que opina al respecto:
 “La carencia de metralla en las bombas del 11-M también echa por tierra determinados testimonios”
 


 Pero he aquí que se publica el Auto de Procesamiento y hay un informe completo sobre trozos de tornillos y clavos encontrados en los diversos focos, en el que la Policía identifica no solamente la presencia de clavos y tornillos en diversos sitios, sino una similitud entre ellos que difícilmente puede explicarse por algo que no sea su origen común. El informe de la Policía es concluyente: había metralla y esa metralla tenía un origen común… Y un origen común con la de la bolsa de Vallecas.
 Ahora bien, ¿aceptan los conspiracionistas que se han equivocado y corrigen su afirmación inicial? Por supuesto que no. Lo racional sería retirar la afirmación “no había metralla”, porque el antecedente de la implicación, la premisa “no se encontró metralla” ha quedado invalidado. Pero obviamente no es lo que hacen. Para ellos la conclusión (“no había metralla”) ya está dada y es inamovible. Por tanto hay que defenderla contra viento y marea.
 

Hay varias formas de hacer esto. Una de ellas, por supuesto, es intentar objetar la evidencia presentada. El informe “no convence”, se nos dice. Se encontró “muy poca” metralla, demasiado poca para el medio kilogramo que supuestamente había inicialmente. Además no es seguro que la identificación sea positiva, ya que la propia Policía dice que es difícil afirmar de forma concluyente si un fragmento pertenece a un determinado modelo de clavo o tornillo o a uno similar (difícil dicen, no imposible, pero ya se sabe, in dubio pro conspiratio, en caso de duda, hay que favorecer la hipótesis conspirativa). Será inútil que se les pida que fundamenten sus objeciones. Por ejemplo, que nos digan cuál creen que es la probabilidad de que, de forma casual, en tantos sitios distintos aparezcan modelos de clavos y tornillos similares entre sí y similares a los encontrados en la bolsa de Vallecas, cuando en particular los clavos y los tornillos para madera no forman parte de ninguna estructura de los vagones.
 Ellos no han calculado esa probabilidad; no necesitan hacerlo, porque su convicción de que la metralla es “poca” es extracientífica. Será inútil que les hagamos un cálculo de los que los científicos llaman “de servilleta” (escrito a vuelapluma en cualquier sitio), y les señalemos que la densidad de metralla, a 6 metros de distancia del foco (un área que la Policía considera de máximo estrago) y sin obstáculos intermedios, sería apenas de un gramo por metro cuadrado. Tampoco importará que objetemos que, descartado el origen estructural de la metralla, sería extraordinariamente improbable que hubiese una docena de carpinteros en los trenes, todos con los mismos modelos de clavos y tornillos en la caja de herramientas. Su convicción de que la metralla es “poca” no está basada ni en cálculos ni en modelos matemáticos. Está basada en la fe.
 

Se me objetará que la evidencia siempre tiene que verse con un ojo crítico, y que los conspiracionistas no hacen otra cosa. Ese es el argumento favorito de las personas medianamente racionales que les apoyan: son escépticos, miran críticamente la realidad. Pero no es así, porque como hemos visto no hay argumentos racionales, sólo la fortísima motivación de quienes ya tienen una conclusión decidida y no quieren cambiarla, y utilizan argumentos totalmente subjetivos para descalificar la evidencia.
 El conspiracionista no suele admitir errores. Si ha hecho una afirmación que se ha demostrado falsa (“no se encontró metralla”), en vez de retirar la afirmación y reevaluar su postura, se aferra a un clavo ardiendo –nunca mejor dicho—y nos dice que la nueva evidencia “no es concluyente”. Por supuesto, como he dicho, no basa en ningún argumento objetivo dicha aseveración. Se basa simplemente en su impresión subjetiva de lo que es concluyente y lo que no.
 

Cambio de la narrativa para adaptarse a la evidencia.
 Otra opción, por supuesto, es matizar la afirmación inicial, adaptándola a la nueva evidencia… pero sin retirarla. En otras palabras, en vez de cambiar la conclusión, cambiar la premisa para adecuarla. Con el mismo énfasis que decíamos antes “no se encontró metralla”, ahora se dice “la metralla no es de origen terrorista” . Nuevamente, el intento de mantener la conclusión “no hay metralla” contra viento y marea es transparente.
 

