Desmontando el Enigma Numero 43 "El octavo pasajero". ¡Qué bajo ha caido Don Luis!

Seguimos en DL con las colaboraciones externas, esta vez el crédito se lo lleva nuestro compañero Inquietud. A el le agradezco este buen artículo.

El día 27/4/2008 se publicó en Libertad Digital un nuevo texto de Luis del Pino correspondiente a su serie conspiracionista sobre la masacre del 11-M.
A este texto le han puesto el siguiente titular: «Uno de los teléfonos supuestamente usados en las bombas continuaba activo cinco días después del atentado». Este titular es completamente falso y de hecho ni siquiera se puede llegar a esa conclusión leyendo del texto como tendremos ocasión de comprobar analizándolo detenidamente.

Empieza afirmando Luis del Pino:

Según la versión oficial, en la madrugada del día 11 de marzo, horas antes de los atentados, se activaron siete teléfonos Trium T-110 bajo la cobertura del repetidor de Amena en la localidad de Morata de Tajuña. Uno de esos teléfonos era el que apareció en la mochila de Vallecas. De ahí se deduce, según la versión oficial, que en las bombas del 11-M se utilizaron teléfonos móviles, siete de los cuales serían esos que se activaron en Morata.
El relato oficial de los hechos sería el siguiente:
– unos hindúes compraron una partida de 200 teléfonos Trium T-110 de Movistar;
– esos hindúes liberaron 20 de esos teléfonos en la tienda del policía Kalaji antes del 11-M;
– los terroristas del 11-M compraron 12 teléfonos Trium T-110 a los hindúes, estando algunos de esos teléfonos liberados y otros sin liberar
– esos mismos terroristas compraron un número indeterminado de tarjetas de Amena en el locutorio del marroquí Jamal Zougham
– utilizando los teléfonos y las tarjetas que habían adquirido, los terroristas montaron en una casa de Morata de Tajuña las bombas que unas horas después harían explosión en los trenes
– una de esas bombas fue la que se encontró sin detonar en la comisaría de Puente de Vallecas en la madrugada del 11 al 12-M
– al analizar sus bases de datos, Amena descubrió que en Morata se habían activado 7 tarjetas, con sus correspondientes teléfonos, la noche anterior a los atentados.

Voy a suponer que por «versión oficial» y «relato oficial» se entiende la investigación policial y judicial y sus conclusiones plasmadas en los diversos Autos judiciales así como en la sentencia excluyendo informaciones de los medios de comunicación.
Tengo que indicar que en el texto de Luis del Pino se utiliza normalmente el termino «teléfono» que siendo precisos es la combinación de un terminal (el aparato físico que se identifica con su IMEI) con una tarjeta SIM (identificada por el número de línea) para referirse únicamente al terminal.
Los hindúes a los que se hace referencia son los propietarios de Bazar Top y los 20 terminales liberados que se nombran son los que constan en tres notas de entrega de la empresa Test Ayman (12 terminales en nota de entrega de fecha 4/3/2004, 4 terminales en nota de entrega de fecha 8/3/2004 y otros 4 terminales en nota de entrega de fecha 10/3/2004) ya que hay más liberaciones de terminales Trium T-110 en fechas anteriores. De todos los terminales que constan en la documentación aportada por el propietario de Test Ayman, la investigación estableció relación con los atentados en 6 de los terminales que constan en la nota de entrega de fecha 4/3/2004 (2 de ellos aparecen en el terminal de la bolsa-bomba y los 4 restantes se registraron en la BTS de Morata suponiéndose que fueron utilizados en otras tantas bombas) a los que según la información de Luis del Pino hay que añadir un séptimo terminal que habría recibido un mensaje en la madrugada del 11 de marzo.
Según la declaración del encargado de la tienda (página 552 y siguientes del Auto de Procesamiento) donde se vendieron los terminales fueron 10 (supongo que la cifra de 12 la da Luis del Pino para restar credibilidad a la bomba número 13) los terminales vendidos a los terroristas del 11-M. Como apoyo de su testimonio existe una lista de 12 IMEIS anotados a mano y que según su declaración corresponde con los terminales llevados a liberar a Test Ayman el día 4/3/2004 pero que al cotejarla con los datos de esta empresa lo que indica es que los 9 primeros terminales corresponden a la nota de entrega del día 4 de marzo, el siguiente terminal no se ha localizado entre los liberados y los 2 últimos terminales corresponden a la nota de entrega del día 8 de marzo. La investigación no logró determinar con exactitud el número de terminales vendidos en Bazar Top a los terroristas pero son 7 los termina
les que constan en su documentación y se han asociado a la trama terrorista (los 2 que aparecen en el terminal de la bolsa-bomba y los 5 restantes que se registraron en la BTS de Morata suponiéndose que fueron utilizados en otras tantas bombas) a los que según la información de Luis del Pino hay que añadir un octavo terminal que habría recibido un mensaje en la madrugada del 11 de marzo.
En la investigación no se ha encontrado certeza de que la totalidad de 13 bombas se montaran en Morata. Los indicios precisos son que 7 móviles supuestamente utilizados para activarlas se programaron en Morata el día anterior a los atentados.
Aunque la expresión «base de datos» parece indicar una búsqueda fácil de la información, la realidad es que para localizar el rastro del teléfono de la bolsa-bomba se tuvo que recurrir a una información temporal de funcionamiento que es bastante más difícil de encontrar que una consulta a una base de datos. Este rastro que se conserva durante unas horas (72 en la red de Amena) consiste en un registro que se genera cuando un teléfono contacta con la red de telefonía tras encenderlo y teclear correctamente el PIN.
Sigamos con el texto:

El relato de los hechos parece claro, pero las cosas no cuadran por ninguna parte:
– si los terroristas sólo habían comprado 12 teléfonos, ¿cómo pudieron montar 13 bombas?
– si algunos de los teléfonos (que eran de Movistar) no estaba liberado, ¿cómo pudieron utilizarlos con una tarjeta de Amena?
– si se montaron 13 bombas en Morata, ¿por qué sólo aparecen 7 teléfonos en las bases de datos de Amena?
– si las tarjetas eran necesarias para programar la alarma de los teléfonos, pero no para que la alarma funcionara una vez programada, ¿para qué dejaron en los teléfonos esas tarjetas que tan fácilmente permitieron luego descubrir a toda la trama?
– y, sobre todo, si los temporizadores convencionales son mucho más fiables y dejan menos rastro, ¿para qué usaron los terroristas unos teléfonos móviles que tan fácilmente permitieron identificarlos?

Como acabo de explicar no se sabe con seguridad cuantos teléfonos compraron en Bazar Top aunque la cifra que se ha barajado es de 10 y no de 12. Una posibilidad que se ha contemplado es que los terroristas compraron los terminales necesarios en más de un establecimiento.
No cuesta nada imaginar que si alguno de los terminales no estaba liberado lo liberasen en uno cualquiera de los muchos establecimientos donde liberan móviles. Esto podría aplicarse al terminal que compran el día 8 (IMEI 350822350842921), que se registra en Morata con la tarjeta de Amena 652282947 pese a no figurar como liberado
En cuanto al hecho de que sólo aparezcan 7 teléfonos registrados en la red de Amena, y puesto que no se sabe cuantas bombas se montaron en Morata podría haber otra ubicación donde se montaran bombas. Cabe también la posibilidad de que se programaran los teléfonos con anterioridad y ya no estuvieran los datos en la red de Amena. Por otra parte los terroristas podrían haber adquirido otra partida de terminales y/o tarjetas de las que no se han encontrado pistas. Estas posibilidades ya se referian en la página 570 del Auto de Procesamiento:

De las otras 6 tarjetas, tres han sido recuperadas en los registros de JAWAL MUNDO TELECOM y de las tres restantes no se sabe nada, bien porque no se puede conocer el IMEI en el que se introdujeron para poder encenderlo (por haber caducado el plazo de 72 horas en que este registro se almacena, o por cualquier otra razón, incluida la de haber podido ser utilizadas como sistemas de activación de otros tantos artefactos explosivos, pero que por haber sido programadas con anterioridad al término de las 72 horas de almacenamiento de los registros, o haber sido encendidas en otro lugar, no se hayan conseguido los registros correspondientes.