Así, Del Pino afirma el 12 de abril de 2002, enfáticamente:
  

las declaraciones de los Tedax que participaron en el operativo del 11-M (página 50 y siguientes del auto) muestran que en los trenes no se encontró metralla de origen terrorista, lo que viene a echar por tierra de forma prácticamente definitiva la mochila de Vallecas como prueba de cargo.


  

Tendremos oportunidad de volver sobre esta asombrosa afirmación.
 Admitiendo que hay algún tipo de “metralla”, se dice inmediatamente que no es metralla de origen terrorista. Esto es similar a la falacia del escocés verdadero: se hace una afirmación taxativa: “no se encontró metralla”. Llega uno con el auto en la mano y dice: “mira, aquí pone que sí se encontró”. Y entonces nos dicen: ah, es que eso no es verdadera metralla, no es de origen terrorista.
 

Para ello se invocan las declaraciones de Tedax a partir de la página 50. Pero, y he aquí lo increíble, dichas declaraciones no dicen en ningún momento nada sobre el ORIGEN de la metralla. En ningún momento. Estamos ante una falsedad absoluta.
 Entonces, ¿cómo puede afirmar eso Del Pino? ¿Cómo puede saberlo? ¿Qué pruebas tiene, qué argumentos maneja? ¿Ha analizado personalmente las muestras? ¿Es un experto metalúrgico? Como evidentemente no lo es, ¿han invocado la opinión de un experto que la ha analizado?
 

Nuevamente, no. No tienen nada, ninguna razón objetiva para afirmar lo que afirman.. Simplemente la fe: tiene que ser así porque yo ya sé lo que pasó, y lo que pasó es que esas bombas que estallaron no contenían metralla porque así tiene que ser para que la bolsa de Vallecas sea falsa y se pruebe la existencia de la conspiración.
 Por supuesto no lo dicen tan explícitamente, pero ése es el trasfondo del argumento irremediablemente circular que manejan.
 

Es muy curioso cómo esta forma de proceder es idéntica a la de los creacionistas. Un libro de reciente aparición de Eduardo Ernesto Carmena, llamado “El creacionismo, ¡vaya timo!” nos servirá para desentrañar estas similitudes. Conviene recordar que una de las más contundentes pruebas en contra del creacionismo es el registro fósil. Los creacionistas contestan diciendo que en dicho registro no hay especies de transición, especies que muestren la evolución en pleno proceso de cambio entre una especie y otra. Los biólogos contestan que hay muchísimas evidencias de especies transicionales, como el Ambulocetus, una especie transicional entre bovinos animales terrestres y los cetáceos que presenta muchas de las características de una ballena pero tiene cuatro patas. ¿Qué hacen entonces los creacionistas? Pues evidentemente intentar descalificar la evidencia. Veámoslo en sus palabras.
 Dice Carmena:
 

La organización creacionista Answers in Genesis afirma en sus publicaciones que no se ha encontrado la pelvis de la “ballena andante” Ambulocetus. Según ellos, si no conoces la zona pelviana, no puedes decir cómo se movía el animal y, por tanto, las habilidades anfibias que le atribuyen los evolucionistas le atribuyen son puro invento.

¿Suena familiar? No hay pelvis, no hay anfibio. No se encuentran clavos y tornillos en las autopsias, no hay metralla en las bombas que estallaron.
 

Pero un momento, aún es mejor. Lo veremos en la próxima sección.
 Ignorar la evidencia. Abstenerse de retractar afirmaciones falsadas.
 

Continúa Carmena:
 

En realidad, aunque en la primera publicación sobre el Ambulocetus no se mencionaban los huesos pélvicos (porque aún estaban bajo tierra), estos salieron a la luz dos años después, en 1996. Como cabía esperar, la pelvis resultó pequeña pero fuerte, apta para la locomoción en tierra y adherida a la columna, al contrario que en los cetáceos más evolucionados, que la tienen suelta, o, mejor dicho, flotante. Answers in Genesis sabe perfectamente todo esto y así lo admite en una lacónica nota. Pero su artículo-basura contra la evolución de las ballenas, traducido a múltiples idiomas y clonado por una legión de grupos fundamentalistas, sigue sin ser  corregido.