Acerca del hecho de que se dejaran las tarjetas SIM utilizadas para programar los artefactos hay que decir que los terroristas no son infalibles y tal vez no previeron la posibilidad de que alguno de los artefactos fallara. Y aun previéndolo tal vez no pensaron que los investigadores podrían identificar con facilidad la ruta de comercialización de terminales y tarjetas. No hay nada que nos lleve a pensar a priori que la investigación de tarjetas que nunca se han utilizado sea más fácil o más difícil que la de los terminales (y eso sin contar con que el registro en la red de Amena con la asociación terminal-tarjeta no desaparece por el hecho de retirar la tarjeta). Es cierto que la tarjeta condujo rápidamente a Zougham y eso la convierte en una pista estrella en la investigación pero si no hubiera estado allí sin duda se hubieran doblado los esfuerzos en el resto de elementos del artefacto explosivo y posiblemente hoy la pista estrella sería otra (los detonadores serían un bue
n candidato a este puesto).
Con ser importante, no parece que la prioridad absoluta de los terroristas sea no dejar rastros en los artefactos. Todos sus elementos son susceptibles de investigación en caso de que el artefacto falle o pueda ser desactivado. El hecho de que los teléfonos móviles parecen ofrecer más posibilidades de investigación no parece frenar a los grupos terroristas en su utilización bien por sus varias posibilidades de activación o bien por dar una patina de tecnología en los atentados. Además en este caso se ha visto que de hecho permiten simplificar el artefacto puesto que el propio móvil dispone de una fuente de energía eléctrica.

Sigue Luis del Pino:

Como vemos, las cosas no encajan ni a martillazos:

Dos de los teléfonos de Morata no fueron liberados
Uno de los teléfonos de Morata no figura siquiera como vendido por los hindúes

Pero lo más absurdo es que el teléfono de la mochila de Vallecas, ése que según la versión oficial es la clave de todo, no figura entre los siete que se activaron en Morata: al analizar las bases de datos, lo que los responsables de Amena se encontraron es que el IMEI 35082235-0844612, que era el número de serie anotado en la carcasa del teléfono de la mochila de Vallecas, no estaba. Lo que sí estaba es la tarjeta telefónica que había aparecido en la mochila, pero con otro teléfono distinto: el 35082235-0941947.

La explicación que nos dieron es que los terroristas debían de haberse confundido al montar la bombas y habían intercambiado las carcasas de algunos teléfonos. Eso explicaba que el número de serie anotado en la carcasa no coincidiera con el número que el teléfono tenía programado internamente.

La explicación parece razonable, pero entonces hubieran debido aparecer en las bases de datos de Amena los dos teléfonos, no uno de ellos, puesto que ambos se habrían utilizado para fabricar bombas.

No es necesario usar el martillo para explicar estos casos peculiares sino el sentido común. El hecho de que hay un terminal que no figura en la lista de Bazar Top puede deberse por ejemplo a que compraran terminales en otros establecimientos o que sea uno de los teléfonos que los propietarios de Bazar Top declararon haber vendido el día 3/3/2004 sin anotar su IMEI. El hecho de que haya dos terminales que no figuran como liberados en Test Ayman sólo indica que fueron vendidos sin liberar y que los terroristas tendrían que liberarlos en algún otro establecimiento.
Es evidente que los que manipularon el teléfono encontrado en la bolsa-bomba juntaron las piezas correspondientes a dos terminales diferentes, bien por error o bien por que se encontró algún tipo de problema de funcionamiento en la parte de circuitos correspondiente al IMEI 350822350844612. En cualquier caso en Morata solo se detectan 7 terminales que podrían haberse utilizado para los artefactos (pese a que son 10 los que compran en Bazar Top y 13 los artefactos explosivos) por lo que entre otras posibilidades podría ser que no los usaron todos para las bombas o podría ser que parte de ellos se programaron en otro lugar que no ha podido ser localizado.
En este punto Luis del Pino aprovecha el hecho de que la tarjeta SIM 652282963 encontrada en el artefacto explosivo fue introducida en un terminal Nokia a lo largo del día 12 de marzo de 2004 (introducción que al parecer quedó registrada en el registro de las consultas realizadas en los equipos de Amena y que fue aportado al sumario y que muy posiblemente este relacionada con la investigación sobre la propia tarjeta) para verter una difusa e infundada sombra de sospecha sobre los investigadores. Para ello afirma:

Es más, esos registros incorporados al sumario demuestran que la persona que efectuó esas consultas a la base de datos de Amena se encontraba también bajo el repetidor que da cobertura al complejo policial de Canillas. ¿Fue realmente en una sede de Amena donde se efectuaron esas consultas, o fue desde el propio complejo policial de Canillas que se consultaron esas bases de datos?
De hecho, un documento elaborado por la propia Amena, y perdido entre las decenas de miles de folios de las piezas separadas del sumario, demuestra que la tarjeta telefónica 652282963 de la mochila de Vallecas sí que estuvo introducida en el teléfono de la mochila de Vallecas (con IMEI 35082235-0941947), pero bajo la cobertura del repetidor de Canillas, no del de Morata:


Como puede comprobarse, mientras que las otras seis tarjetas y teléfonos se encontraban bajo cobertura de la celda 1006 (correspondiente a Morata de Tajuña), la tarjeta y el teléfono de Vallecas se encontraban bajo cobertura de la celda 1015 (la que corresponde a Canillas). Esa celda 1015 es, precisamente, la celda desde la que se hicieron las consultas a la base de datos de Amena en la mañana del 12-M.

Como podemos ver en el documento que se nos muestra hay una columna rotulada «Area de influencia» donde aparecen las referencias numéricas 1006 y 1015. Dando por correcto ese rotulo resulta que no estamos hablando de celdas (que en un área urbana dan cobertura a una zona pequeña, tal vez de varias manzanas) sino de áreas de localización que consisten en una agrupación de varias celdas controladas por una misma central de conmutación y que puede corresponder a varios barrios. Por lo visto Luis del Pino trata de hacer imaginar a sus lectores que las consultas a las centrales de Amena se hicieron desde la propia sede policial de Canillas pero esto no se sostiene ya que dichas consultas no se hacen desde una celda sino desde una central de conmutación o un centro de control de la red.
A falta de documentación oficial, esta información se puede contrastar con los mensajes del usuario del blog de Luis del Pino que es experto en telefonía móvil y que se identifica como «Q700». En su mensaje de fecha 16/7/2007 decía lo siguiente:

Bueno, he revisado las hojas que yo tengo con los logs de Amena (folios 80.005, 6 y 7, creo). En estas hojas en concreto se ve que el log está incompleto, ya que salta directamente a ver la posición de memoria x (83770), pero le habría faltado ejecutar el comando que te dice en qué posición de memoria está el registro del usuario.
En el trozo incompleto que tengo, el «jaretamo» mira las siguientes posiciones de memoria dentro del registro de abonado que está en la posición 83770:
Posición de memoria 33. Su valor en decimal es 1425. Desconozco su significado.
Posición de memoria 236. Su valor en decimal es 1. Desconozco su significado.
Podría ser que uno de esos dos o los dos fueran el contador de días que le quedan para que se borre. No lo sé. Lo mira antes que el identificador de celda. Curioso.

Sigue el jaretamo:

Posición de memoria 328: Valor en decimal 1006. Este es el código del área de localización al que pertenece la celda.
Posición de memoria 327: Valor en decimal: 12095. Identificador de celda dentro del LAC. Celda identificada.

(«jaretamo» es el identificador del usuario que esta trabajando con los equipos de Amena.)

En su mensaje de fecha 19/7/2007 decía lo siguiente:

Por puntualizar una chorradilla, una BTS es un equipo radio que normalmente lleva entre 1 y 6 celdas (sectores). Cada celda tiene un identificador concreto y emite con unas frecuencias diferentes.

El código del log de la celda de Morata, el 1006-12095 (qué friki, me lo sé de memoria) identifica la celda. El último número normalmente es el que distingue el sector dentro de una misma BTS. La BTS sería la 1006-1209, y la celda el sector «5» (según nuestra nomenclatura esa sería una celda de banda 1800 con orientación en general a 120º o por ahi respecto al Norte).

Y este mensaje de fecha 28/4/2008 responde al texto de Luis del Pino:

El 1015 o 1006 no son identificadores de celda. Son identificadores de AREA de localización. Un grupo de X celdas (80-100 o así, depende).

EL 1015 cubre Canillas y cubrirá mucho más. Todo el barrio. Que llega a la calle Ulises… pues es posible. En Ulises tiene Amena equipos de Red. Puede tener allí la BSC y MSC que controlan ese LAC. Es posible. No sé.

Bueno, y eso de consultar desde un LAC… Eso no tiene sentido. ¿No será que se conectan a la MSC que controla el LAC? Pero se conectan desde cualquier sitio… Los logs son registros de la interacción entre el operador y la MSC que consulta. ¿No será eso?

LA conexión entre la persona y la MSC se hace por la red de operación y mantenimiento. En aquel momento sería una red X.25. No se consulta la MSC via Radio.