¡El hallazgo de nueva evidencia no lleva a retractar la afirmación que ha sido probada falsa!
  De la misma forma, los conspiracionistas no retractan nunca sus artículos, aunque hayan sido refutados por nueva evidencia. Veremos esto claramente con dos ejemplos imposibles de impugnar, ya que aunque los conspiracionistas puedan argumentar ad nauseam si la evidencia encontrada es o no metralla, no pueden ya falsificar lo que dicen o no los informes policiales en el sumario. Las dos siguientes afirmaciones son claramente falsas:
  La primera, del Del Pino, aparecida en Libertad Digital el 14 de noviembre de 2005:

 

Los informes de los Tedax incluidos en el sumario pasan de puntillas sobre el tema de la metralla de las bombas, no detallándose en ningún momento qué muestras se recogieron en cada tren


 

o ésta, también de Del Pino, también de Libertad Digital, del 16 de octubre de 2005:

Tampoco conocemos la lista de muestras recogidas por los Tedax en los escenarios de explosión. ¿Por qué las comparativas de la metralla sólo aluden a muestras encontradas en el tren de la C/ Téllez? ¿Acaso no se encontraron o recogieron muestras de metralla en los otros trenes?


  Para cualquiera que haya leído el auto, página 120ss, o haya seguido el debate en los comentarios al artículo Metralla de Cero 007, estas afirmaciones son claramente falsas. Como he dicho, no hablamos ya de si la metralla es de origen terrorista o no; estamos hablando sobre afirmaciones taxativas sobre los informes policiales que son claramente falsas. En el informe se hace una comparativa con diez puntos distintos más la bolsa de Vallecas.
  Pero, repetimos, en ningún momento ha hecho Del Pino el menor intento por retractar estas afirmaciones. Esa temeridad con la que se hacen afirmaciones categóricas que resultan ser falsas, sin preocuparse por reconocer y retractar dichos errores, es todo lo contrario del rigor y honestidad intelectual mínimamente exigibles en una “investigación” de este calado. Pero como veremos, los conspiracionistas incurren en ello una y otra vez.

 

Carmena continúa hablando de cómo los creacionistas, sin rendirse ante la evidencia de que sí existen formas transicionales, hacen de cada nueva evidencia encontrada un interrogante nuevo. Te preguntan por la forma transicional (como si sólo hubiera una) entre peces y anfibios. Le muestras el Acanthostega, un pez pulmonado con patas, y te dice: vale, pero entre los peces y el Acanthostega no hay nada, ni tampoco entre el Acanthostega y los anfibios. En una perversa aplicación de la aporía de Parménides, el creacionista divide infinitamente el espacio entre los fósiles, buscando siempre huecos (¿suena familiar?). Nunca aceptará que le has dado la evidencia que pedía; por el contrario, le buscará a dicha evidencia todos los peros que se le ocurran.
 Por supuesto, esto es exactamente lo mismo que, hemos visto en la sección anterior , hacen los conspiracionistas: buscar argumentos subjetivos para descalificar la evidencia que le es inconveniente. Y, como veremos también, este truco tiene mucho que ver con encontrar huecos… o agujeros.
 


Uso selectivo de evidencia
 El auto de procesamiento abunda en evidencia. Miles de llamadas telefónicas consignadas, decenas de testimonios, cientos de muestras de evidencia material. Pero los conspiracionistas tienen anteojeras en lo que respecta a la evidencia. Sólo ven la que conviene a sus juicios preconcebidos, y el resto lo ignora o lo que descalifica.
 

Había prometido que volvería a esta afirmación de Del Pino:
 

las declaraciones de los Tedax que participaron en el operativo del 11-M (página 50 y siguientes del auto) muestran que en los trenes no se encontró metralla de origen terrorista, lo que viene a echar por tierra de forma prácticamente definitiva la mochila de Vallecas como prueba de cargo.

¿Qué problema tiene Del Pino? Pues que ha leído selectivamente el auto. No hace la menor mención de que, a partir de la página 120, hay un análisis de la metralla encontrada en 11 sitios distintos (incluyendo la bolsa de Vallecas). Han pasado dos meses desde entonces, y Del Pino sigue manteniendo un silencio de tumba respecto de dicho estudio. ¿No lo ha leído? Permítanme dudarlo. Del Pino ha simplemente ignorado la evidencia que no le gusta.
 De la misma forma, no verán ustedes a un conspiracionista hablar de los registros informáticos que fueron encontrados tanto en Leganés como en la casa de Jamal Ahmidan. Y es que, como demuestra Petrus Petri en su artículo Registros Informáticos, son profundamente incómodos para las tesis conspirativas: desarman la idea de los “pelanas”, demostrando el grado de implicación que tenían en la ideología islamista. Y, por supuesto, apuntan a que en Leganés habían más elementos de prueba de la presencia de los islamistas de lo que les gustaría admitir.
 

La altísima selectividad con la que se evalúa la evidencia es tal vez el escándalo mayor del conspiracionismo. Tenemos un ejemplo reciente en la cita que hace Del Pino de las declaraciones de Sánchez Manzano ante la Comisión del 11-M.
 Nos dice Del Pino:
 

Como recordarán los lectores del hilo anterior, Sánchez Manzano declaró en la Comisión del 11-M que en los focos de explosión de los trenes se había encontrado nitroglicerina.

Y a partir de ello concluye que la dinamita de la bolsa de Vallecas, que es Goma 2 Eco y usa nitroglicol, y las bombas de los trenes, que según él son otro tipo de dinamita, son distintas, ya que la Goma 2 Eco no tendría nitroglicerina:
 

Por tanto, es absolutamente imposible que las bombas de los trenes fueran como la de Vallecas

Nótese la enorme credibilidad que le da Del Pino a Sánchez Manzano. A partir de su declaración es absolutamente imposible que las bombas sean iguales. ¡Sánchez Manzano es Dios! Absolutamente infalible, ya que por lo visto el hecho de que se equivoque es absolutamente imposible.
 Pero, pero, un momento. La declaración de Sánchez Manzano no es exactamente ésa. Manzano dijo literalmente:
 

logramos encontrar restos de nitroglicerina, y la nitroglicerina es el componente de todas las dinamitas.

El hombre infalible ha dicho dos cosas una que apoya a Del Pino (la primera) y otra que le desmiente (la segunda, pues está en directa contradicción con la aseveración de que hay diversos tipos de dinamita, unos que usan nitroglicerina y otras que usan nitroglicol. ¿Por qué Del Pino cree ciegamente una y “olvida” la segunda al punto de no mencionarla? ¿No se da cuenta de la flagrante contradicción?
 

Nótese que no aquí no entro a valorar cuál de las afirmaciones de Sánchez Manzano es verdadera, si alguna lo es. Estamos ante algo mucho más básico: la forma descarada como Del Pino ignora declaraciones inconvenientes mientras cree ciegamente otras… ¡a pesar de ser de la misma persona y haber sido emitidas en la misma oración!
 ¿Cuál es el criterio para determinar qué evidencia es confiable y cuál no? ¿No es evidente? La única evidencia confiable es la que le da la razón al conspiracionista.
 

Y es que hasta que finalmente se invente el Ministerio de la Verdad y el doble pensar, todavía somos muchos los que tenemos memoria de lo que el propio Del Pino decía. Hasta anteayer, para los conspiracionistas, Sánchez Manzano era un mentiroso, alguien que le había mentido al juez, indigno de ninguna credibilidad.
 En su Enigma #4, Una Impúdica Cadena de Mentiras, Del Pino nos dice:
 

Sánchez Manzano se ve cogido en la tremenda red de engaño tejida en torno a este tema y emprende la huida hacia delante

Por un lado, Sánchez Manzano afirma, con todo desparpajo, que nunca ha «utilizado, mencionado o tenido en cuenta» la METENAMINA en sus informes, porque es irrelevante

No son las únicas mentiras de Sánchez Manzano en el tema del 11-M…

¿En qué quedamos? ¿Es Sánchez Manzano un embustero, como se dice en el Enigma 4, o una fuente digna de toda confiabilidad, como acaba de decirnos Del Pino? ¿Se da cuenta este hombre de sus contradicciones?
 

La cosa no se detiene aquí. Del Pino le da credibilidad a Sánchez Manzano sobre la presencia de nitroglicerina… después de haber afirmado categóricamente, en su Enigma #10, El tiempo debe detenerse, lo siguiente:
 

lo que estalló en los trenes no fue ni Titadyne, ni Goma-2, sino explosivo militar.


Esto… ¿cómo se compatibiliza esta afirmación con la siguiente?
  