Con algunas aclaraciones en este mensaje que va a continuación:

Cuando digo LAC me refiero a area de localización. Grupillo de celdas contiguas.
Este grupillo tiene que depender entero de la misma central telefónica. Eso es MSC. De la BSC pasa. Es un nodo que está en medio. Para el caso es irrelevante.
Bueno, pues eso. En el listado de Amena del enigma además pone AREA de influencia. No celda. Para ver toda la movida de los logs, no la actividad facturable, sino el último rastro en la red (su estado actual en la red) hay que mirar, aunque parezca obvio, en la red. ¿En qué parte de la red? En la central telefónica (MSC), que es donde está el control de los usuarios.
En los logs de Amena pone que se conecta a una central y le empieza a preguntar. Pero el que pregunta no está allí. Lógicamente hay una red de Operación y Mantenimiento que conecta las centrales telefónicas a los PCs de los operadores (personas que meten instrucciones, como por ejemplo, consulta de estado de un usuario).

Para continuar con el siguiente punto es necesario precisar el significado de la palabra «activar» que Luis del Pino emplea constantemente para referirse a dos acciones completamente diferentes en relación con los teléfonos móviles:

Acción A: Consiste en realizar una primera llamada con una tarjeta de tal manera que a partir de ese momento ya se puede recibir y realizar llamadas con el número de teléfono correspondiente. Las tarjetas comercializadas en los packs de Amena estan inicialmente en un estado que llaman «EXPEDIDO» y cuando se realiza una primera llamada con consumo pasan al estado «ACTIVADO», momento en el que ya pueden recibir y realizar llamadas. Esto es lo que se puede llamar activación con toda propiedad.

Acción B: Consiste en encender un terminal con una tarjeta en su interior y teclear correctamente el número PIN. A continuación el teléfono contacta con la red y sus datos quedan registrados en la misma (salvo fallos de cobertura). Esta información de registro se mantiene en la red durante unas horas. Si bien el teléfono se «activa» supone una confusión llamarlo de la misma forma que la otro acción y más bien habría que llamarlo encendido o registro del terminal.

En realidad, no es verdad que en Morata se activaran 7 teléfonos Trium la noche anterior a los atentados: fueron al menos ocho los teléfonos que se activaron, pero el octavo teléfono ha sido sistemáticamente omitido de los informes policiales.


Fíjese el lector en el primero de los IMEIs: el 35082235-1079903. Ese teléfono aparece como vendido por los hindúes y como liberado por Kalaji, pero ni los informes policiales ni los documentos de Amena indican que se activara en Morata de Tajuña la noche anterior a los atentados. Y, sin embargo, sí que se activó.

Concretamente, ese teléfono Trium T-110 estaba en Morata de Tajuña la noche anterior a los atentados, y en su interior estaba funcionando una tarjeta de Amena con número 652285765, que es otra de las que supuestamente llegaron al locutorio de Jamal Zougham (a través de la empresa Interdist).

Para ser exactos, la tarjeta 652285765 recibió un mensaje de texto a la 1:27:01 de la madrugada del 11-M, estando introducida en el teléfono Trium T-110 con IMEI 35082235-1079903, bajo cobertura del repetidor de Morata de Tajuña. A pesar de lo cual, ni ese teléfono ha sido mencionado en los informes policiales, ni a esa tarjeta se la ha vinculado con la trama del 11-M en ningún momento. ¿Por qué?

Es importante aclarar que constan en el Auto, en la página 631, los datos obtenidos al investigar la tarjeta 652285765. Entre esos datos figura la recepción del mensaje de texto en la madrugada del 11-M pero sin embargo no figura en que terminal estaba insertada ya que «Las Compañías no han proporcionado información sobre el terminal/s en el que ha sido utilizada.» Seguramente la asociación entre el IMEI 350822351079903 y la tarjeta 652285765 constará en algún lugar del sumario pero al parecer los investigadores no contaban con este dato (al menos inicialmente) y nosotros no tenemos forma de verificar este información.
El hecho de que la tarjeta haya sido investigada y que el resultado figure en el Auto ya nos indica que no se ha ocultado ningún dato y que sí hay vinculación con los terroristas (pero no a través del terminal sino sólo a través de la tarjeta). Así pues, según figura en el Auto, no se conocía el terminal en que recibió el mensaje el día 11 pero aunque se hubiera conocido dicho IMEI, hay otros datos que justifican que no se haya considerado que esta tarjeta se utilizara para programar el móvil de uno de los artefactos como son que a diferencia de las otras 7 la tarjeta ya estaba en estado «ACTIVADO» y fue utilizada en varias ocasiones antes y después de los atentados.
Lo que la investigación con los teléfonos determinó es que entre las 2:24 del día 10/3/2004 y las 2:24 del día 11/3/2004 se encendieron 7 terminales Trium T-110 con otras tantas tarjetas AMENA que estaban en estado «EXPEDIDO» y no se habían activado nunca. Se determinó asi mismo que de estos teléfonos no se volvió a registrar ninguna actividad. Puesto que uno de ellos apareció en la bolsa explosiva desactivada parece razonable suponer que los otros 6 teléfonos se emplearon en otras tantas bolsas explosivas y así figura en la página 567 y siguientes del Auto de Procesamiento:

El mismo procedimiento que se usó con la tarjeta 652282963 y el terminal 350822350941947. en el mismo lugar y período temporal, fue asimismo utilizado con las siguientes tarjetas e IMEI, lo cual, al coincidir procedimiento, tiempo y lugar (bajo la cobertura de la BTS (Estación Base) de Morata de Tajuña (Madrid), además de ser terminales y tarjetas SIM del mismo origen en cuanto a las ventas, hacen considerar la posibilidad racional y lógica que han sido utilizadas para la activación de los artefactos usados en los atentados.

De 7 de las 13 tarjetas no activadas se han conseguido los IMEI en las que fueron introducidas; ello fue posible porque al introducirse una tarjeta en un teléfono para encenderlo, aunque no se haga llamada alguna, queda un registro del IMEI con una caducidad de 72 horas si no hay actividad. Esas 7 tarjetas son: 652282963 (la localizada en la bolsa bomba recuperada en la madrugada del 12 de marzo de 2004), 652282947, 652282959, 652282961, 652284069, 652287465 y 652287622, y fueron usadas para encender siete teléfonos móviles bajo el área de influencia de la BTS de Morata de Tajuña, sin realizarse ninguna llamada; tal circunstancia, junto al hecho que los siete IMEIS no se volvieron a registrar en el área de AMENA, lleva a considerar que esas siete tarjetas podrían haber sido utilizadas para la confección y activación de los artefactos explosivos utilizados el 11 de marzo de 2004.

Luis del Pino nos detalla a continuación las llamadas realizadas y recibidas con la tarjeta 652285765, detalle que se corresponde con lo que consta en el Auto de Procesamiento con la salvedad del dato del terminal en el que estaba introducida la tarjeta cuando recibe el mensaje a la 1:27 del día 11/3/2004 y que asigna dicho mensaje al servicio de buzón de voz cuando en el Auto únicamente figura como origen el número que identifica el servidor de mensaje de Amena. Esta asignación le permite introducir hipótesis de escasa relevancia que proceden meramente de suponer que la llamada que recibe el día 10 fue desviada al buzón de voz y que pudo grabarse en el algún mensaje.

No hay manera de saber si el terminal 350822350941947 y/o la tarjeta 652282963 pudieron emplearse en los artefactos. En la investigación no parece contemplarse esa posibilidad posiblemente porque no se conocía la asociación entre ambos elementos, la tarjeta no pertenece a un grupo diferente y su patrón de utilización es diferente.
Sin embargo Luis del Pino si que intenta hacernos pensar que ese terminal y esa tarjeta se emplearon en los artefactos y aunque no lo dice explícitamente si que parte de base para exponer como si fuera el mayor de los misterios el hecho de que conste un mensaje dirigido a la tarjeta 652285765 con fecha 16/3/2004 (para confundir el afirma que se recibió una llamada del servidor de mensajes de Amena pero es un mensaje de texto). Nadie ha afirmado que esa tarjeta se empleara en un artefacto y si no fue empleada en ningún artefacto nada le impedía seguir recibiendo mensajes pero es que además tampoco se puede asegurar con certeza que el mensaje se llegara a recibir ya que en los registros de facturación de las operadoras telefónicas quedan reflejados datos de los mensajes enviados aunque no lleguen a ser recibidos por el destinatario.