En los trenes estalló otra cosa: Titadine, RDX con nitroglicerina, algún explosivo casero con nitroglicerina o Goma-2 mezclada con alguna otra cosa que lleve nitroglicerina

Llegados a este punto, renuncio a entender los procesos mentales de Luis del Pino. Parafraseando uno de sus recursos retóricos favoritos: ¿habrá un alma caritativa, entre sus acólitos, que le señale estas contradicciones y le haga aclarar en cuál de estas afirmaciones cree? ¿O es que una la usa por las mañanas y otra por las tardes? ¿Es éste el hombre que cuando descubre una inconsistencia a todas luces menor en el sumario presume mala fe de forma automática y monta en santa cólera? ¿Qué diría el señor Del Pino si descubriera las incoherencias que él comete en alguno de sus adversarios?
 

Continuaremos con este tema de la evidencia en la siguiente entrega.
 

 

         

                                                   

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14 respuestas a El unicornio en el garaje (IV) – Peor para la realidad

  1. Sensacional, me ha encantado.

    Del Pino sabe que ha mentido y miente con el tema de la metralla. Estoy seguro de ello.

    En el único encuentro personal que he tenido con él se lo pude recordar. Su respuesta al respecto fue: «en los vagones hay clavos para sujetar las papeleras y además cualquiera puede dejar metralla tras las explosiones».

    En fin, la no-metralla, una trola conspiracionista que cae por sí misma.

  2. Cupside dijo:

    ¿Está seguro del Pino que las papeleras se sujetan con clavos?. Yo no haría esa afirmación con tanta exclusión, igual se sorprende cuando le rectifiquen.

  3. Xuancar dijo:

    Me parece genialmente llevado el paralelismo entre creacionistas y conspiracionistas. Hay tantas cosas en común en ambos casos que da mucho que pensar.

    Lo que me parece detestable es que los instigadores de estas teorías arrastren en su camino a gente inteligente y pensadora que caen en sus redes por distintos motivos (implicaciones personales, desconocimiento de las otras teorías, motivaciones políticas…)

    Sr. Arean, de nuevo, felicidades por el artículo.

  4. jose dijo:

    hola, es Ernesto Cármena, no Eduardo. un saludo.

  5. bromelio dijo:

    Lo del gitano y la goma 2 es sencillamente delicioso; sólo nos falta la cabra del chino y el picoleto para completar la escena contumbrista. Lo reconozco, son con diferencia los mejores.

  6. Amles dijo:

    Sí, sí… Ya sabemos: es imposible que unos islamistas recurran a un gitano y bla, bla, bla…

    http://www.elperiodicomediterraneo.com/noticias/imprimir.asp?pkid=128976

    (Espero que podáis solucionar lo de los comentarios perdidos. Suerte)

  7. Cero007 dijo:

    Amles (#6),

    digo yo que, antes de entrar en otras consideraciones, habría que demostrar una mínima relación entre este suceso y los atentados del 11-M ¿no le parece?

  8. Amles dijo:

    Cero007 (idem)

    Pues sí. Tiene ud. razón. He contestado a bromelio «influida» (y enfadada) por la lectura del artículo de LdP al respecto, la verdad; pero si quiere que le dé mi opinión, primero habría que confirmar si esa noticia publicada por El Mundo es cierta… y por ahora, sólo se ha hecho eco de ella LD (oh, casualidad).

  9. lejianeutra dijo:

    Lo que no nos cuenta ni El Mundo ni Libertad Digital es cómo supo el gitano que se trataba de Goma 2 cuando abrió el paquete, debe ser que le hizo una cromatografía de capa fina sobre la marcha…

    La contribución de estos medios al buen humor de los españoles es impagable.

  10. Cero007 dijo:

    Amles (8#)

    Falsa, inventada, no creo que sea, aunque fuerzan la mano para relacionar implícitamente el suceso con los atentados del 11-M.

    La única forma de hacerlo es resaltando la “cercanía” entre el lugar donde el gitano debía entregar la mercancía y el piso donde se suicidaron los islamistas. El Mundo insiste una y otra vez en la proximidad de ambos lugares:

    «Y es que este material iba a ser entregado en un lugar de Leganés muy cercano a la vivienda donde murieron los presuntos autores del 11-M”.

    “El correo estuvo durante varias horas en un polígono industrial de Leganés, cercano al barrio de La Fortuna, esperando a que fueran a recoger el envío.”

    He mirado en el callejero de Madrid la distancia entre el Barrio de La Fortuna y la calle Carmen Martín Gaite y es de 4,9 kilómetros. Incluso para una gran ciudad como Madrid, cinco kilómetros se me antojan demasiados para hablar de “muy próximo”.