Termina Luis del Pino con lo siguiente:

Si esa tarjeta operó en Morata en la madrugada del 11-M, ¿cómo es posible que el teléfono Trium y la tarjeta no aparecieran al consultar las bases de datos de Amena? La tarjeta estaba activa a la 1:27:01 del 11-M, es decir, a la misma hora aproximadamente que las otras 7 tarjetas activadas en Morata, así que es imposible que su registro se borrara y los de las otras 7 no.
Si el registro de esa tarjeta se borró, ello sólo es posible porque la tarjeta se activara posteriormente en otra celda de la red, es decir, porque el usuario se desplazara con el teléfono encendido hasta otra zona geográfica. Pero entonces, ¿dónde están los correspondientes registros? ¿Y por qué no sucedió lo mismo con los otros 7 teléfonos?

Y, lo más importante, si esa tarjeta no resultó destruida en las explosiones, entonces es que no formaba parte de ningún artefacto explosivo. Teniendo eso en cuenta, ¿cómo sostener que las restantes tarjetas activadas en Morata con teléfonos Trium en la madrugada del 11-M sí que formaban parte de artefactos explosivos y sí que resultaron destruidas en las explosiones?

Hay dos posibilidades a explorar:
1) que el terminal siga encendido y se mueva cambiando de área de cobertura.

En este caso, el registro del localización del terminal se borra de la central que controla la BTS de Morata y se trastalada a la central que controla la nueva área de cobertura. Para cuando se guarda toda la información de esta BTS (después de los atentados) ya no tiene el registro de localización del terminal. La única forma de encontrar el dato en una nueva BTS es buscando a partir de la tarjeta (esta busqueda nos encontrara la información de las llamadas y SMS enviados y recibidos). Hay que tener en cuenta que a partir de la tarjeta encontrada en la bolsa bomba se identifica inicialmente un grupo de 30 tarjetas que estan en un mismo lote y que son las primeras investigadas (si bien la orden judicial para ello se da el día 16/3/2004) pero la tarjeta que nos ocupa NO PERTENECE a este lote sino a uno mucho más amplio de 200 tarjetas que indudablemente debió llevar más tiempo estudiar de tal manera que posiblemente ya no se podría encontrar registros de loca
lización de todo este lote de 200 tarjetas salvo en la BTS de Morata (si en cambio los datos de llamadas y sms).

2) que el terminal se apague estando en la misma zona de cobertura o que permanezca encendido sin cambiar de área de cobertura.

En este caso, el registro del localización del terminal permanecería en la central que controla la BTS de Morata. Pero suponiendo que este fuera el caso (lo cual desconocemos) eso no significa que lo puedan colocar en el grupo de terminales que se utilizaron para activar bolsas explosivas, más bien al contrario, el hecho de que reciba un mensaje de madrugada apenas unas horas antes de los atentados y que se asocie a una tarjeta que ya estaba utilizada (a diferencia del resto de tarjetas que no se habían utilizado nunca) sería motivo suficiente para que los investigadores descartaran agruparla con las otras.

Si bien el primer caso parece encajar más con los datos conocidos (y correspondería con que los terroristas llevaran ese teléfono consigo), el segundo caso también es una explicación razonable sin necesidad de recurrir a ningún amaño de los investigadores.

A modo de conclusión tengo que decir que el registro de varios terminales bajo la cobertura de la BTS de Morata el día anterior a la masacre del 11-M es solo un indicio de una realidad llena de actos y decisiones, unos pequeños y simples y otros de mayor trascendencia. Una realidad a la que sólo podemos aspirar a aproximarnos. Este indicio concreto permitió avanzar en la investigación y tejer junto con otros una aproximación a la verdad. No hay forma de saber si esos terminales detectados fueron o no usados en los artefactos pero puesto en conexión con otras informaciones nos lo plantea como una hipótesis perfectamente válida y lógica. No niego que en la investigación del 11-M haya fallos, errores y lagunas pero Luis del Pino se aprovecha de que no todo puede saberse y de que hay datos que parecen no encajar y que se deben a que la realidad es compleja y rica en matices para alimentar las sombras y las sospechas. Raras veces se le ha visto aclarar algo en sus «investigaciones
«, su misión parece más bien oscurecer y empantanar.

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Una respuesta en “Desmontando el Enigma Numero 43 "El octavo pasajero". ¡Qué bajo ha caido Don Luis!

  1. nituniyo dijo:

    un gran trabajo, Inquietud, y muy necesario porque el tema de los móviles es un tostonazo, por lo que me da que resulta bastante oportuno para socializar la duda al modo delpínico

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