    Del Pino lo adorna con unos detonadores inexistentes y lo sirve, en plan jocoso, para consumo interno de la tropa. Comida pa’ los pollos.

  11. Poldec dijo:

    De momento, no hay nada que lo relacione directamente con los atentados del 11M. Pero a algunos les puede servir, y mucho, para seguir creando teorías.

    Como sabemos, estos conspiracionistas se agarran a un clavo ardiendo para buscar teorías e historias: les da igual apuntar a ETA, al PSOE, al CNI, a las FyCSE o a los servicios secetros de no sé qué país. Unos días apuntan a unos, otros días a otros. Todo ello sin ningún tipo de coherencia, claro.

    Ahora parece que también se quieren enganchar a la teoría de la «tercera caravana» que ya han insinuado Pedro J. y el gran líder moral e intelectual, D. Federico Jiménez Losatos. Es, sin duda, una tesis disparatada pero la formuló el gran jefe y, por ello, para algunos es válida. Ahora se trata de alimentarla. Aquí os pongo un par de respuestas de FJL en un chat que matuvo en LD:

    P: Días antes del 11-M se interceptó un cargamento de explosivos al que se llamó «la caravana de la muerte». ¿Qué estaba negociando el PSOE con ETA? ¿Dónde poner los explosivos? ¿Qué cantidad poner?

    FJL: La cuestión es si se trataba de un movimiento de diversión o distracción, si tal vez hubo tres caravanas y no dos: la de los asturianos y moros, la de la ETA atrapada (con un circuito rarísimo) y la que pudo colarse detrás. Ahí no tengo opinión porque nos faltan datos.

    P: Me gustaría preguntarle a don Federico si no cree que es un error insinuar una relación entre el 11-M y ETA cuando, desde mi punto de vista, lo que ocurrió entre el 11 y el 14-M fue un golpe de estado mediático, independientemente de que los autores fueran ETA, Al Qaeda o mi tía la del pueblo.

    FJL: Eso, sin duda. Pero el golpe mediático se da manipulando la autoría de ETA o de otros, que según los golpistas eran de Al Qaeda, vengadores de la guerra de Irak. Ahora sabemos que lo de los islamistas era pura pantalla. Que esto lo hacen los etarras con protección de las tramas negras o las tramas negras aprovechando o creando indicios etarras. Yo no sé exactamente quién ha sido, pero quiero saber.

    http://www.libertaddigital.com/opiniones/opi_desa_32406.html

    Todo esto son disparates sin ningún tipo de base sólida (como el mismo FJL viene a reconocer) pero, claro, todo lo que sea sembrar dudas bienvenido sea.
    Ahora ya pueden decir que si el gitano tenía relación con tal o cual policía, o si residió cerca o lejos de este o aquel etarra, o si estuvo en tal o cual cárcel. De eso se trata de alimentar teorías.

    Saludos

  12. bromelio dijo:

    Amles

    Mujer, no te nos influyas ni te enfades por una minucia así; Cero007 ya ha puesto los puntos sobre las íes; disfruta ahora de la escena.

    Por cierto Cero007, ¿la inexistencia de los detonadores la juzgas por el hecho de que no los mencione el Mundo, o es que tienes información de primera mano?.

  13. Cero007 dijo:

    Bromelio (#12)

    La única fuente de la noticia, que yo sepa, es El Mundo, y el prestigioso diario de P.J. no menciona la presencia de detonadores. Por tanto, Del Pino se inventa su presencia para dar un poco más color al descolorido asunto.

  14. Amles dijo:

    Cero007 (#10)

    Anoche pensé en lo de las distancias, aunque se me pasó comprobarlo (debido al «mosqueo», supongo).

    En caso de ser cierta la noticia (y todavía tengo mis dudas), flaco favor han hecho a la investigación, tenga o no relación con el 11-M (por cierto, ¡qué idiotez! insinuar que el montaje se ha hecho en esa fecha porque es cuando está de guardia el juez del Olmo. Si se demostrara que esa goma-2 forma parte de la robada en Asturias y no recuperada -haberla, hayla- ipso facto pasaría al juez del Olmo, con o sin guardia).
    Y el gitano debe estar que no le llega la camisa al cuerpo… ¡Vaya chivatazo el de El Mundo!.

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